José Luis Bravo

SOPA DE GUINDILLAS

José Luis Bravo

Periodista


Los adoquines infames

18/09/2022

Es posible que mi ausencia del periodismo activo me esté impidiendo conocer el detalle de algunas cuestiones sobre las que me suelo opinar en estas mismas líneas. Hoy, sin ir más lejos, más que mis propios criterios, lo que pretendo exponer son algunas preguntas para las que no encuentro respuesta sensata. Pero quién sabe si ya la han dado quienes debían hacerlo y yo me mantengo ignorante y en mis trece de manera irresponsable. Va de adoquines.
La imparable, al parecer, expansión del adoquín rugoso de granito, que se multiplica como una plaga por las calles de la capital me tiene verdaderamente intrigado. No conozco a nadie que le parezca buena idea la instalación de este pavimento si exceptuamos, claro, a los miembros del equipo de gobierno y supongo a los técnicos de urbanismo del Ayuntamiento. La inmensa mayoría de los ciudadanos echa pestes de este suelo desagradable para caminar e incluso conducir y no somos pocos los que, a mayores, lo consideramos peligroso. Si un ciclista o motorista tiene la mala suerte de caer sobre el mismo en cualquier trance del tráfico, se despelleja vivo en las aristas de piedra toscamente tallada. Tengo la sospecha de que sólo los vendedores de neumáticos salen ganando. Las ruedas se erosionan antes, de eso no me cabe duda.
Dirán ustedes, y con razón, que esto son opiniones, no preguntas, así que voy a ello. Lo ya expresado es lo que me hace pensar en la extraña razón de la pertinacia municipal, ya cerca de nuevas elecciones  al año que viene. No creo que el sensato soriano cambie de opinión sólo por el jodío granito rugoso, pero no tengo la menor duda de que no faltará quien, indeciso sobre el destino de su voto, cambie de idea camino de las urnas si su paseo le fuerza a pisar estos adoquines. Ellos sabrán. Pero lo que ya deberían saber es que están al servicio de la ciudadanía y por muy genial que les parezca una idea, deben considerarla mala si la inmensa mayoría de los ciudadanos así lo piensan y lo expresan. No pueden alegar ignorancia, ni vale el argumento de que cuando nieva es el mejor piso porque como es rugoso tiene mejor agarre. Me temo que la nieve ya está dejando de ser un problema, Filomenas aparte, para ser una necesidad que raramente se ve satisfecha y por lo que parece, aunque algunos clérigos lo nieguen, la cosa no tiene pinta de cambiar sino a peor.
Mal que bien nos hemos ido acostumbrando a la estética nefasta de los accesos al parquin del Espolón e incluso al tocho enorme del mercado municipal aún a medio usar, pero lo hecho, hecho está. Confiemos en que las reformas en marcha, Avenida de Navarra o Plaza del Carmen, rompan la tendencia de los 'adoquines infames'.