«Vivir, errar, caer, triunfar, volver a crear la vida con materia de vida». Son palabras de James Joyce en 'Retrato del artista adolescente' que preludian 'Sexto', la nueva novela de Andrés Martín. No es una cita casual. Como el autor de 'Dublineses' y 'Ulises', el escritor salmantino afincado en Soria también estuvo interno de pequeño en un colegio religioso, «desde los siete años», puntualiza, una experiencia que marcó su adolescencia y, asegura, su vida posterior. 'Sexto', sin embargo, no es un libro autobiográfico, más bien una novela en la que están presentes experiencias, pensamientos e incluso sentimientos que comparte con su protagonista. Éste como el Marcel de 'En busca del tiempo perdido', tiene también su particular 'magdalena', el elemento que le lleva de nuevo a su pasado: el regreso del protagonista al internado, reconvertido décadas después en un hotel en el que el protagonista, convertido en un fotógrafo de gran prestigio, se aloja. 

Con modestia, y salvando las distancias, Martín señala de nuevo los paralelismos con el Stephen Dedalus de Joyce. Su protagonista también observa la vida «con ojos de artista», aunque en su caso, parapetado protectoramente tras el objetivo de una cámara, quizá tratando de obtener respuesta después de muchos años. Es difícil, insiste Martín, entender «el sentimiento de orfandad» que puede suponer para un niño salir de su núcleo familiar y compartir habitación con «40 o 50» niños igual de desamparados. «Tal vez en mi caso, y en el del protagonista, ese vacío no lo hemos llenado» nunca, confiesa. Porque, aunque en la experiencia hay cosas muy buenas, como la amistad que  el autor atesoró entre sus compañeros de internado y que aún hoy continúa, también marcó su percepción de la vida en muchos aspectos como en el de la fe perdida, que muchos de su generación trataron de llenar, por ejemplo, con la ideología política. La España de los años 60 y 70 en la que él vivió es también en la 'habita' el protagonista y es el telón de fondo de su novela. «Yo entré en el internado en el año 65 y salí en el 72», explica el autor, y a lo largo de esos años fue testigo de ese cambio que se estaba dando ya en el seno de la Iglesia, marcado por el Concilio Vaticano II, pero también en la propia sociedad española, anticipando el final de la dictadura militar de Francisco Franco y la apertura de un futuro nuevo. En el libro rememora una escena real, la llegada del Caudillo al internado en el que estudiaba Andrés Martín. «De paso por Salamanca, vino a inaugurar un colegio mayor que estaba al lado del nuestro. Tengo grabada esa imagen de lo viejo que era. Y lo bajito...», una percepción que bien podía definir perfectamente el momento que estaba viviendo España en aquella época, asegura, en la que comenzaba a atisbarse un fin de ciclo. 

«El libro habla de muchas cosas. A mí me gusta escribir varias capas», insiste el autor, y entre ellas hay también un primer nivel que recoge la vida en aquel momento. No es una novela histórica, recalca, pero sí puede ayudar a entender mejor una época que parece hoy muy lejana a las nuevas generaciones.

'Sexto' hace referencia no sólo al curso académico, también al sexto mandamiento, el que propugna la castidad, en un contexto de descubrimiento de la afectividad y el sexo de los personajes del libro. Tras 'Boreal', su anterior novela que fue finalista en el XVI Premio de la Crítica de Castilla y León, Andrés Martín vuelve a un estilo «más sencillo», aunque sin renunciar a la «profundidad». 

historia paralela. El libro está estructurado en dos historias paralelas: el regreso del fotógrafo al que fue su internado en la infancia y los recuerdos de aquellos días. «Casi», apunta, «son dos novelas en una»,  interrelacionadas. El próximo 11 de noviembre, en el Casino Círculo Amistad Numancia, tendrá lugar la presentación de esta nueva novela que contará con la participación del también escritor Julio Izquierdo. 

Profesor de Lengua y Literatura en el Instituto Antonio Machado, premio Gerardo Diego de Poesía, Andrés Martín asegura tener «una relación muy agradable» con la escritura. «Es como el huerto que se cuida todos los días», confiesa con sentido del humor. Entre manos tiene ya una nueva novela, pero tiene también muchos libros de poesía aún sin publicar. 

Escribir es mucho más que un entretenimiento. «Una necesidad», una manera de «estar alerta ante la realidad», añade. Le encanta la palabra 'amateur', que en francés alude a la vocación de amar. Él se define, precisamente, como un devoto e incansable escritor 'amateur'.