José Luis Bravo

SOPA DE GUINDILLAS

José Luis Bravo

Periodista


No hay agua

09/05/2021

No hay agua, y sanseacabó. El acuífero de Araviana, en el que la empresa Valle de Odieta fiaba sus expectativas de obtener agua para abastecer a las 23.520 vacas de la mega granja que ha proyectado en Noviercas está agotado. Las últimas captaciones, como el regadío de Hinojosa del Campo, han acabado con sus reservas, aseguró a Onda Cero Soria un técnico de la cúpula de la CHD, y en consecuencia este organismo ha comunicado a los promotores navarros que ni siquiera les da el permiso de investigación del acuífero que habían solicitado.
Con este preámbulo podría quedar zanjada la situación de la que venimos hablando desde hace más de un lustro, pero conviene analizar, aunque sea de pasada, lo que supone esta decisión administrativa que, por otra parte puede ser recurrida, supongo, y más allá de si somos favorables o contrarios a la iniciativa, como es mi caso por cierto, lo que no termino de entender es la razón por la que este dato sobre la ausencia de agua, que casi todo el mundo sospechaba, no se ha puesto sobre la mesa antes. El organismo de cuenca debería haber planteado este problema insalvable, por propia iniciativa hace ya mucho tiempo, o en su defecto, los opositores, sobre todo partidos con representación parlamentaria, haber exigido un informe al respecto. No es de recibo andar mareando la perdiz tantos años para concluir que la posibilidad es una utopía por la carencia de una materia imprescindible. No obstante, llegados a esta situación, también interesa saber por qué no se autoriza la investigación. Si hay una supervisión rigurosa de la propia CHD, no hay nada que perder. Sabremos si es cierto o no que la cuenca del Araviana está casi seca o si hay más agua de la que se dice. El conocimiento nunca debería limitarse, sobre todo si Valle de Odieta corre con los gastos. Es como si a los también Navarros impulsores de la mina de magnesitas les hubieran prohibido una prospección para valorar la potencia de la veta de mineral con el argumento de que en Borobia no había nada que rascar.
Los ciudadanos esperamos de las administraciones decisiones sensatas y argumentadas. Necesitamos confiar en quienes nos gobiernan y en este caso lo mejor sería que la Junta de Castilla y León valorara la necesidad de un estudio de impacto ambiental riguroso y no condicionado y actuara en consecuencia porque, insisto, aunque no siento  la menor simpatía por este megalómano proyecto que los susodichos navarros no quieren en su suelo, tampoco tiene fundamento dar largas a una empresa para cerrarle las opciones con tantos trámites ya terminados, como la compra de los terrenos a los vecinos de Noviercas, aunque aún no estén pagados.