Dos UCI militares móviles reforzarán la sanidad soriana

Nuria Zaragoza
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El presidente de la Junta lidera personalmente las negociaciones con Defensa. Vendrán dotadas con su propio personal, cuatro personas por ambulancia. El gerente reconoce que la UCI de Santa Bárbara está «al límite»

Dos UCI militares móviles reforzarán la sanidad soriana - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez. Eugenio Gutiérrez

El Ministerio de Defensa enviará en las próximas horas dos ambulancias militares, dos unidades de soporte vital avanzado, para apoyar y reforzar la sanidad soriana. Según ha podido saber El Día de Soria, se trata de dos unidades medicalizadas avanzadas, una especie de UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) móvil. Cada una de ellas está dotado con su propio personal, integrado por un médico, una enfermera, un técnico de emergencias y un conductor, de modo que, además de los dos equipos avanzados, se suman ocho profesionales sanitarios. 

Según las informaciones que ha podido recabar este medio, ha sido el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, quien ha estado encabezando en primera persona las negociaciones con el Ministerio de Defensa para conseguir estos recursos para Soria. De hecho, el máximo dirigente regional se ha implicado personalmente para que estas dos ambulancias militares puedan llegar en las próximas horas y dotar así de estabilidad a la sanidad en la provincia de Soria, que atraviesa unos momentos complicados tras doblarse el número de afectados y fallecidos en la última semana. 

De momento, se desconoce el tiempo que permanecerán en Soria estos dos recursos aportados directamente desde Defensa, si bien se sabe ya que estarán dispuestos para realizar traslados interhospitalarios así como para que los profesionales militares puedan dar apoyo directo al hospital en caso de necesidad. 

Con ello, se pretende aliviar la situación de la sanidad soriana, que vive un momento crítico por la evolución de la pandemia. El Día de Soria lo advirtió ya a finales de la semana pasada: Soria tenía la segunda tasa más alta de España en cuanto a incidencia del coronavirus. Esta semana, la curva ha seguido al alza y, al cierre de esta edición, la provincia registraba, según los datos oficiales de la Consejería de Sanidad, 686 casos confirmados, 1.434 si sumamos todos los diagnósticos compatibles con coronavirus (neumonía por COVID-19 y enfermedad por COVID-19) que contabiliza el registro de Medora (historia clínica de Atención Primaria). Teniendo en cuenta solo los casos confirmados (con prueba diagnóstica hecha y positiva), la tasa de incidencia en Soria es de 771 casos por cada 100.000 habitantes. En Castilla y León es de 307, y a nivel nacional ronda las 236. 

situación «límite». La situación «preocupa» a la Gerencia de Asistencia Sanitaria de Soria y a los profesionales sanitarios que deben hacer frente a esta pandemia. El gerente, Enrique Delgado, reconoce que «está siendo muy complicado» y que «estamos justos de casi todo», especialmente de personal, máxime cuando hay cerca de 160 profesionales sanitarios aislados (por hacer dado positivo en COVID o por sospecha y cuarentena) y la plantilla empieza a achacar el agotamiento físico y mental. Admite que Soria está en una «situación límite», especialmente la UCI, y que «probablemente necesitemos ayuda externa». No obstante, niega que las imágenes que se han visto en medios nacionales con pacientes en el suelo y en los pasillos sean de Soria. 

«No se ha dejado de prestar asistencia pero ¿que estamos al límite?, sí. Y ¿que en un momento determinado podemos tener un problema de que  se nos sature? También. Eso es innegable», reconoce sin tapujos el máximo responsable de la sanidad en Soria. Sobre la situación real del hospital Santa Bárbara, aclara que la hospitalización «no está evolucionando mal» esta semana y, aunque día a día hay un aumento de contagios, mirando con perspectiva la semana «se ha aplanado un poco la curva». Esto ha permitido contener el nivel de ocupación y, según asegura, todavía queda un ala en la tercera planta (3B)  habilitada que no ha sido necesario abrir. Aunque «la mayoría de los afectados evolucionan favorablemente», hay una parte que «lo hacen mal y es una enfermedad tórpida, grave y que exige asistencia durante muchos días», lo que provoca que se tarde en dar las altas y «entran más de los que pueden salir (altas)». Aún así, confía en que las medidas de confinamiento den resultado y se empiece a contener el contagio, de modo que «creo que en hospitalización no habrá graves dificultades». Tampoco en Urgencias, confía, donde «hay mucha presión y mucha actividad pero está muy organizado y está funcionando bien». 

El problema está en la UCI. De los diez boxes que había inicialmente se ha conseguido aumentar hasta 24 habilitando dos nuevas zonas. Al cierre de esta edición, de esos 24 estaban ocupadas 22 plazas. «Nos preocupa porque cuando los pacientes entran en la UCI necesitan un mes de UCI y, por tanto, no hay rotación. Hemos aumentado las plazas pero realmente ya no tenemos capacidad de aumentar más, y la UCI está ya al límite. Ya no podemos más y a partir de ahora tendremos que pedir ayuda externa porque no vamos a poder con ello», asume el gerente. 

No concreta en qué consistirá esta ayuda externa más allá de algunas medidas que ya se han adoptado en los últimos días, como traslados a otros hospitales. «La Comunidad es ahora una única área de salud. Si no hay espacio aquí, lo pueden asumir otros sitios», recuerda, aunque reconoce que no sabe si será suficiente con eso. 

Preocupa la UCIpero, también, Primaria. Porque «faltan muchos profesionales» y ese ‘filtro’ es «fundamental» para contener la situación. En este sentido, recuerda, «en Atención Primaria están tratando al 80% de los pacientes con coronavirus, que están en sus domicilios». «Sin Primaria, no habría hospital que lo resistiera», puntualiza. También «preocupan» las residencias, donde hay una «alta letalidad». Para ello se ha reforzado con COVID-Residencias, un equipo que trata de apoyar en la organización asistencial de estos centros. 

La intranquilidad del gerente es compartida por los profesionales sanitarios, quienes están asumiendo la carga de esta situación. La vicepresidenta del Colegio Oficial de Médicos de Soria, Pilar Rupérez, asegura que «a nivel de Colegio estamos muy preocupados por los profesionales, por la sobrecarga de trabajo que están soportando». «Están desbordados, especialmente los de Medicina Interna, Urgencias, UCI, Anestesia... pero es algo general», asegura. En este sentido, recuerda que Soria ya partía de una situación debilitada porque, «al ser un hospital pequeño, tenemos algunas limitaciones en servicios y en personal». De hecho, rememora, «de entrada,  no estaba cubierta la plantilla y había vacantes en Anestesia, Neumología...». Desde el Colegio, cabe recordar, venían tiempo denunciando, con estudios demográficos de la población médica, la crítica situación de la plantilla soriana que, además, «está envejecida», repara Rupérez. Por ello, insiste, «es necesario conocer nuestras deficiencias» y, a partir de ahí, «pedir apoyo, porque se necesita personal y medios». 

También desde SATSE comparten esta preocupación. Su secretaria provincial, Silvia Aceña, quien además está viviendo esta situación en primera persona porque permanece ingresada tras contagiarse de coronavirus, reconoce que la situación días atrás fue de «colapso total», si bien cree que ahora, por lo que le trasladan sus compañeros, «ha ido mejorando y hay camas libres». Eso sí, a su juicio, esto es posible gracias al esfuerzo ímprobo de los profesionales.