El Numancia recibía al Calahorra con la urgencia de ganar para apagar el fuego de las últimas semanas en forma de declaraciones de Iñaki Bea y de actuaciones discretas del equipo sumando dos puntos de 9 posibles. El colista parecía el rival idóneo, pero los rojillos transmitieron incomodidad desde el pitido inicial.

El técnico vasco apostaba por Íñigo Muñoz y Zarzana, mostrando a Los Pajaritos que los fichajes en zona de tres cuartos de campo eran más que necesarios. Los primeros 45 minutos pasaron sin pena ni gloria. A excepción de un gol anulado a Mancebo por fuera de juego y alguna aproximación de Rubén Mesa, el Numancia apenas creaba ocasiones.

Iñaki Bea daba entrada a Valín, Jaume Pol y Bonaldo. Los damnificados eran San Emeterio, Dani Sánchez y Cotán. El mensaje era claro: más profundidad y mordiente para el equipo, pero el atrevimiento del entrenador solo se quedó en intención.

Tuvo que esperar la grada de Los Pajaritos hasta el minuto 70 para levantarse del asiento. Un gran cabezazo de Rubén Mesa acababa en una gran parada de Limones. Solo quedaba ver si esa jugada aislada podía convertirse en un punto de inflexión para los rojillos.

En el 90 el cabreo de la grada se convertía en sudores fríos.  Un balón largo del Calahorra a la espalda de la defensa lo definía Baselga a la perfección para dar la victoria al colista. Simic veía después la roja mientras Los Pajaritos sentenciaba al equipo con un cántico: "Esta camiseta, no la merecéis". Se avecina tormenta en el Numancia. Al menos el descanso sigue a tres puntos.