'Capilla pictórica', arte para llevar

Sonia Almoguera
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Lidia Sancho se inspiró en las pequeñas hornacinas devocionales que van de casa en casa para este proyecto que pretende acercar el arte contemporáneo al medio rural

'Capilla pictórica', arte para llevar - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Las pequeñas capillas devocionales a domicilio, esas vírgenes o santos que se transportan en pequeñas hornacinas de madera casa por casa, tienen una larga tradición de varios siglos en España e Hispanoamérica y en ellas se ha inspirado la artista soriana Lidia Sancho para un proyecto artístico con el que buscaba dos objetivos principales: «Llegar a personas que viven lejos de salas o centros culturales y a mayores que no suelen tener acceso a contenidos» de arte contemporáneo, explica. Para su particular 'Capilla pictórica' ideó tres cuadros y concibió una singular estructura de madera para protegerlas y transportarlas cómodamente, a semejanza de estos pequeños 'altares' portátiles, en su periplo por 14 localidades sorianas, desde San Esteban de Gormaz, a Tardajos; de Langa a Morón de Almazán, de Guijosa a Espejón o Soto de San Esteban, Casarejos, Alcozar, Pobar… La idea surgió, no obstante, en una conversación con su abuela. «Ella me dijo que no sabía si podría ir a ver una exposición», explica la artista. Así que decidió que, en ese caso, serían las propias piezas de arte la que la visitaran a ella. Su casa en San Esteban de Gormaz fue, de hecho, la primera parada de 'Capilla pictórica'.

Después, fue cosa del boca a boca, señala la artista soriana, lo que inicialmente determinó el itinerario de estas piezas de arte. «Comencé preguntando si alguien conocía a personas que vivieran en un pueblo», detalla la artista, que con este proyecto ganó el primer premio del I Certamen de Creación Artística otorgado por la Diputación Provincial de Soria. Así, poco a poco, a través de amigos y conocidos fue alcanzando sus primeros destinos expositivos domésticos. 

Ella misma se encargaba de llevar en mano sus obras de pueblo en pueblo. «Iba, les explicaba mi proyecto, les dejaba los cuadros…» y ofrecía alguna que otra charla improvisada. A cambio, los lugareños le abrían de par en par sus casas y buscaban el lugar más bonito del salón (en algún caso hasta descolgaron algunos cuadros) para colocar sus piezas de arte. Pero también le enseñaban fotos y sus propias obras de arte, hasta el punto de que la artista se ha comprometido incluso a colaborar en una obra artística de una señora que conoció gracias a este proyecto. 

compartir. En realidad, señala Lidia Sancho, 'Capilla pictórica' ha tenido mucho de experiencia vivida, de compartir y, especialmente, de diálogo intergeneracional con el arte como 'tarjeta de visita'. «Ha sido muy bonito», reconoce. Y no sólo ha dado para charlar e intercambiar experiencias. También para conocer a personas entrañables que le enseñaron incluso los rincones más bonitos de sus respectivas localidades. 

Además de en hogares, las obras de 'Capilla pictórica' se han expuesto en una iglesia, una biblioteca, un bar e incluso en una farmacia. Aunque el lugar más curioso, reseña con simpatía la artista soriana, fue sin duda un huerto. «El propietario me la cambió por dos cebollas», recuerda entre risas. Una parte importante del proyecto era también conocer las reacciones de la gente ante esta iniciativa artística. «Han sido bastante similares. Todos intentaban encontrar algún elemento reconocible en la imagen. Únicamente una niña me comentó que sólo veía colores», comenta. En otra casa le dijeron que no veían nada y de ahí surgió la idea de incorporar una lupa (que colocó en el pequeño cajón de cada una de la estructura de las 'capillas') para que los espectadores pudieran examinar con todo lujo de detalles los colores y texturas. 

La 'guinda'. Muchas de estas opiniones han quedado documentadas en una serie de fotografías que pudieron verse en 'El color y su forma', la exposición que Lidia Sancho protagonizó hasta principios de este mes de febrero en la sala A del Centro Cultural Palacio de la Audiencia. 

De alguna manera esta muestra ha sido la 'guinda' que ha coronado un ciclo de creativo que arrancó a principios de 2021 con la concepción del proyecto y que continuó en torno a finales de agosto con la elaboración de las obras y la itinerancia de 'Capilla pictórica' por los pueblos ya en otoño. Muchas personas que acogieron las 'capillas' en su casa visitaron posteriormente la exposición «con mucha ilusión», recalca Sancho. Muy contenta con el desarrollo de este proyecto artístico que tantas alegrías le ha reportado, Lidia Sancho está ya embarcada en nuevos retos artísticos. Entre febrero y marzo participarán en otra muestra en Madrid. Después, añade, «seguiré pintando, porque si no no hay material para exponer», comenta entusiasmada.