Con un poco de dolor y otro poco de gloria, el cine español consiguió conquistar a medias la 72 edición del Festival de Cannes. Y es que, Antonio Banderas se llevó el premio a Mejor Actor por su interpretación en Dolor y gloria, el filme que presentó en la cita francesa el director  Pedro Almodóvar.

Un galardón que, sin embargo, le costó la Palma de Oro al director manchego, ya que las previsiones eran claras: la victoria de uno se convertiría en la derrota del otro. Así las cosas, el surcoreano Bong Joon-ho se llevó el máximo galardón por su cita Parasite, una sátira salvaje de las desigualdades entre pobres y ricos, que partía como favorita en las apuestas junto a la del cineasta español.

El reconocimiento con el que se alzó Banderas le convertía en el sexto intérprete español en conseguir este galardón en el prestigioso festival francés.

Subiendo casi a gatas y a cámara lenta las escaleras del escenario del Gran Teatro Lumière, un exultante Antonio Banderas señaló, nada más recoger el premio, que le gustaría hablar en su lengua materna porque recibía el reconocimiento por una película española y porque él representa al cine español. El malagueño quiso recordar los 40 años de carrera que lleva a sus espaldas y al agradecer el premio apuntó: «En mi nombre y en el nombre de mi personaje».

«Aunque el protagonista se llama Salvador Mallo, no es un secreto para nadie ya que Salvador Mallo es Pedro Almodóvar», a quien el malagueño conoció hace 40 años y con el que ha trabajado ya en un total de ocho largometrajes.

«Le respeto, le admiro, le quiero, es mi mentor, me ha dado tanto en la vida que no tengo más remedio que dedicarle este premio», agradeció y recordó que los dos han recorrido mucha vida juntos.

Y también han sufrido mucho, porque «hay mucho dolor detrás del trabajo de un actor, de un artista. Pero también hay noches de gloria, como esta. Hay que celebrarlo, festejarlo y decir algo que me sale del corazón, que lo mejor está aún por venir».

Por otro lado, uno de los premios más significativos fue para Atlantique, dirigida por la cineasta francosenegalesa Mati Diop, que obtuvo el Gran Premio del jurado. Además, Diop se convirtió en la primera mujer negra en competir en la Sección Oficial.