La tormenta perfecta que retumba sobre la construcción en Castilla y León sigue constriñendo a un sector que no termina de levantar cabeza tras más de una década vagando por el desierto. El cuello de botella que han formado el final del coronavirus y el estallido de la guerra de Ucrania están dejando un sinfín de obras públicas desiertas ante la imposibilidad de las empresas de asumirlas al coste licitado por las administraciones. Con las materias primas casi un 40 por ciento más caras, con el aluminio, la madera, la piedra, el cobre y el acero disparados, y la interminable escalada del coste de la luz, lo cierto es que las constructoras de Castilla y León se han plantado antes que seguir aceptado obras a pérdidas. De hecho, la Comunidad es la cuarta de España con más concursos públicos en blanco y la quinta en importe.
Y no están renunciando a migajas precisamente. Más de 50 millones de euros acumulan ya las 144 obras desiertas que recoge el último informe de la Confederación Nacional de la Construcción, una cifra que escala por encima de las 200 y casi cien millones si se tienen en cuenta todos los contratos –ya sean de obra o de prestación de servicios– que la Junta de Castilla y León ha tenido que retirar ante la falta de ofertas.
Todo ello en un contexto en el que, por raro que parezca, la licitación de obra pública en laComunidad mejora los datos del pasado año. Una situación de la que ya alertaron hace varios meses desde la Cámara de Contratistas autonómica, que a principios del ejercicio ya preveían que una de cada diez licitaciones se quedaría desierta durante 2022. «Las empresa habitualmente asumen la subida de los precios, dentro del concepto de que las obras se hacen a riesgo y ventura, pero esta situación tiene un límite, y ya se ha superado», reconoce el presidente de la Cámara regional,Enrique Pascual.
Y es que, todo hace indicar que las diversas medidas aprobadas tanto por elGobierno central como por la Junta de Castilla y León para compensar las subidas de precios en los contratos y evitar un perjuicio mayor para las arcas de las constructoras, no han tenido el éxito esperado. «Las cifras revelan el fracaso de los tres Reales Decretos-ley de revisión de precios aprobados en Consejo de Ministros entre marzo y agosto de 2022», explica el máximo dirigente de la Confederación Nacional de la Construcción, Pedro Fernández-Alén, que alerta que «la situación es muy compleja para miles de constructoras, especialmente pequeñas y medianas». «La muestra es la cantidad de licitaciones que están quedando sin licitar, cuando históricamente no se han registrado obras desiertas».
De todas las cuantías
El informe de laCNC revela que las renuncias de las empresas de la construcción enCastilla y León abarcan todos los tipos de presupuesto. Ciento veintitrés están por debajo del medio millón de euros de licitación, otras once entre los 500.000 euros y el millón, y una decena supera esta cuantía. «Las constructoras no pueden quedarse sin cartera de obras, y están aceptando proyectos a pesar de la subida de precios de las materias primas», reconoce Pascual, que lamenta que «eso provoca que las empresas entren en pérdidas por que el mecanismo de revisión de precios que tenían los contratos públicos se perdió en 2005».
En cualquier caso, el informe de laCNC señala que el importe medio de las 150 licitaciones desiertas en la Comunidad alcanza los 380.487 euros de media, aunque la obra de mayor importe que se ha quedado en blanco en Castilla y León entre enero y septiembre ha sido la construcción de la plataforma intermodal ferroviaria de Salamanca (Dirección Provincial de Educación), por 13,2 millones de euros, y cuya licitación sigue abierta en la Plataforma de Contrataciones Públicas del Estado. Es la cuarta en importe de las casi 1.500 paradas en toda España.Solo la superan los 28 millones de la rehabilitación integral del antiguo hospital El Carmen y su urbanización exterior en Ciudad Real; los 26 de la concesión para la prestación del servicio de recogida y tratamiento de residuos y limpieza viaria de Olot (Cataluña); y los 20 de la ampliación del Metro Parc Bit - Servicios Ferroviarios de Mallorca.
Unos ejemplos que para la patronal evidencian que los proyectos que se licitan «continúan sin tener en cuenta el sobrecoste de materiales y no incluyen cláusulas de revisión de precios». «Se van a acelerar los cierres de empresas, paralizando alarmantemente la ejecución de los fondos europeos».
Más allá de las obras
El impacto de la crisis de precios no solo está afectando a los contratos públicos para la construcción de infraestructuras, y cada vez son más los referidos a prestación de servicios que no encuentran empresas que se hagan cargo de ello. El Portal de Transparencia de la Junta de Castilla y León recoge más de 229 licitaciones que han quedado desiertas, han sido renunciadas o desistidas entre enero y septiembre, por un importe cercano a los ochenta millones de euros. Cuantía que, por poner en contexto, es un 33 por ciento más que los 61 millones de todo el 2019, o el doble que los 38 de todo 2020, según los datos autonómicos.
Para poner remedio a esta problemática, elGobierno regional anunció recientemente la movilización de 37 millones para actualizar los contratos de obra y evitar que «queden parados» por el aumento de la inflación, con el objetivo de que «ningún contrato en vigor se tenga que volver a licitar».