Formando parte del programa de actividades de las Fiestas de Serón de Nágima, el Ayuntamiento promovió el sábado un acto cultural para hacer un recorrido muy especial. A vista de pájaro, gracias a las imágenes grabadas por un dron, los asistentes conocieron una parte del río Nágima, donde su caprichoso zig-zag quedó salpicado desde hace cientos de años por molinos de harina, hoy en ruinas, pero considerados como “los primeros edificios industriales de la geografía española”. Así los presentó José Antonio Alonso, ponente de esta conferencia y autor de la serie de libros “Serón de Nágima. Memorias de un Pueblo Soriano”. Este punto de vista tan particular para acercarnos a los molinos de esta zona de la provincia iba más allá de conocer sus funciones o de hacer un ‘vuelo’ con una estética visual verdaderamente impactante. Que también. Asesinatos, moliendas clandestinas en tiempos de racionamiento, engaños de los molineros, encuentros furtivos entre amantes o apariciones fantasmagóricas son sólo algunas de las anécdotas que han tenido como escenario estos molinos. Sobrevolando los términos de Maján, Nolay, Bliecos, Serón de Nágima, Torlengua, Fuentelmonge y Monteagudo de las Vicarías, se dieron a conocer diversas historias acaecidas en estos edificios tan esenciales para comprender la sociedad, la economía y la historia de estos lares y, además, acompañarlas de unas increíbles imágenes aéreas seguramente inéditas para la audiencia de la sala. Se tomó tierra antes de que el río se adentre en tierras aragonesas, donde a buen seguro sus aguas fueron testigos de otras tantas anécdotas en otros tantos molinos.