#OPINIÓN De penes y pintadas

Pilar Martínez Arce
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Convendría conocer con nombres y apellidos a todo este singular equipo de pinturas vandálicas

#OPINIÓN De penes y pintadas

Llevo varios meses al frente de la producción de un documental en tierras sorianas y por ello trato de estar al tanto de la actualidad en la zona a través de la prensa y alguna red social. Por medio de la cuenta de Twitter de Soria Patrimonio he conocido, con pena, la noticia sobre las pintadas en los muros de la antigua iglesia de San Nicolás. A continuación, se me ocurren algunas reflexiones sobre este hecho y otros similares. Vamos a ello. 

Imagino que la mayoría de los lectores de este suceso ya sea en prensa o en redes, han puesto la presunción de inocencia sobre jubilados/as abueletes por muy yayos-flautas que quieran ser. Vale, vamos a admitirlo como hipótesis. Estos no han sido. 

Imagino que las sospechas recaen sobre menas, macarras, todo en masculino, alguna amiga choni de los anteriores y en menor medida sobre pijos sorianos ociosos hijos de "familias bien". Otra hipótesis; habrá sido alguno de estos. Luego vendrían las sorpresas, pero bueno, vamos a dejarlo así. 

Convendría conocer con nombres y apellidos a todo este singular equipo de pinturas vandálicas. Habría que preguntarles por qué lo han hecho. Habrá que saber qué trayectoria vital tienen, luego vendrán los castigos correspondientes que la ley marca, pero además no vendrían mal otras cosas. A lo mejor, formar parte de los equipos de limpieza no sólo de las pintadas, sino de las basuras de la ciudad. A lo mejor si tanto les motivan los penes, conocer de mano de un educador los penes, culos, tetas y vaginas que aparecen en el arte Románico, saber por qué aparecen y qué más se puede ver y quienes son los que aparecen y qué historias se representan. Porque a lo mejor resulta que descubren discursos de esperanza que no han escuchado nunca, porque a lo mejor se comportan como animales porque nunca han vivido como personas. 

A lo mejor, y sigo en el terreno de las hipótesis tal y como he comenzado, no nos vienen mal estos sinsabores con los delitos sobre el patrimonio. Una amarga manera de experimentar qué supone ningunear las Humanidades, el estudio de la Historia, la Historia del Arte, la Religión, La Filosofía, el Latín el Griego, la Literatura… y lo escribo con mayúscula, intencionadamente escrito con mayúscula. 

A lo mejor alguien me dice que nada de lo que planteo es una solución. Vale. 

Las quejas, lamentos y aspavientos, ¿aportan alguna solución? Pregunto. 

Pilar Martínez Arce es presidenta de la Asociación Patrimonio para jóvenes