Un proyecto único para la supervivencia del buitre negro

SPC
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13 ejemplares de buitre negro de seis comunidades autónomas serán liberados en octubre dentro del Proyecto Monachus de Grefa para la reintroducción de especies amenazadas

Primeros buitres negros introducidos en la jaula de aclimatación de Huerta de Arriba (Burgos). - Foto: Grefa / Ical

Desde el año 2016 el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA) lleva a cabo en la localidad burgalesa de Huerta de Arriba un proyecto de recuperación de la población extinta de buitre negro (‘Aegypius monachus’) en la zona. Bajo el nombre de Proyecto Monachus, se ha logrado liberar por el momento a un total de 44 buitres, a los que se sumarán próximamente 13 ejemplares más, llegados de seis comunidades autónomas diferentes.

Durante la mañana de hoy, estos 13 nuevos ejemplares fueron introducidos en las jaulas de aclimatación, para posteriormente, en otoño, proceder a su liberación en la Sierra de la Demanda. Procedentes de comunidades como Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Castilla- LaMancha, la Comunidad Valenciana y La Rioja, formarán parte del cuarto grupo de buitres negros del Proyecto Monachus, que con 'gran éxito' busca la conservación de una de las aves rapaces más amenazadas y emblemáticas de la fauna ibérica.

La asociación Grefa nace en 1981 con el objetivo de estudiar y conservar la naturaleza, a través de la realización de varios proyectos destinados a ese fin. Actualmente cuenta con más de 2.400 socios, y fundamenta su trabajo en la recuperación de fauna salvaje, ofreciendo atención veterinaria y cuidado hasta el momento a más de 40.000 animales salvajes.

Según explica a Ical la responsable de este proyecto en la provincia de Burgos Lorena Juste, por medio de esta iniciativa en la que trabajar cerca de una treintena de personas, logran no solo ayudar a la supervivencia de esta especie sino también a “dar valor a un zona muy despoblada” como es el caso de Huerta de Arriba. 

“Estamos contribuyendo a que no caiga en el olvido, a darle valor, a que la gente se anime a venir y conozca la zona. En este sentido tratamos de poner nuestro granito de arena para que no continúe la despoblación en las zonas rurales” subraya Juste.

Amplia expectación

Este objetivo también está teniendo amplios resultados, puesto que desde que se puso en marcha este proyecto han recibido visitantes de “prácticamente” todas las provincias de España e incluso de países como Bulgaria, Francia, Italia, Alemania, Austria, Portugal y Sudáfrica, que atraídos por esta idea viajaron hasta la localidad burgalesa.

“El año pasado vinieron en torno a 70 y pico personas a la introducción de los buitres”, recuerda la responsable del Proyecto Monachus, “la gente se sorprende bastante porque no están acostumbrados a ver un animal en la mano, y también el ver y conocer de cerca un proyecto de reintroducción, porque no todo el mundo tiene la oportunidad de verlo. De hecho, es el único que se está acometiendo de reintroducción de buitre negro en toda España”.

Durante la mañana de hoy, los encargados del proyecto explicaron a los asistentes en qué se centra esta iniciativa, así como las normas básicas que deben seguir estando cerca de estos animales. “Es un momento delicado puesto que estamos trabajando con animales y además vienen los veterinarios para hacerles un chequeo médico”, explica Juste. Una vez se hayan llevado a cabo las explicaciones pertinentes, el grupo se dirigió a las jaulas de aclimatación, que tienen específicamente colocadas en la zona, donde fueron introducidas las aves.

En octubre, estos ejemplares serán liberados en la Sierra de la Demanda, con el objetivo de contribuir a la creación en el Sistema Ibérico de una colonia de cría de buitre negro, que sirva de “puente” con otras ya existentes en la Península y el resto de Europa, puesto que desde hace más de medio siglo, esta especie no se reproduce en la zona.

Función ecológica de las aves carroñeras

La población europea de buitre negro sufrió un enorme retroceso durante el siglo XX, llegando a desaparecer de la mayor parte de su área de distribución, debido a varios factores, como fueron el uso de cebos envenenados para el control de depredadores, la persecución directa o la pérdida de su hábitat de nidificación y la disminución de alimento disponible. Actualmente está catalogada oficialmente como amenazada en España.

Desde la asociación recuerdan además la importante función ecológica que tienen estas aves carroñeras, puesto que se alimentan de los cadáveres de otros animales, convirtiéndolas en una especie necesaria para completar la cadena trófica. “Eliminan los restos de otras especies muertas en la naturaleza, evitando la difusión de enfermedades entre el resto de animales silvestres y domésticos”, defienden.

Además, no es una especie “muy complicada” con la que trabajar, como puede ser el caso de otras especies de aves. “Es delicado, pero si tiene las condiciones idóneas cría bien, son animales que tienen buena respuesta en el campo. Si se le dan las condiciones idóneas finalmente se va a fijar al territorio con facilidad”, concluye.