"La sanidad no es solidaridad, es un derecho"

Ana I. Pérez Marina
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Este martes 26 de mayo se cumple un año de las elecciones municipales. El primer aniversario de la cuarta legislatura de Carlos Martínez como alcalde de Soria, su tercer mandato con mayoría absoluta. Una legislatura condicionada por la pandemia

"La sanidad no es solidaridad, es un derecho"

Poco más de once meses de gestión desde que el 15 de junio de 2019 tomara posesión la nueva Corporación, periodo que se ha visto sobrepasado por las diez últimas semanas marcadas por la COVID-19 que ha dado un giro a la vida pública y privada del mundo entero. La voz del regidor soriano se escuchó en varios medios nacionales en los que lanzó un #SOSSoria para reclamar ayuda ante la crítica situación sanitaria que estaba viviendo la población soriana castigada con dureza por el SARS-CoV-2. Esta misma semana, en el Consejo de Alcaldes, exigió «compromisos reales» a corto, medio y largo plazo para encarar la desescalada, en primer lugar, y para la reconstrucción, después. «Necesitamos refuerzo sanitario en las provincias donde menos capacidad de respuesta hemos tenido», aseguró tras el consejo. En esta entrevista, abunda en el mismo mensaje.

Se cumple un año de las elecciones municipales. Usted volvió a marcar un hito y revalidó la mayoría absoluta con un concejal más (12). ¿Cómo define esta primera parte de la legislatura?

La repetición de las elecciones generales y todo el convulso año que fue el pasado desde el punto de vista político lo hizo muy complejo, sobre todo cuando quieres desarrollar tu proyecto de ciudad y necesitas de otras administraciones. Con el presupuesto aprobado para este año, con el objetivo de avanzar en esta legislatura,  nos cae la bomba atómica que ha sido esto [pandemia], que ha hecho que tengamos que estar trastocando todos los parámetros, revisando objetivos y replanteándonos el futuro, la realidad que se nos viene encima. Le decía a mi equipo, medio en serio, medio en broma, que ya nos merecíamos una legislatura sin un contexto tan adverso, dedicarnos a un desarrollo más concreto, sin tanta injerencia externa. Igual que en 2007, cuando empezamos, hay que entender el contexto macroeconómico sin olvidar el ‘micro’ y sin plantear políticas que generen mayor desigualdad y desequilibrio entre los territorios. Si en 2007 hubiéramos planteado la crisis como excusa para la inacción y mantener una nula política de inversión, posiblemente, no estaríamos aquí. Eso mismo es lo que tenemos que plantearnos ahora y lo que recogemos en los presupuestos de este año, que nos ha permitido que a día de hoy, con las dificultades de los parones administrativos, tenemos encima de la mesa una licitación de obra pública de cinco millones. Las políticas públicas son las únicas que pueden corregir esos desequilibrios.

En este año, ¿qué proyectos se han cumplido y cuáles están estancados?

Hay que diferenciar la competencia estricta del ámbito municipal y el presupuesto propio, y el resto del proyectos que van vinculados a otras administraciones. El modelo que es insostenible es el de seguir así, eso no nos vale. Tenemos que intentar plantear políticas distintas y en ello ha sido clave el cambio de Gobierno en Madrid, que permite que proyectos importantísimos vean la luz, incluso ahora mismo, como la depuradora, o la comisaría, el Centro de Referencia Estatal y el centro penitenciario, o el desbloqueo de Valcorba con el desarrollo de la subestación. Necesitamos invertir el modelo para aplicar políticas públicas que no se escuden en la cuestión de la población para desarrollar la inversión pública. Lo mismo en el ámbito del Parlamento Europeo, en el reparto de fondos.

Las líneas del debate político nacional e internacional también deben incluir a Soria y sus problemas entre sus objetivos. Se habla de transición energética, transición ecológica... y podemos estar en ese parámetro de desarrollo de inversiones. Para mí es fundamental.

Este miércoles volvió a ser claro en el Consejo de Alcaldes en las reivindicaciones sanitarias.

