La Agenda 2030 aspira a rehabilitar 1.400 viviendas al año

A.P.L.
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En el área urbana de Soria son casi 17.000 las construidas antes de 2001, muchas las cuales serán objeto de reforma energética con fondos Next Generation y el impulso a la descarbonización

La Agenda 2030 aspira a rehabilitar 1.400 viviendas al año

La Agenda Urbana 2030 marca ya la edificación y la rehabilitación de viviendas en las ciudades y uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el número 11, promueve «crear ámbitos de convivencia amables, acogedores, saludables y concienciados» y, al mismo tiempo, «la renovación y adaptación de los edificios a un entorno urbano más sostenible», fomentando la rehabilitación energética de las construcciones. Por ello, la renovación del parque de viviendas  se convertirá en un motor económico en los próximos años por los avances en la regeneración urbana y energética y, para ello, serán decisivos los fondos Next Generation y el impulso a los compromisos de descarbonización.

La Estrategia para la transición energética en las ciudades de Castilla y León (elaborada por el Instituto de Urbanística de la Universidad de Valladolid para la Junta de Castilla y León) recoge que el 33,62% de las 44.929 edificaciones en áreas urbanas de Soria están construidas antes de 1980 (son 15.105), mientras que el 42,07% entre 1980 y 2000 y el 24,31% después de 2000. En los últimos años sí se ha avanzado en la construcción de nuevas edificaciones y estos porcentajes podrían verse modificados.

Esta estrategia, encargada por la Junta de Castilla yLeón para abordar las relaciones entre energía y medio urbano, valorando el panorama regional y los diversos proyectos puestos en marcha, destaca que el parque de Soria no es de los más antiguos de Castilla y León, estando a la cabeza los de Miranda de Ebro, Aranda de Duero, Segovia, Valladolid y Medina del Campo (todas ellas con más del 38% de edificaciones construidas antes de 1980). Y en el apartado de viviendas en áreas urbanas (la fracción residencial de las edificaciones),  el informe apunta que en Soria el 42,72% de las 22.946 viviendas se construyeron antes de 1980 (son 9.802) y el 30,52% corresponde al periodo de 1981 a 2001 (son 7.003);mientras que el 26,76% son posteriores a 2001. De esta manera, se fijarían unas 1.400 viviendas antiguas para rehabilitar antes del año 2030 (excepto en las que ya se ha intervenidoen los últimos años). 

Sin embargo, el arquitecto Miguel de Lózar indica que la gran mayoría de las construidas de 1981 a 2006  (cuando entró en vigor el Código Técnico de la Edificación) también deberían ser objeto de intervención porque no siguen las directrices en eficiencia energética y accesibilidad, «no están hechas polvo ni se caen, pero no cumplen los requisitos exigidos para 2030, necesitan una buena inversión para ponerlos al día». Por ejemplo, en aislamiento hay cada vez más exigencias. Y, además, Soria requiere una mayor inversión por el clima, aunque se amortiza antes que en otras zonas por el ahorro en calefacción y, sobre todo, supone una gran reducción en emisiones de CO2. 

Tampoco el parque de vivienda de Soria es de los más antiguos de Castilla yLeón, según el informe, ya que serían los de Miranda de Ebro, Burgos, Aranda de Duero, Valladolid y Segovia, por encima del 42% de las viviendas de antes de 1980. A pesar de que la situación de Soria no es grave, se indica que «resulta evidente que la rehabilitación energética del parque edificado, especialmente del residencial, constituye uno de los principales campos de actuación de cara a contribuir a la transición energética en las ciudades de Castilla y León, lo que ha de enmarcarse necesariamente en una política ambiciosa e integrada de regeneración urbana».

En el apartado de urbanismo del mismo documento sobre la Agenda 2030, los expertos consideran interesante observar la evolución de la ocupación del suelo en las áreas urbanas y ciudades de la región. El suelo artificial ha aumentado de media un 150% entre 1987 y 2018 (según datos del Corine Land Cover), incrementando en toas las provincias (menos Segovia) y en Soria un 600%, al pasar de 341 hectáreas de ocupación de suelo en áreas urbanas en 1987 a 2.414 en 2011, cuando se cuantificaban 70 edificaciones por hectárea. Es una de las provincias con menor densidad de ocupación, con Palencia y Medina del Campo, frente a Valladolid, Ávila, Burgos, Segovia y Zamora.

