La parte 'soriana' de la Autovía del Duero podrá estar terminada el próximo año, a falta del último tramo que conecta con Burgos y de la unión con la A-15. Es la estimación que manejan en el Gobierno, a la vista del avance de las obras y de la previsión presupuestaria para 2023, que inyecta 15,5 millones a este eje vertebrador, 14 para culminar el único tramo en obras, El Burgo de Osma-San Esteban de Gormaz. Los trabajos «avanzan a buen ritmo» y, «a 30 de septiembre, el nivel de ejecución presupuestaria es del 70%», concreta el subdelegado del Gobierno en Soria, Miguel Latorre, que explica que este porcentaje se ha visto afectado en los últimos meses tras tener que elevar el presupuesto de obra por la revisión de precios, debido al incremento de los materiales. Como consecuencia, el presupuesto se ha disparado hasta los 40 millones, aproximadamente un 25% más que lo inicialmente previsto, y, al subir el presupuesto, el porcentaje ejecutado bajó, matiza el portavoz del Gobierno en Soria, quien apunta no obstante que «el ritmo de obra es bueno» y, «si el tiempo respeta, la puesta en funcionamiento podría ser para otoño-invierno de 2023». «Ahora mismo va muy bien y, de hecho, uno de los viales de la propia autovía ya está siendo utilizado como vial alternativo», concreta.  

En cuanto a los dos tramos que quedarían pendientes en el término soriano, en Langa-Aranda se trabaja en la redacción del proyecto definitivo y en La Mallona-Los Rábanos «el Ministerio trabaja en la actualización del proyecto a la nueva normativa». Sobre la posibilidad de reparar la variante de El Burgo, el primer tramo que se puso en servicio, Latorre admite que ahora no hay un «proyecto específico» para ello pero recuerda que los PGE de 2023 contemplan 256.000 euros para conservación y mantenimiento de vías en Soria.