Tecnología eficaz de hace 350.000 años

Marian Arlegui
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Los útiles transmiten información de la evolución tecnológica de cada cultura

Tecnología eficaz de hace 350.000 años

Los útiles utilizados por el hombre a lo largo de la historia son elocuentes de la actividad desarrollada para satisfacer las necesidades cotidianas de la vida, los rituales religiosos incluidos los funerarios y los usos de ocio y, en particular, transmiten información acerca de la evolución tecnológica alcanzada en cada cultura.

Esta pieza, un bifaz elaborado en sílex, de diez centímetros de longitud, procedente de La Loma de los Huesos en Ambrona, es uno de los útiles más antiguos. Fue un Homo heidelbergensis, anterior al Hombre de Neanderthal quien lo elaboró hace 350.000 años. Inferimos el Homo Heidelbergensis en una correlación con el yacimiento de La Sima de Huesos de Atapuerca que tiene una datación similar.

Los yacimientos paleolíticos de Torralba y Ambrona se encuentran entre los más importantes del continente europeo y son por ello objeto de investigación nacional e internacional con continuidad desde que, a comienzos de siglo pasado, fueran descubiertos por el marqués de Cerralbo. Su importancia es debida, fundamentalmente, a la asociación de útiles elaborados por el hombre junto a los restos óseos de paleofauna: elefante antiguo, rinoceronte, toro antiguo, caballo (una especie descubierta en Torralba) ciervo, corzo o gamo; entre los carnívoros, hiena de las cavernas primitiva, león primitivo de las cavernas, zorros, lobos de Mosbach, pantera; entre las aves, el ganso común, ánades, fochas, serretas, avutardas… además de peces, anfibios, reptiles, roedores… Un medioambiente sin duda hostil para la vida.

Estos animales vivían en un entorno de pradera y arbolado de enebros o sabinas, pino, aliso, castaños, nogales, sauces, olmos, roble, abedul y avellanos. Grupos nómadas de hombres, mujeres y niños, acudían siguiendo manadas de animales o conociendo que el lugar, bien provisto de arroyos y otros cursos de agua, era un lugar regularmente visitado por animales.

Hasta mediados del siglo pasado se interpretó que era un lugar en donde estos hombres, a través de estrategias grupales de caza, sobre todo la emboscada hacia terreno pantanoso de los grandes elefantes, mataban los animales que necesitaban para sobrevivir. Más tarde comenzó a considerarse que pudieron haber disputado la caza o los restos de ella a los animales carnívoros, comportándose como carroñeros. 

En cualquier caso, estos hombres del paleolítico medio elaboraron sofisticados útiles a partir de cuarcita y de sílex. Este último es una piedra extremadamente dura que procedía de otros lugares en donde lo recogían portándolo en su migración. En algunos restos óseos de fauna se han hallado marcas de corte realizadas por los hombres que consumieron la carne y marcas de los dientes de animales carnívoros. Los útiles eran diferentes según su función: cortar la piel o la carne, cortar huesos, raer las pieles o perforarlas para coserlas, cortar tendones…

El proceso de fabricación era complejo: la piedra o riñón de sílex era descortezado o no totalmente. Percutiendo sobre él se obtenían fragmentos de piedra. Era muy importante «comprender» la piedra, conocerla, de modo que los golpes se hicieran en el lugar preciso para obtener el fragmento deseado y no malemplear un bien preciado. 

Una vez obtenido ese primer fragmento, se procedía, mediante golpes calculados en el lugar adecuado con la fuerza necesaria pero no más, a desbastar la piedra para conseguir un objeto apuntado con filo muy cortante. Hacer el filo requería ir progresivamente eliminando cada vez más pequeñas lascas en ambas caras. Esta es la razón de que conozcamos a este útil como bifaz.

En este trabajo se alternaba el uso de un percutor duro y otro más blando. En ocasiones, para conseguir un filo más cortante, se realizaban abrasiones que eliminaran imperfecciones.  Una vez concluido el útil podía enmangarse con madera desbastada y tendones que sirvieran de cuerda. Algunos, según el uso, podían utilizarse sin enmangues.

De la elaboración de estos útiles quedaban como residuos lascas laminares o no que eran utilizadas para la elaboración de otros útiles.  La cantidad de lascas halladas en el yacimiento de Ambrona es indicadora de una importante presencia humana reiterada en este valle.

Progresivamente hasta la Edad del Bronce las piezas del sílex se hicieron más pequeñas y todas las piezas eran enmangadas o formaban parte de piezas más complejas como es el caso de las flechas de arco. En la cultura tradicional etnográfica el sílex se utilizó hasta los años sesenta del siglo pasado para crear filas cortantes en los trillos y así separar el grano de la paja.