«En los últimos 30 años  las áreas urbanas y ciudades de la región han experimentado una notable expansión que se ha traducido en una transformación generalizada del suelo natural, exigiendo en consecuencia ampliar la capacidad de la ciudad y de su espacio periurbano para conseguir sus funciones ecosistemáticas, de gran relevancia en el campo de la energía y el cambio climático, tanto en la atenuación del efecto isla de calor o la absorción de CO2», incide el informe. Pero la ocupación del suelo por las edificaciones, por otro lado, «resulta en varios casos muy poco eficiente, con densidades muy bajas que muestran un uso poco razonable de un recurso limitado, lo que tiene además incidencia directa, y negativa, en otros ámbitos como la movilidad, exigiendo un mayor consumo energético». Aunque consideran que el consumo de suelo no es un problema en Castilla yLeón porque el suelo urbanizado sigue representando un porcentaje mínimo, los datos reflejan «una falta de atención» a la singularidad de la franja periurbana en las ciudades y, en general, a las relaciones ciudad-campo. 

En la comunidad hay solo unas pocas áreas urbanas relevantes, mientras que la mayor parte de su medio urbano está constituido por ciudades medidas o pequeñas en las que las relaciones con el medio rural circundante deben ser específicamente atendidas, al igual que en los núcleos semiurbanos (de 5.000 a 20.000 habitantes). La escala de área urbana es imprescindible para abordar los fenómenos urbanos intermunicipales en la región, pero la escala comarcal también lo es en estos otros núcleos urbanos o semiurbanos donde la impronta rural sigue siendo relevante.

avances. En el apartado de Planes de Acción para la Energía Sostenible (Paces) en Castilla y León, subraya que la ciudad de Soria ha avanzado en sus propios planes de lucha contra el cambio climático y de impulso a energías sostenibles, como firmante del Pacto de los Alcaldes por una Energía Sostenible Local. Las entidades locales que se sumaron asumen el objetivo de «acelerar la descarbonización de sus territorios, fortalecer su capacidad para adaptarse a los impactos ineludibles del cambio climático y conseguir que sus ciudades disfruten de acceso a una energía segura, sostenible y asequible» y se comprometen a elaborar en dos años el Paces, con un inventariado de emisiones de referencia y una evaluación de riesgos y vulnerabilidades climáticos.Soria fue una de las ciudades de Castilla yLeón que primero se unió, con el soporte del Ente Regional de la Energía de Castilla yLeón (Eren). «La iniciativa de los Paces tiene un amplio margen de despliegue en las ciudades de Castilla y León» por lo que es «un camino prometedor para avanzar en la agenda de transición energética en el medio urbano de Castilla yLeón, consolidando así el compromiso local a este respecto».

El documento aborda el Paes de Soria, firmado tras poco más de dos años de su adhesión al pacto en 2013. Se menciona a Rebi Recursos de la Biomasa y el proyecto de desarrollo District Heating en una parte de la ciudad. Se apuntan emisiones de más de 137.000 toneladas de CO2, lo que representa una ratio de 3,45 toneladas por habitante, de las que más del 60% proceden del sector residencial, con escasa contribución del sector transporte (un 13%), por debajo incluso del sector servicios.

El Paes planeaba una reducción den un 20% de las emisiones (27.600 toneladas), con objetivos complementarios como aumentarla al 50% en lo relativo al Ayuntamiento o la sustitución en un 20% del uso de combustibles fósiles por biocombustibles procedentes de la gestión forestal sostenible.Se proponían 18 medidas distribuidas en cinco grandes sectores: edificios municipales, servicios municipales, sector terciario, edificios residenciales y transporte, incidiendo en medidas como la sustitución de luminarias en el alumbrado público o la renovación de la flota de vehículos municipales, buscando en ambos casos alternativas más eficientes pero destacando la red de calor de biomasa a edificios municipales otros inmuebles públicos, pero también a 3.000 viviendas, siempre según el informe, que suponen el grueso de las emisiones de efecto invernadero en Soria, ambicionándose en este sector una reducción de casi un 21%.

En la selección de proyectos del informe, en relación a «buenas prácticas», reiteran la puesta en marcha de la red de calor en Soria. Cuéllar (Segovia) fue pionera en Castilla y León en la implantación de redes térmicas, a finales de los años 90. La red de calor de Soria, puesta en marcha en 2015, es un buen ejemplo. «Impulsada por la empresa soriana Rebi Recursos de la Biomasa, que participó en la red de la Universidad de Valladolid e instaló la primera red en Ólvega en 2012, comenzó con la instalación de una centrál térmica de 21 MW de potencia y casi 30 kilómetros de canalizaciones, «la más larga de España». Desde la elaboración del informe, la red sigue creciendo, pero se apunta a un ahorro de emisiones de 17.500 toneladas anuales, un 40% respecto a las previas. Si cubriera toda la ciudad, se llegaría a un descenso de emisiones de 28.000 toneladas al año.

A medida que la lucha contra el cambio climático se convierte en el primer objetivo, la reducción de loa gases de efecto invernadero va a ser la medida de todas las políticas medioambientales y, en consecuencia, de las urbanas.