"Estoy orgulloso del camino recorrido"

A.P.L.
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En 1982 los impulsores de la denominación iban a las juntas de los cooperativistas después de misa, pueblo por pueblo, para sumar adhesiones y salvar el viñedo. Hoy esta «gran familia sin fronteras» agrupa a 307 bodegas y es mundialmente conocida

"stoy orgulloso del camino recorrido"

El Consejo Regulador de la Denominación de Origen (DO) Ribera del Duero cumple 40 años y este fin de semana San Esteban de Gormaz acogerá la celebración de este aniversario en tierras sorianas. El Día de Soria conversa con el presidente, Enrique Pascual García, sobre los inicios y la evolución de esta zona productora que sigue apuntando alto y que estos años está experimentando un notable crecimiento y que ya tiene una gran reputación fuera de nuestras fronteras.

Echando la vista atrás, ¿cómo fueron los inicios del consejo regulador de la DORibera del Duero en 1982 y qué papel jugaron las administraciones y las bodegas? 

Hace 40 años la realidad era muy distinta en el territorio que hoy ocupa la DO Ribera del Duero. Había una gran crisis agrícola, el viñedo se arrancaba para sustituirlo por cultivos más rentables. El vino que se elaboraba, sobre todo, por parte de cooperativas, era para consumo local o para venta a granel, no había una comercialización externa de producto envasado. Eran tiempos difíciles... Y fueron las administraciones, principalmente la Diputación de Burgos a la que años más tarde se unió la de Valladolid, las que impulsaron el proyecto de creación de la DO, para evitar la desaparición de un viñedo valioso y único. 

En diciembre de 1975, en la Semana del Vino de La Horra, se comunicó al sector, bodegueros y cooperativistas. Y así comenzó a gestarse la DO Ribera del Duero, con la unión de gentes de la zona que con su esfuerzo y dedicación consiguieron cambiar la realidad de esta comarca logrando poner en valor un producto único y diferenciado.

¿Cuándo se produjeron las primeras incorporaciones de la parte soriana de la Ribera del Duero? ¿Cómo fue la entrada de la cooperativa de Bodegas Gormaz? 

Los pueblos de Soria no eran ajenos a esa realidad. La crisis afectaba a toda la zona. Durante la ronda de contactos con el sector que realizaron los fundadores, comandados por Javier Villagra, de la administración, y Pablo Peñalba, se puso en conocimiento de la cooperativa que existía en ese momento en el territorio soriano. Cuentan que iban los domingos a las juntas de los cooperativistas, que se celebraban después de misa, pueblo por pueblo. No hubo demasiado entusiasmo al principio en el sector, agotados por la crisis, desconfiados de una idea que les parecía arriesgada. Pero poco a poco se fueron sumando, cambió su perspectiva, y apoyaron con entusiasmo la solicitud de la creación de una DO al Ministerio de Agricultura como única vía tanto de salvar al poco viñedo que quedaba como la de garantizar un futuro al sector vitivinícola regional. 

Según nos cuentan aquellos fundadores, cuando contactaron con la antigua cooperativa soriana la respuesta fue positiva. No dudaron ni un momento en que había que solicitar la creación de la denominación. 

Al principio se producía en Soria para solo vender en otras zonas y después se decidió dar el salto, ¿qué fue decisivo en ese giro comercial?

Con el nacimiento de la DO Ribera del Duero, el 21 de julio de 1982, se inicia una nueva era para las partes. El negocio del vino cambia porque hay futuro, porque aparece los primeros vinos embotellados en la zona bajo la apelación DO Ribera del Duero, pero durante los primeros años esos mismos fundadores tuvieron que trabajar duro para promocionar la nueva marca de calidad y dar a conocer sus vinos. No había muchas bodegas, hasta la década de los 90 no comenzaron a establecerse más empresas en todo el territorio. 

En los pueblos de Soria la industria del vino era prácticamente inexistente. Pero se cultivaba el viñedo y la uva tenía gran calidad, con lo que era demandada en el resto de la comarca, se vendía a otras bodegas. Ya con el establecimiento de Dominio de Atauta y la gran valoración de sus vinos, la zona recibe un impulso definitivo. Hoy la Denominación de Origen Ribera del Duero es un referente. Y es una gran familia sin fronteras. La diversidad es la nota dominante. Y en todo el territorio que ocupa se están elaborando vinos de gran calidad.

