Loli Escribano

SIN RED

Loli Escribano

Periodista


Recuerdos y olvidos

22/01/2021

En la primera campaña electoral que cubrí como periodista, hace más de veinte años; me tocó asistir a la presentación de un partido independiente que nació para aquellos comicios. Jamás olvidaré al candidato sosteniendo un folio en el que había escrito a mano por una sola cara, en seis líneas, el programa con el que aspiraba a convertirse en alcalde. No consiguió ni un solo escaño. No volvió a presentar candidatura. El partido desapareció después del recuento de las papeletas. No me pregunten qué decían aquellas seis líneas del folio que sostenía en el aire y movía pinzado por sus dedos índice y pulgar. Muchas veces he intentado recordar, pero no hay manera. Nunca lo sabré, porque mi memoria se quedó en aquella anécdota del folio y el candidato. Cada uno creamos nuestros propios recuerdos y nuestros propios olvidos. Así lo hemos demostrado estos días cuando muchos de nosotros nos hemos empeñado en que el temporal Filomena ha sido el más intenso que recordamos en Soria. Seguramente que todos nosotros dijimos exactamente lo mismo en la última nevada considerable que nos cayó, aunque no llegase con nombre de mujer de otras épocas, ya en desuso. Que esa es otra. La gracia que nos ha hecho el nombre del temporal. Tendemos a frivolizar y burlarnos de lo que queda obsoleto: nombres, costumbres, corrientes ideológicas o prendas de vestir. Excepto aquellos que convierten todas esas antiguallas en algo vintage (tan de moda lo vintage). 
Precisamente un temporal, del que no recuerdo si tenía nombre de mujer o, simplemente no tenía, porque antes no se bautizaba a las nevadas, (eran nevadas, sin más); fue la excusa que utilizó el exalcalde, Javier Jiménez, para justificar su derrota en su segundo intento con las urnas de la capital soriana. Unos días antes de las elecciones nevó y las quejas de los vecinos por la nefasta actuación municipal para limpiar las calles, fue según el candidato derrotado; el motivo por el que no logró revalidar el cargo. Hay qué ver el juego que da la nieve: lo mismo sirve para justificar una derrota electoral que para ayudar a los gobernantes de turno a auto confinarnos. Aunque en las ciudades la nieve recién caída que llega en sábado es muy propicia para el jugueteo; después se convierte en un elemento realmente incompatible con nuestras rutinas por lo que muchos fueron los que optaron por salir lo justo e imprescindible. Lo mismo que nos piden Mañueco, Igea y Casado, ese trío indescriptible. Después de ‘salvar la Navidad’, ahora nos meten en casa a las ocho de la tarde.  Los imagino eligiendo medidas para detener la pandemia como a Gila enumerando las suyas para parar la guerra: «¿Es el enemigo? ¿Podría parar la guerra una hora o así? Porque se nos ha ‘atrancao’ el cañón».