He sido muy claro, pero el diagnóstico está hecho desde hace mucho tiempo. El Plan de Infraestructuras Sanitarias de 2002 ya recogía la necesidad de un centro de salud en El Burgo de Osma, Soria Norte o inversiones en el hospital Santa Bárbara... creo que no tenemos que perder mucho más tiempo en todo esto, cuando nos hemos topado de bruces, con absoluta crudeza, con una fragilidad sanitaria como la que hemos tenido. Ha sido más fácil la búsqueda de la culpabilidad, en lugar de la asunción de la responsabilidad que nos lleva, una vez más, ya no a invisibilizar el problema, sino a no reconocer la causa de lo que estamos padeciendo. En la situación que hemos tenido habrán influido muchos factores, pero hay un problema de fondo claro y contundente y es que no hemos sabido dar una respuesta adecuada. Con un servicio de epidemiología tan débil como el que tenemos, el cortocircuito de la red de contagio es mucho más difícil. Hemos visto como La Rioja o el País Vasco han sabido responder de una forma adecuada y aquí, no. Estamos conociendo cuál es la realidad que nos han estado encubriendo todo este tiempo. No hay que olvidar de dónde venimos, llevamos mucho tiempo trabajando por la plataforma del hospital o diciendo que cedimos la parcela en 2007 para el Soria Norte y la Escuela Oficial de Idiomas y esto tiene unas consecuencias. Todo pasa por el reconocimiento de la situación, máxime cuando ahora va a haber fondos adicionales y recursos económicos. Si seguimos así, incluso los fondos adicionales se nos van a ir otra vez. O somos capaces de reconocer la situación o nos haremos trampas al solitario, volveremos a justificar lo injustificable y la brecha de la desigualdad seguirá creciendo.

Fue muy combativo en el peor momento de la pandemia, cuando la sanidad soriana estaba desbordada por el aluvión de contagios. ¿En qué medida cree que surtió efecto su #SOSSoria?

Surtió muy poco efecto, no tuvo la respuesta de las autoridades sanitarias de Castilla y León que debería haber tenido. Cuando yo escuché en boca de responsables autonómicos hablar del distrito único sanitario en Castilla y León, entendí que esa era la solución que yo reclamaba, planteando que los recursos sanitarios se tenían que poner a disposición de los que hemos estado en peor situación. Y, lamentablemente, no ha sido real. Los recursos que se han puesto han sido el desplazamiento de enfermos y no del equipamiento ni del personal que necesitábamos. Aquí no hay un problema de continente, sino de contenido. Segovia está reclamando la construcción de un segundo hospital, aquí lo tenemos. Teniendo un hospital como el de Burgos, con otro en Aranda y otro en Miranda, se ha podido hacer frente a la pandemia. ¿Y nosotros, cuando el hospital de referencia no nos cogía a gente? Nosotros estábamos librando la batalla con sanitarios voluntarios jubilados y triplicando turnos del personal, con sentencias del juzgado diciendo que teníamos que proteger a nuestros sanitarios, el Colegio de Médicos de Castilla y León poniendo sobre la mesa que Soria y Segovia no estaban dando cobertura al derecho constitucional de la sanidad universal... 

No podemos depender de la solidaridad. Tuvimos un arrope importante a través de los medios de comunicación que culminó con los operativos puestos en marcha por el SAMUR, el Ministerio de Defensa, la solidaridad de otras comunidades como La Rioja, Euskadi o la Comunidad Valenciana o el propio Gobierno cubano, y también se visualizó a través del voluntariado de cardiología de Salamanca, porque aquí no ha habido movilización de recursos sanitarios por parte de la Comunidad autónoma, de mover efectivos de Salamanca a Soria, sino que vinieron de forma voluntaria. La sanidad no es solidaridad, es un derecho. ¿Y la culpa era de los sorianos que no hacíamos el confinamiento?