¿Cómo ha evolucionado la denominación a lo largo de cuatro décadas de imparable trayectoria? 

La DO Ribera del Duero ha pasado en cuatro décadas de la nada a ser una referencia en todo el mundo [exporta a cien países]. Los primeros años no fueron fáciles. Había que promocionar la nueva marca de calidad, darla a conocer y ganarse la confianza del consumidor. Fue curioso el presenciar en los primeros años que los vinos de Ribera del Duero eran más apreciados en el exterior que en España. 

Afortunadamente, la hostelería vio pronto que nuestros vinos eran únicos y apostó por ellos. En 1993 se publicaron los primeros artículos internacionales hablando positivamente de Ribera del Duero. Ya cerca del año 2000 las bodegas, en su continua actitud creativa, comenzaron a elaborar vinos jóvenes con un tiempo de crianza, los denominados robles, una alternativa muy bien recibida por el consumidor. Comienza entonces un periodo de búsqueda de la personalidad propia por parte de los elaboradores. 

En el año 2019 se escribe un capítulo imprescindible de nuestra historia, con la inclusión de los vinos blancos elaborados con albillo mayor, una variedad autóctona de Ribera. Comienzan a elaborarse rosados de distinto perfil, se recuperan esos claretes de siempre. Hoy Ribera del Duero es un universo donde conviven 307 mundos, bodegas con identidad, que buscan crear y reinventar, que no entienden de modas, que tienen como objetivo la calidad. Nuestro posicionamiento nacional se incrementa cada año, tenemos la confianza del consumidor y el cariño de los más jóvenes. Y estamos en más de un centenar de países, la exportación crece. Vivimos un gran momento. Me atrevería a decir que estamos en el inicio de una nueva fase, más internacional, más personal, como muestra la llegada de nuevos proyectos que buscan elaborar pequeñas producciones de vinos finos, únicos, diferentes, que expresen el terruño de la zona donde se asientan.  

¿Por qué es importante para la DO ofrecer esa imagen de conjunto, incluso de familia, sin provincializar?  

Ribera del Duero es una gran familia, una unión de bodegas y viticultores que caminan al mismo paso y trabajan por el mismo objetivo. Pero es una DO diversa, en revolución constante, con una capacidad infinita de crear. Esa diversidad está en el terruño, en el clima, en las filosofías de los elaboradores. Por eso es imposible diferenciar entre provincias o pueblos, porque sería limitar esa diversidad, poner fronteras a la creatividad. 

Y, por ejemplo, ¿cómo valora la puesta en marcha de la asociación Viñas Viejas en el territorio soriano de Ribera del Duero y su Feria del Vino?

Desde el Consejo Regulador apoyamos la existencia de asociaciones o colectivos que defiendan y protejan el patrimonio vinícola común, que promuevan nuestra cultura y promocionen nuestro territorio. Cualquiera que venga a sumar será siempre bien recibido, porque nuestra función es velar por bodegas y viticultores. La Ribera del Duero es una gran familia en la que no hay mejores ni peores, sólo diferentes.

¿Considera que en Soria se sacan adelante muchos proyectos de interés con pocos medios pero sí mucha valentía, a diferencia de otros lugares? ¿Qué papel juega este territorio, cuyos productos son reconocidos con premios de prestigio, en la denominación?

Ribera del Duero es un oasis en una zona afectada por la despoblación. La DO es un motor económico, social y cultural que ha generado oportunidades de desarrollo a un entorno rural que, sin su existencia, viviría seguro una realidad muy distinta. La DO ha dado visibilidad internacional a los diferentes proyectos que se han ido creando en toda la región vitivinícola a la vez que facilitado el desarrollo de sinergias entre diferentes áreas y proyectos. 

La zona que ocupa Ribera del Duero en Soria es un ejemplo de ese potencial. Un entorno rural, con pocas infraestructuras, con ausencia de medios, que sobrevive por el poder de las gentes, por el empuje de la sociedad. Una tierra de valientes y emprendedores que no se rinde, que buscan oportunidades, que defienden lo nuestro, que apuestan por la vida rural. Los bodegueros y viticultores han sabido siempre sobreponerse a las inclemencias, salir adelante y no desistir. Eso es común entre todos los que somos Ribera del Duero: creemos en lo nuestro, luchamos por nuestros pueblos, sabemos que hay futuro. Y lo hacemos llevando el nombre de nuestra tierra en cada botella. 

