Hacer ciudad desde cada rincón de Soria

Ana Pilar Latorre
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Los responsables de las siete asociaciones de vecinos reflexionan sobre el desarrollo de la ciudad y la conveniencia de una federación

Hacer ciudad desde cada rincón de Soria - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez Eugenio Gutiérrez Mart

En la actualidad funcionan en la capital siete asociaciones de vecinos, tanto veteranas como más recientes, pero todas tienen algo que decir sobre su barrio y el desarrollo de la ciudad. Soria está creciendo hacia el norte, en la zona de salida hacia Burgos y Valladolid. «Es por lo que siempre hemos abogado, más que el salto del Duero que se planteó en su día», apunta Ignacio Gutiérrez, presidente de la Asociación de Vecinos de la Barriada. «pero se hizo un polígono [el de Las Casas] donde no debía hacerse y cortó el desarrollo urbano. Un polígono no puede estar entre la ciudad y un barrio, podría haber estado en cualquier otro sitio, como Valcorba; ni una circunvalación entre el barrio, el polígono y la ciudad, sino que debería haber ido por detrás de Las Casas». El crecimiento «debería haber sido hacia el norte, una zona bien diseñada y llana, si no hubiera estado el polígono que estranguló la ciudad. Ahora está desarrollándose por donde debería haberlo hecho en otro tiempo», afirma Gutiérrez. 

«Es normal que crezca por allí, donde hay sitio para edificar, en llano...», apunta Eliseo Gonzalo, de San Pedro, quien asegura que el modelo de ciudad lo debe decidir el Ayuntamiento y las asociaciones realizar las aportaciones. Teresa Gonzalo, del Calaverón, explica que hace años se tendía a construir por la zona de Los Pajaritos y la estación de tren, pero ahora se extiende hacia Los Royales y Santa Bárbara, «con edificios nuevos y gente joven». En su zona, destaca el crecimiento en el Cerro de los Moros, con los últimos bloques construidos. El Ayuntamiento habla de un equilibrio entre nuevas construcciones en las afueras y el centro, con Los Royales y el proyecto de ampliación de la Audiencia, que la mayoría de estos colectivos apoyan. 

Sobre el Casco Antiguo, muchos presidentes de asociaciones consideran que en vez de rehabilitar los edificios viejos en estado ruinoso se debería optar por tirarlos y hacerlos nuevos. «Va a costar más rehabilitarlo que hacerlo nuevo», opina Ignacio Gutiérrez. También reconoce la dificultad el presidente de la asociación del barrio de San Pedro, tirar los edificios desde el Carmen a la calle Zapatería, ya que el proceso se paralizó con la crisis. El problema, según ellos, es localizar a los propietarios, pero se debe actuar para evitar que los edificios se caigan. «Si se rehabilitara de verdad atraería a muchas personas a esa zona», indica José Antonio Postigo, de la asociación de Santa Bárbara.

Otras de las reivindicaciones para la ciudad por parte de las asociaciones vecinales es la estación modal. Para Fernando Arévalo, de Los Pajaritos, es un gran proyecto que, por su retraso, lo ve como «una utopía». «Para el barrio sería muy bueno», insiste apelando a la celeridad por parte de las instituciones.

unión y fuerza. La federación de asociaciones de vecinos de Soria hace tiempo que no funciona, a pesar de que, en general, los colectivos sí lo querrían. El problema es que no hay nadie dispuesto a ponerse al frente. Hace año y medio hubo un intento para ponerla de nuevo en marcha, pero finalmente no cuajó. 

En estos años podía estar haciendo fuerza, comenta alguno de los presidentes, «como en lugares en los que funciona». Sobre todo, respecto a temas sanitarios, de urbanismo, depuradora, ampliación del hospital, la nueva prisión, el centro de referencia, la ampliación del campus universitario... Ahora trabajan de forma individual, más centrándose en un barrio y sin ir todos a una para contribuir al desarrollo de la ciudad, lamentan algunos de los responsables. Actualmente, las asociaciones más implicadas forman parte de consejos municipales y sectoriales y reconocen que han realizado aportaciones que han servido para mejorar servicios. «Las asociaciones debemos ser las intermediarias entre los vecinos y el Ayuntamiento, es muy fácil realizar sugerencias en cada barrio para que las trasladen a los responsables municipales. Para algo está la asociación», apunta Ignacio Gutierrez.

«Es difícil porque nadie quiere tirar del carro», añade el presidente del colectivo de San Pedro, «si en una asociación no hay relevo, en una federación que conlleva más responsabilidad mucho menos...». Teresa Gonzalo, del Calaverón, cree que el tema sigue ahí y que se podría retomar, con la implicación de la gente joven. «Estamos siempre en contacto», también con las asociaciones de las pedanías y «la que más ha tirado siempre ha sido la de la Barriada, la de más antigüedad y más peso tiene». Fernando Arévalo, del Calaverón, coincide en esta idea, pero reconoce la dificultad de ponerla de nuevo en marcha «por falta de implicación y posibilidad de tirar del carro en las juntas directivas». «Si ya es difícil sacar una asociación de barrio, la federación es comprensible», indica destacando que «sería deseable, más productivo y eficaz» que existiera para trasladar la opinión de los barrios al Ayuntamiento. Las asociaciones han funcionado de manera muy localista, opina Arévalo, sin reivindicar algo de manera conjunta. José Antonio Postigo, de Santa Bárbara, apuesta por la federación por ser «una voz de todos y un criterio más homogéneo». Carlos Lafuente, del Casco Viejo, cree que se está perdiendo una oportunidad, porque hay ayudas a nivel autonómico para poder realizar proyectos interesantes.

Hace tiempo surgió una nueva asociación de vecinos en la zona centro, que incluía las zonas de alrededor de la calle Ferial, pero Luis Alberto Valtueña lamenta que finalmente no pudiera tener continuidad, por lo que lleva tres años parada.