Oteruelos también Existe

Ana I. Pérez Marina
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Es uno de los cuatro barrios de la capital soriana, fiel reflejo de la Soria vaciada: no hay wifi, solo una compañía permite la cobertura móvil y las obras del centro social se arrastran desde hace una década

Oteruelos Existe - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

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Oteruelos.

Nueve casas abiertas durante todo el año. Algunas más los fines de semana y también en verano. Unos 40 empadronados. Oteruelos es una de las cuatro pedanías, junto a Pedrajas, Toledillo y Las Casas, del Ayuntamiento de Soria. Su estética urbanística se asemeja a la de otros pueblos del entorno, como El Royo, donde acuden al médico, o a Cidones, donde les atiende la enfermera. Esta pecularidad de la asistencia sanitaria ya es un síntoma de que bien podríamos hablar de un pueblo remoto de las comarcas más devastadas por la sangría poblacional que dibujan la Soria vaciada. Y, sin embargo, Oteruelos solo dista 14 kilómetros de la capital soriana. Tampoco tiene wifi, solo es posible la cobertura telefónica con Movistar -no sin ciertas dificultades- y el inicio de la rehabilitación de lo que un día fue la Casa Consistorial para dar cabida al centro social se remonta a dos intervenciones de la Escuela Taller Duques de Soria hace más de diez años.

Santiago vive desde hacer tres años en este barrio de Soria y considera que Oteruelos es «un claro ejemplo del olvido y abandono de  un pueblo». Justo el día en que El Día de Soria se desplaza a la localidad para hablar con los vecinos, se han retomado las obras en el mencionado centro social, en lo que puede entenderse como la tercera fase, aunque Santiago nos advierte: «No se va a poner todavía ni la luz ni la calefacción. O sea que seguiremos sin poder usar el edificio».

Desde lo alto de la roca del jardín de la casa de Santiago se vislumbra Hinojosa de la Sierra. Está a siete kilómetros y pertenece a El Royo. El vecino de Oteruelos comenta con cierta envidia que antes del verano Hinojosa de la Sierra, así como El Royo y las otras tres pedanías de este municipio (Langosto, Vilviestre de los Nabos y Derroñadas), tendrán wifi gratis gracias a los fondos europeos del programa ‘Wifi4EU’. Menciona, asimismo, que tampoco esperan alumbrado led «como el que van a poner en Cidones».

Oteruelos ExisteOteruelos Existe - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.Oteruelos pertenece a un ayuntamiento que maneja un presupusto de más de 56 millones de euros al año, mientras que el aprobado por El Royo para este 2020 es asciende a   471.250 euros.

Santiago admite que se le pasa por la cabeza plantear a los vecinos convocar algún acto popular «con el lema Oteruelos Existe» y aprovechar el encuentro para poner las reivindicaciones negro sobre blanco. Considera que es «imposible» que el pueblo atraiga población o retenga la que tiene si no se atienden mejoras tan básicas como la conexión a internet, la cobertura móvil o contar con un edificio acondicionado para que puedan desarrollarse actividades para niños y mayores.

«Estamos pidiendo lo mismo que se pide para Soria en Madrid. Si queremos desarrollo necesitamos mejores servicios e infraestructuras», comenta este vecino. Recuerda que antes de cambiar su contrato a Movistar tenía que subirse a una roca o irse hasta el cementerio para llamar por teléfono. «Vivimos muy pocos, algunos son mayores y además viven solos. Luego están los que vienen los fines de semana y los puentes. Y hay gente que solo viene a cazar», añade.

transporte escolar. El único niño del pueblo en invierno es Tadeo, el hijo de Santiago, pero los fines de semana hay más, así que suelen juntarse en su casa ya que no disponen de un lugar público cerrado con calefacción para juntarse y jugar. «Lo mínimo es tener un sitio donde reunirse, wifi y las calles arregladitas. No es ser muy crítico», sostiene. Tadeo va en transporte escolar al instituto Castilla [antes iba al colegio Gerardo Diego en Camaretas, Golmayo], en un autobús que hace la ruta El Royo-Oteruelos-Pedrajas, que sirve además para pasajeros.

Santiago reconoce que, de vez en cuando, se pasa por el Ayuntamiento de Soria a preguntar y también aprovechan la fiesta de agosto cuando acude algún representante municipal. «Todo son buenas palabras, pero al final.... Con lo del wifi desistí, hasta cuando me enteré de lo de El Royo», apostilla.

lo inmediato. Sergio Martín lleva casi doce años como alcalde pedáneo de Oteruelos. «Nos falta wifi, a ver si nos lo pone el Ayuntamiento, acabar algunas calles y mejorar lo que tenemos. De momento, poco más», resume.

Admite que desde que se hizo el tejado del futuro centro social hace más de diez años y hasta esta misma semana, la obra ha estado parada. «Ahora lo van a dejar medio terminado, van a poner ventanas, el suelo, el cuarto de baño, la cocina... faltarían la caldera y la luz. A ver si puede tener la asociación un despacho», repasa el alcalde.

Martín reconoce que el centro médico es «más complicado», porque están suprimiendo facultativos de todos los pueblos y «aquí no lo van a poner». Ahora tienen asignado el médico de El Royo.

El alcalde asume que cuando exponen sus peticiones al Consistorio  de la capital «les cuesta hacer caso, pero hace» y, poco a poco, se van cumpliendo objetivos. «Somos cuatro gatos, nueve casas abiertas y empadronados unos 40. Por suerte está viniendo gente joven», señala.

 «Tenemos 3G, por supuesto que aquí el 4G no llega. Una posibilidad sería el satélite, pero nos lo tendríamos que pagar nosotros a título individual. Aquí vamos una generación por detrás de todo», bromea Santiago.

También llevan algún tiempo pidieron que se arregen las fuentes, aunque ya se mejoraron algo en las hacenderas del verano pasado, pero todavía no funcionan ya que habría que acometer una obra para llevar el agua de los antiguos manantiales o de la toma principal. Y todavía quedan calles y plazoletas sin asfaltar.

Eduardo es uno de los vecinos fijos del pueblo, mientras que su hermana Rosa va y viene desde Madrid.  «Él tiene menos cobertura, yo en mi casa aún tengo, pero aquí él el teléfono fijo y cada dos por tres le falla. Aparece en la factura el descuento por las horas que no hay servicio», explica Rosa. 

En el caso de Eduardo, necesita el teléfono fijo porque tiene el «botón de teleasistencia», ya que vive solo y tiene la movilidad reducida, aunque puede conducir para desplazarase a El Royo al médico y a Cidones para la enfermera. No es usuario de internet, pero cree que es importante para el desarrollo de su pueblo. Tampoco para él es una urgencia el centro social porque no puede desplazarse hasta allí caminando. «Pero está bien que lo hagan, claro. Yo me adapto a mi movilidad», subraya.

Rosa buscaba la tranquilidad que no tenía en Madrid y la encontró en  Oteruelos, en el pueblo de sus padres, al igual que Eduardo tomó esa decisión cuando se jubiló.