Silvia Garrote

JALÓN POR LA VEGA

Silvia Garrote

Periodista


Faltan currantes

09/10/2021

En este mismo periódico se trataba recientemente el asunto. El saldo de personal que se va fuera de la provincia a trabajar es menor que el de personas que vienen, y aún así, faltan trabajadores. El fenómeno no es nuevo ni exclusivo de Soria. La historia nos dice que esto mismo ocurre después de cada periodo de recesión, a la par que se recupera la economía. Y en cuanto a dónde está afectando, no hay más que darse una vuelta por los medios de comunicación para ver que en Reino Unido, por ejemplo, la falta de trabajadores está poniendo en jaque al país, que creyó que el Brexit solucionaría todos sus males. En Estados Unidos se ofrece todo tipo de reclamos, desde seguros sanitarios a bonus económicos, por aceptar un empleo. Y así podríamos continuar con un suma y sigue interminable.
En menor medida, pero también el fenómeno de la falta de trabajadores está afectando a muchas provincias de España, incluida Soria. Sectores como la hostelería, la construcción, el transporte de mercancías, el mantenimiento industrial… requieren mano de obra de manera urgente. Cuando se aborda este asunto rápidamente se acude a la explicación simplista de que se trata de puestos mal pagados, pero, sinceramente, no creo que solo se trate de dinero. Creo que el asunto es más complejo y se va a agravar a medida que las jubilaciones no encuentren relevo. El envejecimiento de la población trae estas consecuencias, junto con las medidas proteccionistas que impiden el libre movimiento de trabajadores entre países y otros muchos factores.  
Desde mi punto de vista, ha habido durante muchos años una manifiesta falta de atención hacia la Formación Profesional en este país, fundamental para acortar el camino entre los estudios y el mundo laboral especializado. Poco a poco está cambiando este criterio y hoy en día muchas empresas valoran más un grado de FP que uno universitario, pero queda camino por recorrer, especialmente en adaptar la oferta de estudios a la demanda de cada territorio y más programas duales que permitan a los jóvenes a terminar de formarse dentro de las empresas.
Por otro lado, muchos jóvenes rechazan incorporarse al mundo laboral en algunos sectores, más por las duras condiciones laborales que por bajos salarios. Y creo que esta situación obliga a hacer un replanteamiento en cuanto a jornadas laborales, turnos, etc. El debate entroncaría aquí con una cuestión que tarde o temprano habrá que abordar en este país y que se va dejando debajo de la alfombra, como es la conciliación familiar, discusión que tendría que incluir los nuevos modelos laborales con más flexibilidad horaria y menos presencialidad y el teletrabajo. Si algo hemos aprendido de la pandemia es que trabajar de otra forma es posible y también que el cuidado de la salud está por delante de otras cuestiones. 
Toca abordar cambios profundos en los modelos productivos tradicionales, si no queremos que se agudice la falta de trabajadores, y analizar con rigor y profundidad qué hay detrás de esta situación para poder encontrar soluciones. En algunos casos, será necesario aumentar salarios, pero en otras quizá haya que mejorar horarios, ser más flexibles, trabajar por objetivos, ayudar a conciliar, formar a los trabajadores, crear equipos, llevar a cabo programas de mentorazgo y un largo etcétera.