Su participación en los medios nacionales también se entendió como ‘oportunismo político’ en un momento de máximo sufrimiento y vulnerabilidad de la población, ¿cree que puedo equivocarse en algunos mensajes?

El que hace cosas se equivoca, pero el mayor error, cuando reflexiono sobre lo que ha pasado, está en no haberlo hecho antes, sinceramente. Las maniobras partidistas que se pudieron trasladar, cuando venimos de ganar unas elecciones hace muy poquito tiempo con un importante respaldo ciudadano... la verdad, no sé cuál es el objetivo de una rentabilidad personal o partidista. La respuesta que se estaba dando no estaba siendo ni muchísimo menos adecuada y la información no se correspondía con la realidad de los hechos. En una mediana o gran ciudad igual es más fácil esconder cifras, pero aquí, no, porque a todos nos ha tocado en nuestros entornos el impacto de todo esto. Nosotros trabajamos con los servicios funerarios municipales y vemos la realidad de lo que hay, no pueden esconderse detrás de las cifras de si se han hecho o no test. 

Puedo pedir disculpas a quien se haya podido sentir ofendido por mi planteamiento, pero nos asistía la realidad de los hechos que ha sido absolutamente abrumadora. El problema no se resuelve, lo que se hace es esconder las responsabilidades de quien tiene que resolverlo. Llevamos demasiado tiempo dándole la espalda a la realidad de Soria, justificándola. Cuando hablas de metros cúbicos de autovía o metros de ferrocarril es más difícil de entender, pero cuando hablas de lo que nos ha pasado... a todo el mundo nos ha tocado. 

Los datos son tozudos. Además, si hubiera sido yo solo el que hubiera salido, pero lo hizo el Colegio de Médicos de Castilla y León, el Sindicato de Enfermería, veíamos los vídeos de los trabajadores de cómo se estaban protegiendo nuestros intensivistas a los que aplaudíamos... Pido disculpas si alguien se ha molestado, pero la peor de las deslealtades es ser cómplice de las desigualdades y de las decisiones absolutamente injustas. Quiero agradecer la labor que han hecho los profesionales sanitarios.

Sugirió que si la gestión sanitaria hubiera dependido de usted, Soria no se habría visto en la misma situación y también que lo que vivía Soria era peor que en Madrid, ¿está convencido de ello o fue fruto de la tensión?

La tranquilidad no la perdí en ningún momento. Mi comparación con Madrid fue muy concreta: cuando un lunes nos levantamos viendo el colapso de las UCIs en Madrid, nosotros ya llevábamos colapsados 48 horas. Sabemos lo difícil que es romper la frontera mediática en territorios pequeños. Todas las instituciones ya habíamos advertido, incluida la Delegación Territorial de la Junta, el jueves y el viernes anterior, que íbamos a colapsar y que necesitábamos refuerzo. Ante el silencio ante ese llamamiento, nosotros reventamos en una emisora local sin intención de escalar de la forma que al final se escaló, pero con la necesidad de decir: ¿de verdad no vamos a tomar ninguna decisión sobre lo que está sucediendo aquí? ¿Íbamos a ser invisibles ante esta situación? ¿Nos van a decir que la culpa es nuestra porque somos muy viejos o estamos cerca de Madrid? ¿No está Guadalajara cerca de Madrid y no está igual? No me vale que haya habido una invasión de madrileños, vascos o riojanos. Nosotros no pedimos otra cosa que poner encima de la mesa la realidad e intentar enmendarla. El que se lo tome a mal, pues allá él. Lo que no sirve es ignorar la realidad. Día tras día vamos conociendo datos y nuestros peores presagios se van cumpliendo. 

En el Cecopi [Centro de Coordinación Operativa Integrado] planteé: Señores, la cobertura en las residencias está fallando. Cuando acude Médicos Sin Fronteras y nos traslada la crudeza de lo que está pasando en las residencias, lo hacemos ver para que muevan ficha, se estaba negando la asistencia hospitalaria, con una precaria asistencia médica porque la Primaria, que es la primera línea de infantería de bloqueo de la situación, no tuvo la protección suficiente y teníamos unos porcentajes de bajas salvajes y, por tanto, no había atención en el entorno rural, sobre todo en las residencias que se estaban convirtiendo en lo que hoy hemos corroborado, no conocíamos la nota interna, nos la negaban. Hoy ya la conocemos.

