Los problemas económicos que atraviesa la empresa de ámbito nacional Bauen están afectando a la finalización de las obras de rehabilitación de la antigua iglesia-cuartel de Santa Clara, en el barrio del Calaverón. Desde hace semanas, la plantilla de trabajadores se ha reducido a únicamente «dos o tres», según confirma el Ayuntamiento de Soria. Además, desde principios de esta semana las obras se encuentran paralizadas, aunque el Consistorio asegura que se trata, en realidad, de un paréntesis motivado por vacaciones de los empleados. De hecho, desde el equipo de Gobierno se confía en que la mercantil pueda ser capaz de acabar los trabajos, que inicialmente tenían que estar concluidos a finales de este año. 

La intervención que desarrollaba la empresa desde agosto de 2021 se encuentra ya muy avanzada y desde el Consistorio se estima como mejor opción, por el momento, dejar que ésta remate los trabajos frente a proceder a la anulación de la adjudicación y volver a iniciar un nuevo concurso de licitación de las obras. Más teniendo en cuenta que la rehabilitación del inmueble debe estar concluida, como máximo, en diciembre de 2023, fecha en la que deben justificarse las ayudas del programa Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (EDUSI) Soria Intramuros, con cargo a las que se financia el 50% de la reforma de este edificio emblemático. 

Las conversaciones del Consistorio soriano con la empresa son diarias y, en este sentido, se considera que, introduciendo cierta flexibilidad, puede cumplir el objetivo de finalizar la rehabilitación. Antes de que las obras pararan esta semana  se estaba procediendo a colocar el suelo. La parte más compleja del acondicionamiento interior del edificio ya está hecha, según el Ayuntamiento. Hasta principios del pasado mes de junio habían sido ya certificadas obras por valor de 600.000 euros de los 1,9 millones en los que está presupuestado el acondicionamiento.

En aquella fecha, tras concluir la reparación de las cubiertas y avanzar en lo que será el espacio interior  para exposiciones y el recinto dotado de 200 localidades programado para acoger conferencias u otros actos culturales, ya había comenzado a acometer los trabajos de fontanería y electricidad. 

La recuperación del espacio para uso cultural, con una pequeña área reservada a narrar la historia del edificio aprovechando el hallazgo de varias antiguas tumbas del convento, es una de las claves de este proyecto junto a la utilización de la antigua casona como centro cívico y sede de la Asociación de Vecinos del Calaverón. Además de la recuperación de la planta de la antigua iglesia reconvertida en cuartel en 1834 durante la primera Guerra Carlista (1833-1840), el proyecto contempla la apertura del edificio al propio parque de Santa Clara, eliminando el seto que, en la actualidad, la separa de esta zona verde. 

En cualquier caso, insiste el Consistorio, se buscarán fórmulas alternativas si se observa que se ponen en riesgo los plazos límite de ejecución en los que tiene que estar acabada la obra. 

cambio de empresa. No es la primera vez que la rehabilitación de Santa Clara sufre un estancamiento. En mayo de 2020 la Compañía Internacional de Construcción y Diseño SAU, primera adjudicataria del proyecto, renunció a continuar con las obras tras aparecer unos sarcófagos antiguos en el suelo y tener que adaptarse los trabajos para su conservación e integración en el conjunto. Los trabajos se paralizaron durante más de un año entre la formalización del nuevo pliego de adjudicación y la licitación de las obras. Bauen, que fue la empresa mejor puntuada en ese nuevo procedimiento de licitación, retomó el acondicionamiento en el verano de 2021. El importante de las obras se elevó de los 1,6 a los 1,9 millones de euros actuales y el plazo de ejecución de los trabajos quedó fijado en 16 meses. El Consistorio preveía la inauguración del nuevo centro cultural de Santa Clara en la primera mitad de 2023.