Fernando González Ferreras

PREDICANDO EN EL DESIERTO

Fernando González Ferreras

Catedrático


Desgobierno

23/01/2021

El diccionario define el desgobierno como falta de gobierno o mal gobierno, desorden y desconcierto. Buena definición de la situación que estamos padeciendo, un problema muy grave porque es mucho peor el desgobierno que un mal gobierno. El primer responsable es el Gobierno: ¿quién no recuerda las palabras del Pedro Sánchez negando todo pacto con Podemos, señalando que ni dormiría él ni dormiríamos los demás? Nos engañó para seguir en La Moncloa, pero con un gobierno que no quería y ahora paga las consecuencias.
El Consejo de Ministros parece un reino de taifas. Hay un desgobierno de dos gobiernos. Los dos grupos (PSOE y Unidas Podemos) son recíprocamente desleales y tratan de apuntarse todos los méritos y las medallas de forma exclusiva. Les interesan más sus intereses electorales que el interés general. Esta semana, aprovechando el primer aniversario de gobierno, Unidas Podemos tuiteo las fotos de sus cinco ministros apropiándose de las mejores medidas aprobadas en el año e incluso de algunas en vigor antes de su entrada en el gobierno. 
El Gobierno está en crisis. Se habían entendido en las negociaciones con independentistas y afines a terroristas (de ellos depende la presidencia) pero tampoco ha durado mucho el acuerdo. En el programa ‘Salvados’, Iglesias comparó la situación de Puigdemont con la de los exiliados del franquismo. La afirmación ha escocido hasta en sus propias filas. ¿Quizá le traiciono el subconsciente y pensó que Puigdemont también ha huido de una dictadura, porque así percibe la actuación del gobierno al que pertenece? Y el presidente Sánchez, callado.
El desgobierno y la falta de autoridad del presidente impiden que el gobierno se ocupe de los problemas de verdad. ¿Alguien cree que las personas, en la cola del comedor social, están pensando si será mejor la monarquía o la república? Los canarios, que después de años de cotizar, hacen cola delante del banco de alimentos viendo los hoteles de cuatro estrellas llenos de inmigrantes con su pulsera de gratis total ¿no estarán pensando que si otro tiene derecho a lo que yo no tengo derecho, no es un derecho lo que tiene sino un privilegio del que yo soy excluido y que ese derecho lo tiene con el dinero que el gobierno ha recaudado y que todo lo que una persona recibe sin haber trabajado para ello, otra persona trabajó para ello sin recibirlo?
El desasosiego crece por la falta de autoridad. El gobierno es su propia oposición ya que Iglesias actúa como un jefe de gobierno paralelo (se dedica a lo que mejor sabe: la agitación y la comunicación) mientras que PP (dando tumbos) y VOX (con razón en muchas cosas, pero le pierden las formas) se disputan el liderato de la oposición y Ciudadanos es irrelevante. Sánchez debería acabar con el descontrol pero parece que sólo dos mujeres, Nadia Calviño y Margarita Robles, tienen capacidad para hacerlo. El desgobierno se mantiene por la desunión de la oposición, el interés de independentistas por dejar fuera del poder a la derecha y la necesidad de aguantarse para mantener los sillones.
Parece que estamos abonados a repetir errores y estupideces. La política no debería ser el medio para que hombres sin principios puedan gobernar a personas sin memoria y que la política no fuera, para demasiados, la forma de vivir lujosamente por medio de la demagogia (emitir mensajes que sabes que son falsos a personas que piensas que son idiotas porque se creen lo que dices y no lo que haces).