José Luis Bravo

SOPA DE GUINDILLAS

José Luis Bravo

Periodista


Sin padrinos no hay bautizo

13/06/2021

A estas alturas de la película nadie me tiene que convencer de que es una verdad incontrovertible esa que afirma que, ‘el que no tiene padrinos no se bautiza’, lo que, traducido al asunto que me ocupa en esta columna quiere decir que los que carecemos de líderes y dirigentes influyentes entre nuestros paisanos o simpatizantes con esta provincia nos comemos los mocos porque nadie nos los suena, como una buena madre y hace de nuestras oportunidades una realidad. En otras partes no hace falta ni siquiera tener un potencial, si no lo hay se inventa y luego ya veremos si resulta.
El margen para el ocio y la observación que me da mi nuevo estatus social y  laboral me está permitiendo recorrer sin prisas el territorio provincial y, sin el más mínimo patrioterismo casposo que nos hace pensar a cada uno que somos los mejores  de entre nuestros pares, constatar el desinterés por dar lustre a todo lo que poseemos en materia patrimonial. He conocido que la tropa socialista, opositora en nuestra comunidad, se queja del abandono de lugares tan singulares como los yacimientos de Ambrona y Torralba. Andaba yo en pantalones cortos cuando ya había referencias sobre imponente valor científico de este territorio para el estudio del paleolítico y por qué no decirlo, para abrir una ventana a la divulgación de lo que por allí acontecía en la prehistoria remota. Animales ahora extintos, como los ‘palaeoloxodón antiquus’ un paquidermo, similar a los actuales elefantes que anduvieron por estos pagos hace más de 300.000 años son la estrella en un espacio catalogado como ‘Lugar de interés geológico español de relevancia internacional’. El caso es que ya peino canas y aquello está casi igual que cuando era crío y me dejó fascinado ese enorme animal de cartón piedra que se erigió como reclamo para que los turistas visitaran el museo in situ con los descomunales fósiles que reposan en su interior.
No quisiera exagerar afirmando que si hubiéramos tenido un Herrera soriano como presidente y un investigador y divulgador de la talla de Arsuaga, lo nuestro sería equiparable a los hallazgos de Atapuerca, pero desde luego estaría a otro nivel y algo de vidilla daría a la deprimida comarca de Medinaceli. Ya sé que alguno estará pensando que no tuvimos un padrino como lo fue Juan Vicente Herrera para Burgos, pero tuvimos dos presidentes, Lucas y Posada, y tanto tiempo después sigo preguntándome por qué extraña razón miraron tan de soslayo a la tierra que les vio nacer y desde la que impulsaron su carrera política en la capital del reino. A lo mejor pensaron que los padrinazgos pueblerinos les cortarían las alas. En ese caso dieron en el clavo, vive Dios.