Alude a los errores de la Junta en la gestión de esta crisis sanitaria, ¿en qué ha acertado?

No podemos encapsular la gestión en aciertos o errores, esto es una cadena. El lunes tuve la oportunidad de hablar, por primera vez, con la consejera de Sanidad. Le agradecí la llamada y he visto a lo largo de este tiempo a una persona que ha tenido la sensibilidad suficiente y el arrojo para afrontar una responsabilidad que nadie podía prever. Le dije: te ha tocado gestionar este momento con los medios que has tenido, porque de los 30 años anteriores no te corresponden las responsabilidades. También tenemos que ser conscientes de que no se puede plantear un compromiso a ciegas con lo que se está haciendo sin tener un retorno. El esfuerzo de la Consejería de Sanidad ha sido ímprobo, pero es muy difícil  gestionar con los recortes salvajes de muchísimo tiempo. Incluso planteo que desde Valladolid se ha intentado hacer lo mejor posible, como dijo Igea en su momento, lo mejor que saben y pueden, pues seguramente sí. Y desde ese planteamiento hacemos ese reconocimiento del esfuerzo, pero en paralelo reconóceme que hay territorios en los que hemos tenido sopas y paracetamol. Ese esfuerzo ha sido precisamente por no tener los medios ni materiales ni humanos. Si no se produce este reconocimiento, mañana volveremos a estar igual. No hemos sabido dar una respuesta, no lo digo yo, lo dicen los datos. La respuesta ha sido estar en el vagón de cola.

¿Denunciar la situación de precariedad en la asistencia y en un derecho básico de la ciudadanía como es la salud pública, me lo tengo que callar para no perjudicar la imagen del turismo y dejar que se muera mi gente en las residencias? ¿En serio me pedís esto? Conmigo no contéis.

Titular de El País de este lunes: ‘Castilla y León: la Comunidad donde pactan PP y PSOE, y Podemos alaba a Ciudadanos. La oposición aparca las críticas y apoya la prudencia de la Junta, que ralentizó las solicitudes de cambios de fase’. ¿Se siente cómodo con este titular? ¿Ha estado respaldado por su partido en Castilla y León?

Claro que defiendo la necesidad de un acuerdo político frente a una situación de estas características, en contrapunto a lo que está sucediendo en Madrid que es el esperpento llevado al extremo. Pero planteo que el acuerdo político tiene que descender a hechos y realidades. Por eso he puesto encima de la mesa [en el Consejo de Alcaldes] hechos y realidades: Plan de Infraestructuras Sanitarias de 2002, centro de salud de El Burgo de Osma y Soria Norte; hospital Santa Bárbara, con incorporación y revisión del proyecto en función de las especialidades que hemos visto que hoy son necesarias para poder abordar un pico de estas características y la sanidad ordinaria, que cuando empecemos a ver que hay 9.000 personas en las listas de espera de Soria acumuladas desde el año pasado, esto también va a tener sus consecuencias; y refuerzo de Atención Primaria y Epidemiología. Cuando escucho a Fernández Mañueco decir: vamos a garantizar la continuidad de las obras del hospital... para chasco, si quieres renuncia al contrato otra vez. Y ya no me sirve la respuesta ‘algo haremos con El Mirón’, cuando no puede estar al 50% de uso y tiene que convertirse en un centro de referencia autonómico en atención sociosanitaria. Lo que planteo es muy concreto: Epidemiología, Atención Primaria y lo que recoge el Plan de Infraestructuras Sanitarias de 2002.

¿Pero se ha sentido respaldado por su partido en Castilla y León en esta crisis?

