El deporte es uno de los emblemas de la provincia de Soria. Durante décadas, el deporte ha dado a Soria un nivel de protagonismo muy por encima del que corresponde a su tamaño como provincia. Esa tradición se mantiene, a pesar del doble descenso del CD Numancia en el último año. Siguen brillando el atletismo, el balonmano o el voleibol, entre otras especialidades. Y hace bien el Ayuntamiento de Soria y otros de la provincia, o la Diputación Provincial en apoyar y organizar competiciones, aunque sean de deportes no tan mayoritarios como el futbol. Su capacidad de arrastre sobre la hostelería y, en última instancia, sobre el turismo, es innegable.
No es menos cierto, sin embargo, que la inclusión del deporte dentro de la oferta turística de Soria está lejos de la que tienen otras provincias y de las propias potencialidades que proporciona la geografía soriana. Esta es una realidad a la que debería darse la vuelta. Los nuevos tiempos que se avecinan, después de la fatídica crisis del coronavirus, invitan a repensar nuestro modelo de desarrollo, en el que se va a poder contar con una dotación económica sin precedentes para la España despoblada. Un tiempo nuevo en el que tiene que implicarse la sociedad para acometer proyectos que puedan generar desarrollo. El papel de los alcaldes y de la cooperación intermunicipal será fundamental.
Algunas prácticas deportivas, como el senderismo y el cicloturismo, con amplias posibilidades en la provincia, tienen un grado creciente de aceptación social, e incluso, en el segundo caso, va a recibir estímulos por parte del gobierno por su bajo nivel de impacto ambiental. Ya existen algunos clubs que organizan rutas y han aparecido algunas iniciativas para promocionar el cicloturismo por distintas comarcas. Reunir estas capacidades para plantear un proyecto global que abarque toda la provincia sería un objetivo deseable. Potenciar estos deportes, relacionarlos con la salud, crear una oferta global, con las infraestructuras y equipamientos adecuados, y promocionarla puede movilizar un segmento turístico en auge y beneficiar al turismo en los distintos territorios. No será fácil. Hace falta un gran consenso institucional y una gran comunicación intermunicipal, aparte de llegar a acuerdos con propietarios que puedan verse afectados. Se necesita una información fiable en cuanto a perfiles, niveles de dificultad, señalización y una localización geográfica que pueda seguirse mediante distintos mecanismos. Una buena organización de estas actividades puede potenciar un turismo sostenible y de una estancia más larga.
Soria ciudad es un ejemplo de transformación en diversos ámbitos -urbanístico, cultural ambiental…-, para conseguir crear una calidad de vida bastante razonable, que puede ser una buena base para la atracción de actividades y de población. Con el futuro traslado de la depuradora se revalorizará un espacio que tiene muchas potencialidades para el turismo, como ya se ha hecho en Valonsadero. Desde rutas de senderismo o de cicloturismo por el entorno de la sierra de Santa Ana, con buenos miradores hacia los cañones del Duero, aguas abajo de Soria, la realización de actividades deportivas en el río, como el piragüismo, o la inclusión de un barco turístico desde el Soto Playa hasta el embalse de Los Rábanos, que permita contemplar, de dentro hacia afuera, los valores geológicos, históricos o culturales de este paisaje tan singular. Un ejemplo que puede extenderse a otros muchos rincones de la provincia.