¿Y qué diría de esas iniciativas que se están poniendo en marcha en Soria y la denominación?

La Ribera del Duero está en su mejor momento y seguro que hay proyectos en todo el territorio. Hemos visto en los medios que hay iniciativas de creación de bodegas y elaboración de vinos en el territorio soriano de la DO. Son bienvenidos, hay un gran potencial, mucha calidad y el porvenir se antoja espléndido. 

¿Cómo funciona el Consejo Regulador en la actualidad? ¿Hay algo que lo caracterice en comparación con otras denominaciones?

Hay que recordar que el Consejo Regulador es una entidad que está dirigida por viticultores y bodegueros que son los que dictan el camino que debe recorrer la DO. Por tanto, el Consejo Regulador es un organismo ágil, abierto y adaptado a las necesidades del sector. Tratamos de facilitar el trabajo a nuestros operadores y caminar de la mano. Por ejemplo, hemos puesto en marcha una aplicación pionera, Web Bacchus, que tiene por objetivo facilitar el autocontrol de los operadores inscritos, de tal manera que puedan controlar todos los procesos que se realizan, desde la propia vendimia hasta la salida del vino al mercado. Muchos otros consejos se han interesado en esta patente y la están adquiriendo. Somos un ejemplo de I+D, de sostenibilidad y de desarrollo. Además, somos un referente en promoción, hemos conseguido llegar al público joven, unirnos al mundo de la cultura, demostrar que el vino de Ribera del Duero es un compañero de vida y disfrute. Sin olvidar la visibilidad y presencia que estamos alcanzando en mercados exteriores gracias a la fuerte promoción internacional que desarrollamos.  

¿Qué factores marcarán el futuro del organismo y de la propia denominación? ¿Qué horizonte hay por delante siempre en base a esa calidad que se ha logrado tras 40 años de intenso trabajo?

Queremos crecer de manera sostenible, seguir guiándonos por principios férreos para crear vinos de calidad. Somos un referente nacional, pero vamos a trabajar para llegar al nuevo consumidor, para ser tendencia siempre. Y nos esforzaremos para abrir nuevos mercados, para mejorar nuestro posicionamiento internacional. Siendo lo que somos. 

¿La investigación y la innovación debe ser primordial en el desarrollo de la denominación?

En la Denominación de Origen Ribera del Duero siempre lo ha sido, un objetivo primordial. Desde elConsejo Regulador consideramos que es necesario trabajar de manera sostenible, con respeto absoluto al patrimonio natural. 

¿Aspectos como la formación son fundamentales para lograr el relevo en las bodegas de la zona productora?

La formación es indispensable, las generaciones del futuro vienen pisando fuerte. Cualquier iniciativa que contribuya al desarrollo del sector es bienvenida en el territorio de la denominación. 

¿Hay suficiente apoyo por parte de las instituciones para los proyectos que se ponen en marcha?  ¿Cómo valora, por ejemplo, que ahora grupos leader como Tierras Sorianas del Cid destinen partidas económicas a estas iniciativas?

Sobre el apoyo institucional, mi obligación es decir que nunca es suficiente. Somos un motor de sostenibilidad, hemos contribuido al desarrollo social y económico, a la promoción cultural y turística. Pero necesitamos mejores infraestructuras, conectividad y medios de transporte. Los pueblos necesitan inversiones, la población debe vivir con garantías, nuestras bodegas deben contar con medios que les permitan desarrollar mejor su trabajo porque son imprescindibles para el futuro de la zona. Por supuesto, agradecemos y valoramos cada apoyo. Venga de donde venga.

¿Qué mensaje lanza a los productores en el 40 aniversario? 

Pues qué decir a toda la gran familia de Ribera del Duero. Qué estoy orgulloso del camino recorrido, de que seamos fieles a nuestra identidad, que luchemos por nuestra tierra. Que esta Denominación de Origen es un ejemplo de buen hacer gracias a ellos, a quienes cuidan el viñedo y a quienes crean arte en botella. Qué juntos hemos logrado crear un proyecto de vida maravilloso. Qué sigan siendo auténticos, qué nunca pierdan su personalidad. Tenemos un patrimonio único y un potencial ilimitado. Somos Espíritu Ribera y estamos creando futuro. Debemos seguir trabajando unidos, con el mismo objetivo, sin perder nunca de vista el pasado pero mirando con ilusión al mañana.