Tras el segundo intento la semana pasada para localizar la llamada Fosa de los Ilustres, las siete personas fusiladas en agosto de 1936 (entre ellas el padre del escritor y crítico de arte Juan Antonio Gaya Nuño), la Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad no ha podido concluir el lugar donde reposan sus restos mortales. La fosa, reconoce Iván Aparicio, presidente de Recuerdo y Dignidad, es "ilocalizable". Las prospecciones realizadas entre el jueves y el sábado pasado, primero en la muralla de Valobos, junto al actual crematorio de la capital soriana, donde se tiene constancia de que se realizaban fusilamientos durante los años de la Guerra Civil (1936-1939) y, posteriormente, en el cementerio civil del Espino, donde también se había podido documentar la posible existencia de fosas, no han arrojado ningún dato concluyente. En la zona de la muralla sólo se encontraron escombros. En la parte excavada del cementerio sólo se hallaron restos hospitarios, por lo que la entidad cree "que no se trasladó ahí la fosa de San José", explica Aparicio. A la espera de que se puedan encontrar testimonios o documentación más específica, Recuerdo y Dignidad cree que no será posible dar con los restos de los Ilustres fusilados en 1936 y otros represaliados de los que se tiene constancia.
Eso sí, con toda la información recabada sobre éstos fusilamientos y las muertes que se produjeron en el cercano campo de concentración que se levantó en el cuartel de Santa Clara se publicará próximamente un estudio en profundidad. "Sabemos que las ejecuciones en la muralla de Valobos se hacían a las 5.00 horas de la madrugada, que se constituían piquetes para ello y hay constancia de muchas muertes por frío y enfermedad en el campo de concentración de Santa Clara", añade Aparicio.
Recuerdo y Dignidad agradece la colaboración de muchos ciudadanos que se acercaron la semana pasada a los trabajos de prospección realizados en el entorno del cementerio del Espino. Familiares lejanos de algunos de los miembros de la Fosa de los Ilustres e incluso un geólogo "que nos ayudó muchísimo" en las labores de excavación, recalca Iván Aparicio.