Los restos óseos de Ambrona, donde destacan los relacionados con grandes mamíferos, se corresponden con algo así como un cementerio de elefantes. Es una de las conclusiones a las que han llegado un grupo de investigadores que estos días trabajan con los fósiles del yacimiento soriano perteneciente al paleolítico inferior. Desde que comenzaran las excavaciones a principios del siglo XX se pensó que aquel por entonces paisaje casi selvático con grandes lagos y mamíferos de muy variadas especies era un lugar de caza habitual para los preneardentales. Los trabajos de los profesores Santonja y González Pérez, ahora confirmados, apuntaron que realmente era un lugar cercano a concentraciones de agua que debido a la suavidad de los pastos era el destino de grandes paquidermos en sus últimos momentos de vida. Este cementerio de elefantes atraería a otras especies, entre ellos los homínidos, para aprovechar su carne. A diferencia de Atapuerca, aquí no hay restos humanos ya que no se vertieron en el lugar como en el caso del enclave burgalés, con características diferentes.