4.864 sorianos reciben una dosis de AstraZeneca

Ana I. Pérez
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El 34% del grupo de 60 a 69 años. El jefe de Hematología, Carlos Aguilar, lanza un mensaje de tranquilidad respecto a esta vacuna

4.864 sorianos reciben una dosis de AstraZeneca

Un total de 4.864 sorianos ha recibido la primera dosis de la vacuna AstraZeneca, de los que 1.657 corresponden al grupo de 60 a 69 años, una vez que la Junta retomó la vacunación con el suero de Oxford el pasado 9 de abril tras el parón que se produjo dos días antes. Cabe recordar que en las tardes del viernes 9 de abril y el lunes día 12 se convocó a los nacidos en 1956 y 1957 en el punto habilitado en el hospital Santa Bárbara para recibir la vacuna de AstraZeneca, si bien se ha continuado a lo largo de la semana con la ‘Estrategia de vacunación frente a la COVID-19’ en la franja de edad entre 60 y 69 años administrando esta vacuna u otra, en función de la disponibilidad.

Según los datos facilitados por la Delegación Territorial de la Junta en Soria al cierre de esta edición, en la provincia de Soria se han inoculado 43.627 dosis, de las que 36.257 corresponden a Pfizer-BioNTech (el 83,1% del total), 2.506 a Moderna (un 5,7%) y 4.864 a AstraZeneca.

Estos datos se traducen en que un 33% de la población soriana ya ha recibido la primera dosis de la vacuna frente al SARS-CoV-2, mientras que el 16% ya cuenta con la pauta completa de las dos inyecciones. La vacunación completa a mayores de 80 años está prácticamente concluida, a excepción de casos puntuales,  al igual que las primeras dosis de la población entre 70 y 79 años. 

En la última semana, la vacunación en Soria se ha centrado en la cohorte de 66 a 69 años (además de aquellas personas que en esta franja de edad se han vacunado con anterioridad por formar parte de colectivos preferentes) y se mantiene el operativo con otros colectivos incluidos en la Estrategia como son los pacientes oncológicos. Cabe puntualizar que desde el lunes han llegado a Soria un total de 300 dosis de AstraZeneca, 4.680 de Pfizer-BioNTech y ninguna de Moderna.

dudas. En cuando a las dudas que se han generado en torno a la marca AstraZeneca-Oxford, el jefe de Hematología del hospital Santa Bárbara, Carlos Aguilar, reconoce que a diario recibe numerosas consultas tanto de médicos de Atención Primaria y otras especialidades, como de pacientes. «Son dudas comprensibles. Después de todo lo ocurrido, es normal que la gente tenga desconfianza. Los cambios de criterio de las autoridades sanitarias con respecto a qué grupos se vacuna, crea bastante inquietud en pacientes y en médicos», admite.

En este sentido, el doctor Aguilar insiste en «tranquilizar» a los ciudadanos a los que les corresponde AstraZeneca, ya que «hasta la fecha» los porcentajes de complicaciones son «muy pequeños». «No hay ninguna recomendación específica de las sociedades científicas que son a las que tenemos que escuchar para conocer las cuestiones técnicas si hay que evitar estas vacunas. En ningún grupo de pacientes se pueden predecir efectos adversos y no se puede hacer un cálculo de probabilidades», describe. 

Lo que más preocupa, asume el especialista, son las trombosis, los trastornos genéticos que predisponen a los trombos y los problemas hematológicos relacionados con la cifra de plaquetas, ya sea por exceso o por defecto. Además, añade, los mismos interrogantes han surgido con la vacuna de Janssen, teniendo en cuenta que el proceso de fabricación es similar al de AstraZeneca.

«Es importante saber que el proceso de trombosis se desencadena por el desarrollo de una serie de anticuerpos que generan una reacción contra las plaquetas, lo que quiere decir que no existe ninguna relación con características previas del paciente que haga prever en qué pacientes puede ocurrir con mayor o menor probabilidad», resume. 

En este sentido, Aguilar aclara que los trombos que se pueden producir con estas vacunas son parecidos a los que puede acarrear la heparina por vía subcutánea, con la diferencia de que en el caso del fármaco anticoagulante sucede en el 1% de los pacientes, «un porcentaje mucho más elevado que el de las vacunas».