O sea, las que se disuelven. Poco a poco. A esas me refiero. Llevamos decenios alimentando ilusiones que poco a poco se desvanecen como un azucarillo en un café. Pero no escarmentamos. Quizá porque es duro vivir anclados al pesimismo y abocados a una amargura que nos impide disfrutar de nuestra existencia. Aunque parezca mentira, los sorianos somos gente alegre, pero ya no echamos campanas al vuelo para evitar nuevas cicatrices con las decepciones con las que, con demasiada frecuencia nos dejamos herir. Los últimos azucarillos están envueltos en el papel de regalo europeo de los fondos de recuperación tras el Covid y la directiva para priorizar las zonas despobladas. Me temo le peor. Las comunidades y territorios que tienen mejores contactos e incluso lobbies de presión, se llevarán como siempre la mejor tajada y, lo curioso del caso es que serán capaces de convencer a esos distantes y rubicundos funcionarios de Bruselas que Madrid o Málaga, también tienen comarcas despobladas.
Otros edulcorantes solubles de moda pasan por el ATI y el PEMA, Aeroparque de Garray y lo que se queda de la Ciudad del Medio Ambiente. Algo bulle en el ambiente, nos aseguran. Hay empresas merodeando, pero quienes están en el ajo no se dejan seducir por vaguedades y esperan las firmas y contratos para hacerse la foto. Saben que esos grupos industriales también están rondando a otras provincias. Y mientras que la construcción de la pista ampliada del aeródromo espera hasta que pase el invierno, las miradas se fijan en el Gobierno de España y en su presidente para que, de una vez, se aplique una fiscalidad diferenciada, o sea más baja, para incentivar a quienes aquí se ubiquen. Ya no hay coartada europea que valga. Antes se decía que no lo permitía el Consejo Europeo y a otra cosa, pero ya no es así. De hecho, antes de que existiera esta licencia explícita para territorios con menos de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado, ya había fiscalidad especial para Navarra o Euskadi. Si alguna vez Pedro Sánchez vuelve a la Feria Presura o cualquier otra cita para hablar de despoblación, en lugar de deshacer el tartán de los Pajaritos con su helicóptero, que nos dé un titular con esa diferenciación. Lo agradeceremos mucho más que sus sonrisas impostadas.
Por cierto, las tentativas de presionar al ejecutivo de la nación con mociones aprobadas por instituciones locales como ocurrió ayer en la Diputación de Soria, no sólo no sirven para nada, son el ejemplo palmario de la impotencia ante quienes nos ignoran y por cierto, cada vez hacen más viables candidaturas como la de Soria Ya. Si a los nacionalistas les sale rentable a los provincialistas quizá también.