Mi partido está defendiendo el acuerdo político y lealtad institucional. Yo defiendo lo mismo. Con Luis Tudanca he estado hablando prácticamente a diario, ha sido uno de mis grandes aliados a la hora de reivindicar muchas cosas ante el Gobierno autonómico y ante el Gobierno de España. En el ofrecimiento de tender la mano para alcanzar un acuerdo de Comunidad sobre la situación que tenemos, cómo no voy a estar. Otra cosa es que no quiero más engaños y lo he advertido. La confrontación por confrontación no sirve absolutamente para nada, pero necesito que el acuerdo llegue al detalle y el detalle pasa por inversiones concretas, por que no exista una tabla rasa de que los fondos extraordinarios sean exclusivamente lineales por población y vuelvan a fastidiarnos. Se tienen que aplicar en función de la necesidad. Soria y Segovia no están en igualdad de condiciones y se ha visualizado de una forma muy dura que somos los que más necesidades tenemos. No es que me sienta respaldado, es que estamos pidiendo exactamente lo mismo. Lo que no podemos plantearnos son cuatro líneas generales de actuación y hacernos una foto; por ahí, no. Por ahí ni paso yo, ni pasa Luis Tudanca.

Toda la Comunidad autónoma parece que pasará a la fase 1 este lunes 25 de mayo. ¿Hubiera entendido que Soria no avanzara de fase?

Hubiera entendido que Soria no pasara de fase si hubiera sido por una cuestión de evolución de la pandemia. Aquí hay una prioridad única, que compartimos todos, que es la salud pública. Partiendo de esa premisa, con el objetivo secundario de la vida ordinaria y de la recuperación de la actividad económica, se plantea una desescalada hasta llegar a un horizonte a principios de julio, que debe cumplir dos parámetros fundamentales. Por una parte, la evolución epidemiológica de la pandemia, que es donde te examinas de cómo has gestionado la pandemia. Si es tan negativa que no puedes salir, bajo mi punto de vista obedece a que has gestionado fatal. Y, hay un segundo dato, que es la respuesta para dar cobertura sanitaria acorde en distintos escenarios, que es lo que pide el Ministerio. Si hay un rebrote, ¿lo tienes planificado para que no nos vuelva a coger igual? Hubiera entendido que Soria no hubiera pasado a la fase 1 por el suspenso a la gestión de la pandemia que hemos tenido. No admitiría la asimetría porque aquí no se ponga, en ese plan de contingencia, los refuerzos sanitarios en Primaria, hospital y epidemiología, sin una cobertura de la población suficiente como para poder saltar de fase.

¿Qué opina del criterio de distinción entre Zonas Básicas de Salud?

El planteamiento que puso encima de la mesa la Junta podría tener una cierta lógica, inicialmente. Si coges el soporte de la realidad en la provincia de Soria, ¿qué diferencia hay entre Soria Norte y Soria Sur, Soria Rural de Garray y Golmayo, que llega hasta La Póveda, casi al confín con Burgos y con Berlanga? Y si el objetivo era recuperar la actividad económica y la vida normal, ¿salir a tomar una caña en El Motores de San Pedro Manrique es recuperar la vida normal? Esto lo expusimos en el Cecopi, el presidente de la Diputación coincidía. Ahora han rectificado, aunque no lo van a reconocer, y pasamos todos.

No puede haber un cambio de criterio en función de un objetivo, pero es verdad que ahora la rectificación para que la provincia salga como entidad administrativa creo que refuerza a la propia provincia. 

Entre tanto, hemos visto las vergüenzas de esta ordenación del territorio, como que las Zonas Básicas de Salud no coinciden con las educativas. En San Pedro Manrique podrían ir a clase el 25 de mayo, pero Almajano está en la misma Zona Básica de Salud, pero en distinto área educativa, ¿qué hacemos? Estar justificando todo esto de forma permanente, no vale. Lo de las Zonas Básicas de Salud es una consolación al alivio para decir que no estamos todos en rojo. El dato de la evolución de la pandemia es objetivo, si has gestionado mal, estás en rojo. El día 11 de mayo dicen que van a hacer PCR en Atención Primaria y tres días después ni rastro de los PCR, ni de los rastreadores, ni de nada. Y hasta hoy. Tienen que reconocerlo.

