Cuatro décadas trabajando por reflotar Sarnago

Henar Macho
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Este tiempo ha dado para mucho, ya que tras recuperar importantes tradiciones y poner en valor emblemas, la agrupación vecinal se ha reinventado y adaptado para ser un referente en la provincia soriana

Cuatro décadas trabajando por reflotar Sarnago

Los sarnagueses están de celebración. La Asociación de Amigos de Sarnago no solo cumple 40 años en agosto sino que han estrenado el año 2020 superando los 200 socios. Y es que llevan en activo desde 1980, cuando falleció el último vecino que vivía de continuo en el pueblo, trabajando por y para esta localidad de la comarca de Tierras Altas.

1980

UNIón. «El 24 de agosto se crea formalmente la asociación con la idea de seguir juntos y no desaparecer» relata José María Carrascosa, presidente de la unión de vecinos. 

«De la necesidad hicimos una virtud», destaca Carrascosa aludiendo a la implicación de los socios en ausencia de mayores ayudas por parte de las administraciones públicas. «Nuestra unión hace que podamos recuperar el pueblo con poco dinero y mucho esfuerzo e ilusión», añade. Su labor comenzó por garantizar unos servicios públicos mínimos, como instalar el alumbrado público o procurar el agua corriente. Un proceso en varias fases: «Primero arreglamos la fuente, después las casas, el edificio de las escuelas gracias a la cesión del ayuntamiento, los lavaderos, el cementerio...». En los últimos años las obras de recuperación del pueblo llevadas a cabo por los socios y simpatizantes o hacenderas, como así las llaman en el pueblo, se han centrado en la plaza y las calles.

«Todo hay que ponerlo en contexto. Sarnago es un pueblo donde no vive de forma constante nadie. Ahora sí que hay gente en el pueblo, cualquier día pueden estar tres casas abiertas, pero no significa que haya viviendo gente», explica Carrascosa. Sin embargo, la asociación no pierde la esperanza. Una de las cosas más importantes que se han conseguido «es que ahora la ocupación se realiza durante más tiempo, aunque no sea tan de seguido. Recuerdo cuando era pequeño, que sólo subíamos al pueblo en agosto». En Sarnago ya hay 25 viviendas restauradas y otras dos se encuentran en obras que finalizarán próximamente. «Aspiramos a que alguien pueda adquirir algún solar, pero es lo más complicado. Sin embargo, hay más peticiones para hacer casas», añade.

En la asociación se muestran realistas. «Ya es imposible que el pueblo vuelva a tener una vida como antes, pero esperamos que pueda venir alguien a generar trabajo. Ahora no vivimos como hace 40 años, cuando todo el mundo nacía, vivía y moría en el mismo sitio. Hay muchísima gente que viaja por trabajo y la población es flotante. Aun así tenemos una cobertura relativamente buena de 4G y se puede trabajar con ello. Es una forma diferente de volver a los pueblos, otro tipo de economía pero a través de internet». 

Las personas involucradas con Sarnago han ido incrementándose con el paso de los años. Al principio era solo la gente del pueblo, «pero cada vez hay más gente que se involucra al ver las cosas que hacemos». Cuentan con socios de Tarrasa, Galicia, Ibiza, Alicante, y por supuesto, otros muchos son descendientes del pueblo y habitantes de la comarca.

El presidente de la asociación apunta a la cabecera de comarca como opción para generar empleo industrial en la zona. «El polígono de San Pedro Manrique se podría revitalizar, de forma que las familias vivieran en pueblos como Sarnago y que pudieran trabajar allí», sugiere pensando en el futuro.

2000

VALORESCULTURALES. La asociación apuesta por la singularidad y la cultura, «somos referentes en la comarca y la provincia. Lo más importante que tenemos son nuestras Móndidas y poco a poco se van poniendo en valor». Precisamente, la asociación se encuentra en fase de poner en valor «las pequeñas riquezas del pueblo». Ya se cuenta con un museo etnográfico, de fotografías y utensilios antiguos que conservaban las familias. 

En el empeño de la asociación por recuperar oficios antiguos, en 2014 recrearon una calera que hasta bien entrado el siglo XX se utilizaba en tareas agrícolas y en construcción como conglomerante y blanqueante.

La Semana Cultural que celebran en agosto o el Día del Árbol, son otros acontecimientos que congregan en Sarnago a todas las generaciones de vecinos.

Como reconocimiento a su caracter numantino, la asociación recibió en 2016 el premio Desarrollo Saludable por parte de Caja Rural. El Premio Colodra 2017 de la Diputación Provincial también fue a parar a la asociación, por el trabajo del colectivo para recuperar las tradiciones culturales y mejorar las infraestructuras de comunicación en el pueblo y sus proximidades. 

La adaptación a los nuevos tiempos ha sido crucial para seguir adelante y han sabido aprovechar las herramientas digitales para difundir sus progresos. «Con las redes sociales hemos conseguido contar las cosas que hacemos, sacar adelante un blog y publicar una revista, que se ha convertido en un referente para la comarca por la calidad de contenidos», afirma el presidente de la asociación. En junio estará disponible la siguiente edición. «Cuando empiezas a hacer algo no piensas que vas a llegar tan lejos. Estamos preparando la revista 13+1 que sería la 14, pero empezamos con el ejemplar número  0 porque no pensábamos hacer más que una», subraya José María Carrascosa. 

En 2006, la presentación de la primera revista contó con el escritor leonés y socio Julio Llamazares. Sarnago sirvió de inspiración al artista para escribir la novela La lluvia amarilla. 

2020

NUEVOSOBJETIVOS.  Al igual que describe la obra, el pueblo ha ido cambiando poco a poco, huyendo del abandono. «En estas décadas hemos conseguido que el pueblo tenga más vida y hay esperanza de poder volver, pero no de la misma forma», recalca Carrascosa. No descartan opciones y, de momento, trabajan en un proyecto de aparcamiento para autocaravanas, una idea ilusionante. 

En la localidad de Tierras Altas también aprecian un incremento en la demanda de casas rurales. «Nuestro fin es que Sarnago vuelva a tener vida propia durante los 365 días del año. Sabemos que es difícil pero no relegamos, con imaginación e ideas», porque insiste, «la finalidad de un pueblo no es ser segunda residencia». 

Dentro de los próximos objetivos está conseguir la cesión por parte de Obispado de Osma Soria de las ruinas de la antigua iglesia y poder rehabilitarla. La asociación mantiene su idea de recuperarla para fines sociales con los medios propios con los que cuentan, unas peticiones que se remontan al año 2010, explica el presidente.