¿Una tercera dosis?

N. G. G - A. S (EFE)
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El debate sobre la necesidad de un pinchazo de refuerzo para la protección del coronavirus lleva meses sobre la mesa y, aunque no hay consenso, podría ser útil para ciertos colectivos

¿Una tercera dosis? - Foto: Jorge Gil Europa Press

Las vacunas han sido la gran esperanza de la pandemia de coronavirus y, aunque el objetivo aún sea lograr el efecto rebaño, la mirada ya  está puesta en si será conveniente una dosis de refuerzo, una tesis que no está respaldada aún con suficientes evidencias científicas. No obstante, parece que esta sería más necesaria en mayores y en personas con una respuesta baja o nula de anticuerpos posvacuna.

Se trata de añadir una inyección adicional a la actual pauta de dos -excepto para Janssen que es monodosis- con el objetivo de reforzar la respuesta inmune y podría ser la misma vacuna u otra diferente. En todo caso, cualquier nueva pauta de administración tendría que validarse con ensayos clínicos que demostrasen su eficacia y seguridad.

Aunque muchos países están en pleno proceso de vacunación y otros apenas han comenzado a inocular la primera dosis, lo cierto es que este debate lleva meses encima de la mesa.

Farmacéuticas como Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Sinovac han comenzado a realizar estudios para evaluar este refuerzo y hay algunos datos preliminares que la avalarían, pero organismos, gobiernos y expertos coinciden en que aún es pronto para hablar del tercer pinchazo ante la falta de una certeza manifiesta.

Pero además hay otra vertiente: la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte del aumento de las desigualdades y de que no ayudaría a equilibrar el reparto global de la profilaxis.

«Aún no hay evidencias de la necesidad de una tercera dosis de refuerzo en la población general», señala Isabel Sola, del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), para quien es necesario hacer un seguimiento epidemiológico de reinfecciones, «lo que indicaría que la inmunidad se ha reducido lo suficiente como para no proteger».

Alternativamente, agrega, si se conocieran los correlatos de protección (los niveles mínimos de anticuerpos e inmunidad celular que protegen) habría que hacer un seguimiento de cómo evoluciona esta inmunidad después de las dos dosis para saber si todavía la vacuna es protectora o no.

Sola, inmersa en uno de los proyectos de vacuna española, indica que la dosis de refuerzo podría ser necesaria en personas inmunocomprometidas que no responden bien a los sueros y en mayores, aunque «todavía no hay certeza de que sea necesaria».

 

Conocer la respuesta

La viróloga Inmaculada Casas coincide con Sola en que si fuera necesaria una dosis de refuerzo sería para aquellas personas que presenten «una respuesta baja o nula de anticuerpos posvacuna».

Casas, responsable del Laboratorio de Virus Respiratorios y Gripe del Centro Nacional de Microbiología, dependiente del Instituto de Salud Carlos III, subraya que para administrarla habría que hacer estudios poblacionales con el fin de conocer la respuesta inmune tras la pauta completa de dos dosis -en la mayoría de vacunas- y la persistencia de los anticuerpos generados a lo largo del tiempo.

Esta experta recuerda que, por el momento, las variantes del virus   SARS-CoV-2, incluida la delta (detectada en la India y ya dominante), son neutralizadas por los anticuerpos generados por las vacunas aprobadas por el momento en la Unión Europea (Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen).

 

Futuras mutaciones

En caso de que el patógeno mutara demasiado como para que los actuales preparados dejaran de proteger, apunta por su parte Sola, habría que inmunizar con uno nuevo que incorpore esos cambios que tienen lugar en la proteína S y que proteja frente a esa nueva versión de coronavirus.

La proteína S o de la espícula es la que virus utiliza para entrar en la célula humana y las vacunas actuales están basadas en diferentes estrategias que la tienen como blanco común.

Esta ya no sería una dosis de refuerzo, sino una vacuna nueva: «Es algo similar a lo que sucede con la profilaxis anual de la gripe, que cada año se administra una diferente que proteja frente a las nuevas cepas de cada estación».