¿Cómo valora la actuación del Gobierno de Pedro Sánchez durante la crisis sanitaria? ¿Comparte su plan de desescalada?

El plan de desescalada, bajo mi punto de vista y lo he leído muchas veces, es bueno, porque genera unas líneas básicas sobre una gestión absolutamente atomizada con 17 comunidades autónomas. Otra cosa es que donde se nos han visto las vergüenzas claramente es en que la descentralización de las competencias no puede ser el desarrollo de distintos reinos de taifas que, en función de la capacidad económica, puedan dar una cobertura. En todo este proceso se nos han visto las costuras en el modelo autonómico. Desde mi punto de vista, la tutela del Estado para garantizar la igualdad de derechos a la ciudadanía se ha visto de una forma muy clara que no existe.

Debemos generar unas herramientas que no pueden pasar por una recuperación de competencias, pero sí por una obligatoriedad en la coordinación de la gestión que garantice la igualdad y la cobertura de derechos a toda la ciudadanía. Y eso le compete al Gobierno de España. Igual que la pandemia se ceba con los más débiles como son los mayores, con los territorios pasa lo mismo.

Luego podemos agarrarnos al factor de la cercanía con Madrid o del envejecimiento pues, lógicamente, eso hace que se incremente, pero no me pueden decir que Palencia tiene menos envejecimiento o menos cercanía con Madrid que Soria. 

A nivel nacional, ¿a cuántas puertas ha llamado para exponer la situación crítica que atravesaba Soria? ¿Siempre le han abierto?

Nos ha tocado llamar a muchas puertas y hacer un ejercicio de convencimiento y argumental importante. Es verdad que si analizas cómo se ha revisado esta situación en los medios nacionales e internacionales, siempre se habla de datos absolutos. Por tanto, es muy difícil de entender que 30 muertos al día en una provincia como Soria es un drama, cuando en el contexto de datos absolutos esa cifra se sobrepasaba en dos horas en cualquier ciudad grande. Es el mismo esfuerzo que cuando tenemos que plantear que los datos estadísticos porcentuales a mí no me sirven para repartir los fondos. ¿Quién quiere hacer aquí una carretera cuando se puede hacer una M-60? ¿Tenemos que plantear que si aquí no tenemos especialistas en Sanidad es porque no tenemos población y no quiere venir la gente? Sí quieren venir, se nos han ofrecido, otra cosa es cómo planteas el problema no reconociéndolo.

Claro que ha sido difícil hacer entender a nivel nacional el grado de conmoción social que supone tener 30 muertos al día en Soria y, al mismo tiempo, decir que con 20 profesionales del SAMUR lo solucionamos. Tenemos que intentar ver la realidad como es, ha generado muchas horas de trabajo y mucha pelea, eso no hay que esconderlo.

¿Cómo considera que ha sido la colaboración institucional en la provincia de Soria en estos dos meses y medio? ¿Ha habido lealtad política?

Ha habido colaboración institucional y lealtad política. Todos hemos puesto todo lo posible y lo imposible encima de la mesa por arrimar el hombro. La colaboración institucional ha sido más que estrecha. ¿Y lealtad política entendiéndola como qué? Si la lealtad ha sido aplicar todos los medios, y los que no teníamos nos los inventábamos, también ha existido. Ahora la cuestión está en que creo que lo que no ha funcionado es el gobierno horizontal, que cada vez se necesita más para todo en este país. No ha habido una horizontalidad en la toma de decisiones, no ha habido horizontalidad en la información para poder tomar esas decisiones y el Cecopi se ha convertido, desde mi punto de vista, en un instrumento de dación de cuentas dos horas antes de la comparecencia en los medios de comunicación. Lo que falla no es la lealtad institucional o política, o el compromiso de las instituciones, falla que la horizontalidad no ha existido. Hemos multiplicado turnos de todo el mundo, comprábamos batas en Arnedo y se entregaban a Urgencias, o a la entidad privada o pública que lo necesitara hemos dado mascarillas....

