Loli Escribano

SIN RED

Loli Escribano

Periodista


Ahora es tuyo

30/07/2021

Si se dan un paseo por la calle Caballeros, verán en la fachada del palacio de los Alcántara un trampantojo con un eslogan muy directo de tres palabras: ahora es tuyo. Es el resumen de la operación que hizo el Ayuntamiento de Soria al comprar este edificio en pleno centro de la ciudad que mostraba un estado un tanto ruinoso. La intención es convertirlo en un espacio cultural, empresarial y tecnológico además de recuperar el patrimonio arquitectónico. Desde luego que el lema, ahora es tuyo, es buenísimo. Gran estrategia política para convencer al soriano de que el dineral público invertido, tres millones cien mil euros, no solo no es ningún despilfarro sino que es una operación redonda. Un mensaje muy comunista en plan todo es de todos. Pero también es una frase que invita a reflexionar sobre el capitalismo y lo fácil que es jugar con las inseguridades del ser humano. Nos hemos acostumbrado a buscar la felicidad en las posesiones, en lo material. La vanidad del ser humano y su fragilidad van unidas al consumismo y a esa necesidad imperiosa de la propiedad como elemento diferenciador. Si tienes mucho dinero eres más feliz que el otro que tiene menos que tú. No solo eres más feliz, además eres mejor que el otro. Se juega con la necesidad de pertenencia a un grupo con un estatus en el que te sientes obligado a conseguir una serie de elementos distintivos como coches, viajes, joyas o visitas asiduas a buenos restaurantes. El verbo apropiar es el más conjugado. Es escalofriante. Por eso cuando el Ayuntamiento cuelga de la fachada ese ‘ahora es tuyo’, nos invita a caer en la trampa de creer que tenemos en propiedad a título individual un palacio de finales del XVII. Nos hace pensar que somos afortunados. 
Hace mucho tiempo que reivindico el criterio propio, desvinculado del consumismo, para alcanzar esa fortuna espiritual. Al leer el eslogan del palacio de los Alcántara, ‘ahora es tuyo’, recordé una entrevista que leí hace unos días del modista Lorenzo Caprile en la que confesaba que usa un Nokia básico antiguo y solo compra ropa de segunda mano para uso propio. El medio de comunicación lo destacaba como las extravagancias de un genio. A mí me pareció lo más normal el hecho de poder elegir la opción que más le conviene a este señor. El día que nos dejen de sorprender este tipo de hábitos, las instituciones no necesitarán lemas como el ‘ahora es tuyo’ para convencer a sus vecinos de que han hecho una buena adquisición. Me hubiera gustado más que el Ayuntamiento hubiera buscado un lema para convencer a los sorianos de que la actividad cultural que se va a gestar en el viejo palacio va a servir para hacernos más libres. Hubiera sido un acierto demostrar que una institución pública se preocupa más por alimentar el espíritu del soriano que por justificar un gasto de tres millones cien mil euros.