El pasado 27 de marzo, en plena pandemia, en la que seguimos aunque muchos no seamos del todo conscientes, porque no esto no ha acabado aunque hayamos pasado lo peor, había pensado escribir sobre las ventajas competitivas de Soria y resaltar sus virtudes objetivas para la inversión empresarial y venir a vivir aquí.  Sin embargo, la situación era tan dramática, esas horas tan sombrías, que centré mi atención en los comportamientos propios de imbéciles, de la más pura idiocia, de los que pasaban del confinamiento. Ahora los de la mascarilla en la barbilla, si la llevan.

Hoy vuelvo sobre esas ventajas y quiero destacar, entre otras, la altitud y el clima frío de Soria, muy positivas para determinadas actividades. Por ejemplo, el cultivo de alto valor de frutos del bosque. En los Montes de Socios «Los Quintos de El Royo» entre toda la gama posible (arándanos,  frambuesas, grosellas y moras) han escogido diferentes variedades de frambuesa. Un producto con un alto contenido en azúcar derivado del comportamiento de la planta en climas fríos, con un fuerte contraste térmico entre el día y la noche y a una altitud de  1.200 metros sobre el nivel del mar.  Otro tanto pasa con la zona del canal de Olmillos donde a casi  900 metros cultivan fresas. El ecológico es su nicho de mercado,  en sintonía con las prácticas culturales agroecológicas de sus explotaciones y ya han llegado a acuerdos con Mercamadrid y otras empresas nacionales de distribución. Pronto todos podremos comprar los frutos rojos de Soria. En el caso del proyecto promovido en El Royo por Asfoso y el Ayuntamiento recuperan tierras de cultivo abandonadas, se previenen incendios forestales, se dinamiza y diversifica la actividad económica generando inversión y empleo estable, lo que sin duda ayuda a combatir con hechos la despoblación, creando empresas, frente a dinámicas de solo sensibilización y de pedir sin desmayo que sea el estado benefactor quien nos salve. Frutos rojos. Silvestres. Del bosque. De Soria. Fresas, frambuesas. Tanto da. El resultado, un producto diferente de cualquier otro. Hágame caso, pruébelo pero olvídese de lo políticamente correcto y de que lo hace para combatir la despoblación y ayudar a la España vaciada. Da gusto comerlo. No se arrepentirá.  
(In Memoriam: Ángel Palacios de la Merced murió el jueves 9 de julio pasadas las tres de la tarde en su majada de Derroñadas. Sin decir adiós, se nos fue un amigo del alma. Descanse en paz)