Los brasileños en Soria ven con «esperanza» el triunfo de Lula

S.Ledesma
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Consideran a Bolsonaro «un peligro en la sombra», pero confían en las promesas del presidente electo

Los brasileños en Soria ven con «esperanza» el triunfo de Lula - Foto: ZUMAPRESS.com/LaPresse

El estrecho margen que dio la victoria presidencial al líder progresista Lula da Silva el pasado domingo ha sido acogido con «esperanza» entre la comunidad brasileña soriana. El entusiasmo por el regreso al poder de quien fue presidente durante ocho años con un alto índice de popularidad reside en su promesa de encargarse de tres pilares tocados durante los años de gobierno del conservador Jair Bolsonaro: atajar la pobreza alimentaria -actualmente 33 millones de brasileños pasan hambre, el doble que en los dos últimos años-, reducir el uso de las armas en civiles -hay un 500% más de licencias que hace cuatro años- y la protección del medio ambiente -la Amazonía ha sufrido una creciente deforestación y el año pasado se asesinó a 26 líderes ambientales-. Para que los brasileños en Soria puedan ver si estas voluntades se realizan deberán esperar al 1 de enero, momento en el que Lula vuelva a la Presidencia de Brasil. Por ahora, sus expectativas son altas y así lo comparten con El Día de Soria. 

Ángela María Pereira da Silva, brasileña del estado de Mato Grosso afincada en Soria desde hace 21 años, vivió la jornada electoral «con la sangre caliente», como «algo muy dramático y personal», máxime cuando estaba en juego el bienestar de un país que, «con estos años con Bolsonaro, se puede considerar todavía en desarrollo». Si bien ella ha votado en los últimos tres mandatos al cabeza de los de izquierdas, confiesa: «De entre los dos candidatos no me hubiera quedado con ninguno; pero es lo que teníamos». En cualquier caso, destaca el papel de Lula da Silva en el progreso del país mientras fue presidente, principalmente «con los más pobres y humildes», pues es «lo que prioriza», al contrario que el líder de la derecha. «No comparto el tipo de política que hace Bolsonaro: es  homófobo total, machista, tiene una falta de conciencia enorme y ha dejado un país en ruina», considera. Lo reafirma después de haber realizado su última visita hace tres años y comprobar un escenario social «lamentable». «Lula, -continúa-, dejó la inflación controlada; a ver cómo la deja Bolsonaro ahora y con qué se encuentra el nuevo presidente». 

Por si esto no fuera poco, Ángela destaca la amenaza que puede representar Bolsonaro con su postura de silencio tras el resultado del plebiscito y su posterior negación a admitir la derrota durante su comparecencia dos días después de los resultados. «Es un peligro», afirma, para después compararlo con el ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien «publicó un vídeo de apoyo a Bolsonaro», algo «preocupante incluso para Biden,     -actual mandatario estadounidense-, quien tiene miedo de lo que pueda pasar». Sobre todo, cuando «quienes le defienden van armados», dice en alusión al incidente protagonizado por una diputada del partido conservador, que persiguió a punta de pistola a un periodista negro antes de las elecciones. Bolsonaro «promueve la palabra de Dios, pero no la cumple», sentencia esta brasileña afincada en Soria. 

Lamenta los piquetes de 'bolsonaristas' realizados en la jornada electoral, que impidieron desplazamientos: «Era imposible llegar para votar. Muchos jefes coaccionan a sus empleados y son personas con pocos conocimientos, así que van a hacer lo que les dicen». La situación se ha repetido a lo largo de la semana, con seguidores derechistas impidiendo la circulación por carretera y con el bloqueo del espacio aéreo. 

La victoria ha sido ajustada y el rival «va a estar en la sombra» de forma «peligrosa», así que el mandato de Lula «va a ser difícil», augura Ángela. Pese a estos obstáculos, «tenemos fe y esperanza de ir a mejor» y que finalmente «vuelva el lema de nuestra bandera: orden y progreso». Sobre todo porque es un país «rico; rico en minerales, en cereales, en energía... Si se quisiera no necesitaríamos nada para alcanzar ese progreso». 

fanáticos. Esa perspectiva de ilusión que el regreso de Lula a la Presidencia ha devuelto a muchos brasileños también se refleja en Laine Silva, residente en Soria desde hace más de una década y fuera de su país desde hace 19 años. Votante del líder de izquierdas, se muestra «muy contenta», con la «esperanza de que todo vuelva a ir bien». Para esta brasileña del estado de Goiás tanto el mandato de Bolsonaro como su actitud después de los comicios ha sido «de vergüenza». «No me gusta nada porque es racista, machista y no sabe hablar», opina, mientras admite que parte de su familia en Brasil, de la iglesia evangélica, «lo idolatra como a un dios». Por eso también califica de «vergonzosa» la actitud fanática de sus seguidores. Y no lo hace sólo desde la distancia con la información familiar o de las noticias que llegan. Intenta viajar una vez al año a su país natal y sobre la última ocasión ironiza: «He visto a los evangélicos muy 'locos' y todo muy caro» en un país con desigualdades muy marcadas. A pesar de no comulgar con la política conservadora, insiste, «respeto a sus votantes». «No me gustó que saliera elegido Bolsonaro en su momento, pero igual que hay que saber ganar hay que saber perder», concluye.

La crispación política vivida en las últimas jornadas en las calles de Brasil no resulta en absoluto ajena a 8.000 kilómetros de distancia. Este periódico ha intentado ponerse en contacto con otros brasileños residentes en Soria quienes, debido a esta situación tan polarizada, han evitado pronunciarse.