Los portavoces de los grupos municipales de la oposición valoran la participación que el equipo de Gobierno les ha dado en estas semanas. ¿Este tiempo también ha servido para acercar posturas?

Sobre todo hemos sido sinceros y desde la sinceridad se han expuesto con crudeza cuáles eran las opiniones de cada uno. Lógicamente, el objetivo no puede distar mucho en una situación tan compleja como esta y todo el mundo ha entendido los por qués de muchas de las cuestiones. Yo no busco ni el aplauso ni el respaldo en lo que hemos puesto encima de la  mesa, pero hemos trasladado toda la información que teníamos, las acciones que estábamos llevando a cabo, para no caer en una acción política malentendida. En este sentido, tengo que reconocer la comprensión que han tenido todos los grupos.

¿Teme un rebrote? ¿Confía en la responsabilidad ciudadana en ese paso de fase o cree que solo respondemos a golpe de sanción?

Si alguien ha respondido ante esta situación ha sido la ciudadanía, me da igual la soriana que el resto. Este contexto ha sido como una especie de ‘Gran Hermano’, estábamos en un bucle del que teníamos que intentar salir porque era muy peligroso. El 12 de marzo yo dije: ojo con la situación de ‘Gran Hermano’ que podemos tener cada uno confinado en nuestras casas, con esa información que puede ser sensacionalista en unos casos, pero que nunca va ser positiva. 

Creo que la respuesta de la ciudadanía ha sido brutal. Siempre es noticia el niño que muerde al perro y no el perro que muerde al niño. En ese sentido, puede haber una foto que traslade una sensación diferente, pero han sido muy pocos los niños que han mordido a los perros. La concienciación de la ciudadanía ha sido, bajo mi punto de vista, ejemplar. Hay que entender también que somos animales sociales y necesitamos de contacto, albergar esperanzas ante esta situación. Es verdad que con este virus sabemos lo que pasa en cuatro meses, pero no sabemos lo que pasa en seis. Lo que parece que puede ser improvisación es porque estamos en una situación que es tan distinta a lo que estamos acostumbrados que es fácil ejercer de Nostradamus en cualquier momento. Ante todo esto, la única respuesta que ha sido realmente efectiva ha sido la de la sociedad, que ha asumido la restricción de libertades, el confinamiento, el riesgo... la sociedad ha estado a la altura.

¿Fue una imprudencia, a su juicio, mantener las manifestaciones del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, o la del sector agrario el 12 de marzo, cuando ya se sabía que el contagio del SARS-CoV-2 se estaba disparando?

A posteriori, siempre. Al final, la manifestación del 8 de marzo es más que legítima, la de agricultura y ganadería es más que legítima, es verdad que todos podríamos haber planteado muchas otras cosas y haber hecho un análisis más certero con una bola de cristal de lo que podríamos haber evitado. Vuelvo a la raíz del problema, es fácil buscar culpables, pero hay que hacer un esfuerzo intelectual en buscar las causas. ¿Y las causas están en que para cortar la cadena de contagio una cuestión puntual de suspender una manifestación es importante? Puede ser importante. Me parece mucho más importante cortocircuitar los contagios con un buen sistema de Atención Primaria y epidemiológico, dotado de personal y de equipamiento, que haga un rastreo efectivo, que se haga un test rápido, que tengamos la prueba... Alguien cercano fue el 14 de mayo, dos meses después del Estado de Alarma, y todavía no teníamos un PCR en 24 horas como marca el protocolo, ni un rastreo de contactos, el paciente todavía tiene qué preguntar qué tiene que hacer y le dicen que llame a su médico de familia. En todo esto hay mucha más responsabilidad en no cortar la cadena de contagio que en una manifestación. Si mañana surge un rebrote, ¿va a ser porque no hemos hecho el confinamiento o porque no se han seguido las medidas?