La hibridación genética ayuda a la recuperación del lince ibérico

EFE
-

La meticulosa intervención humana al crear una "metapoblación genética y demográficamente funcional" entre los grupos remanentes de Doñana y Andújar contribuye a la supervivencia de la especie pese al riesgo que conlleva la integración de especies

Imagen de archivo de un ejemplar de hembra de lince ibérico. - Foto: EFE/Salas

El declive poblacional del lince ibérico a lo largo del siglo XX dejó apenas dos núcleos de individuos en la Península, diferentes genéticamente entre ellos pero con muy poca variabilidad en cada uno, por lo que la hibridación "ha sido un acierto, ya que ha contribuido a la recuperación".

Así lo ha asegurado el investigador de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) José Antonio Godoy, que colabora con el proyecto LIFE Lynxconnect, cuyo objetivo es la creación de una "metapoblación genética y demográficamente funcional" de la especie a través precisamente de esa hibridación.

Con motivo de la celebración este pasado lunes del Día Internacional del Lince Ibérico, el investigador ha explicado que "las dos poblaciones remanentes de Doñana y Andújar quedaron aisladas entre sí". Pero era preciso "no preservarlas independientemente, sino mezclarlas para aumentar la diversidad global" del felino y esquivar el "deterioro genético, que limita la reproducción y va acompañado de una alta mortalidad por enfermedades".

Un ejemplo de esta debilidad derivada de la poca variabilidad es el brote de leucemia felina de 2007 en Doñana, que "tuvo un impacto muy grande en la población, aunque el virus no debía ser especialmente dañino".

Ese mismo año fueron trasladados varios individuos desde Andújar para compensar la pérdida de machos por la enfermedad, lo que "contribuyó bastante a la recuperación de la población de Doñana", que hasta entonces no pudo crecer "a pesar de todas las acciones de conservación y alimentación suplementaria".

Por ello, los distintos proyectos planteados para la recuperación de esta especie tienen en cuenta este factor, tanto a la hora de la crianza en cautividad para su posterior liberación como en el momento de trasladar individuos silvestres de un núcleo a otro.

Sin embargo, otro estudio de la EBD-CSIC advierte del riesgo de introducir, sin las suficientes precauciones, individuos procedentes de poblaciones grandes en núcleos pequeños. "En vez de ayudar a la población, puedes estar cargándotela", según ha afirmado su coautor, Daniel Kleinman-Ruiz.

Esto se debe a que dentro del "contexto negativo" que supone un grupo pequeño y homogéneo genéticamente de animales, "puede existir un matiz positivo" si se habla de mutaciones perjudiciales de tipo recesivo, "aquellas cuyos efectos negativos solamente se expresan cuando se heredan de ambos progenitores simultáneamente".

En poblaciones pequeñas, "las dos copias perjudiciales coinciden con mayor probabilidad en un mismo individuo", por lo que "la acción de la selección natural" permite que este tipo de mutaciones recesivas se eliminen más rápido que en poblaciones grandes, las cuales contarían con un número mucho mayor de individuos portadores, aunque de forma oculta.

Según Kleinman-Ruiz, "este hallazgo tiene consecuencias para la conservación", puesto que "manda un mensaje acerca de cuáles son las mejores poblaciones donadoras y receptoras a la hora de hacer un rescate genético" y, en el caso de la recuperación del lince boreal, esta información es "de vital importancia".

El último censo de población del lince, correspondiente a 2021, cifra en 1.365 los ejemplares que habitan la Península ibérica.

Para WWF, se trata de un hecho muy positivo, puesto que la población se incrementó un 22,62 % respecto al censo del año anterior y porque se trata del tercer ejercicio consecutivo en el que el número de individuos crece más de un 20 % respecto al precedente.

Sin embargo, fuentes de esta ong conservacionista insisten en que "se debe seguir trabajando hasta alcanzar una población totalmente viable", lo que consideran no se logrará hasta contar con al menos 3.000/3.500 individuos, de los que 750 sean hembras reproductoras.

El Día Internacional del Lince Ibérico se celebra cada 12 de diciembre desde 2015, cuando la Junta de Andalucía propuso esta fecha para "visibilizar el peligro de extinción" de una especie que en los últimos años ha pasado de estar en peligro crítico de extinción a en peligro de extinción.