Un paseo por la calzada entre Numancia y Uxama

A.P.L.
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Las obras de la Autovía del Duero permitieron el hallazgo de un tramo bien conservado, que se pone en valor para recorrerlo andando, en bici o a caballo y con paneles informativos y recreaciones

Un paseo por la calzada entre Numancia y Uxama - Foto: E.G.M

Durante el periodo romano la calzada fue una auténtica carretera, como las autovías de ahora con sus capas de firme y un trazado con pendientes mínimas, por donde transitaban todo tipo de carros y mercancías porque, sobre todo, era comercial. No estaban enlosados, porque se construían con zahorras naturales y disponían de un mantenimiento continuo por parte de las administraciones competentes del imperio.En sus márgenes había todo tipo de establecimientos al servicio de los que por allí pasaban, desde paradas de postas donde se cambiaban los caballos (llamadas mutatio) hasta las ventas (las tabernae) y los lugares de parada o reposo (las statio) hasta los centros administrativos que solían coincidir con las ciudades que recorría (los mansio). Tras la caída del Imperio Romano, sí que se las recorrieron en la Edad Media los afanes guerreros y en la Mesta se habilitaron como caminos reales. Pero después quedaron relegadas al tránsito local agrícola y muchas se destruyeron o se abandonaron. 

Después de 2.000 años, la aparición de un tramo de la calzada romana que unía Numancia con Uxama y muy bien conservado llevó a cambiar el trazado Venta Nueva-Santiuste de la de la Autovía del Duero para preservarlos y ponerlo en valor.De esta manera, se diseñó una ruta de siete kilómetros para recorrerla a pie, en bicicleta o a caballo y, al mismo tiempo, darla a conocer a los usuarios con recursos informativos. Se han instalado tres puntos de interpretación con datos de las calzadas (uno junto a la Venta Nueva, otro en el Alto del Temeroso y otro en Blacos), así como hitos y señalización, pero también cuatro códigos QR que, a través de la realidad aumentada, ofrecen una recreación de lo que fueron estos caminos en ese mismo espacio, lo que ocurría alrededor, cómo se construían... 

recorridos. La calzada romana ya puede recorrerse desde este verano y son muchas personas las que se animan, la mayoría en grupo y a pie, pero también en bici, comenta Pedro González, gerente de la Venta Nueva. Por allí pasan dos rutas, una del proyecto 'Soria, paraíso del deporte' con 2.300 kilómetros para la práctica de BTT, trail y rutas a caballo en áreas naturales y que incluye la instalación de un aparcamiento y área de reparación que ya se está ultimando junto a la Venta Nueva; y la Ruta de Gravel (viene de Soria pasando por la vía romana hasta Blacos y regresa por la Vía Verde). Por ello, «si la idea funciona» desde el establecimiento se plantean poner en marcha un punto de alquiler de bicicletas de montaña y en la gasolinera ya ofrecen recambios, bombas, aceite... «Puede ser un buen plan para una familia, recorrer la calzada romana en bici, y se incluirá también una bajada a Calatañazor», indica el hostelero.

Dos personas de Zaragoza que están de paso por Soria han decidido acercarse a conocer más detalles de esta calzada romana, interesados por la cantera en la que se cogían las piedras para construirla y en las catas realizadas para ver las capas de firme. Contemplan con interés los panales informativos y deciden caminar hacia el Temeroso.La vía romana está como estaba, tan solo se ha limpiado, por allí pasaban los carros e incluso los técnicos han visto las ruedas marcadas, ejercían mucha presión porque las ruedas eran finas. Todo un mundo por descubrir de la mano del especialista en calzadas romanas, Isaac Moreno Gallo.