Asden cumple 40 años y apunta a relevo generacional

S.Ledesma
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La organización ecologista soriana cumple cuatro décadas con la mejor gestión de residuos y de las renovables entre sus propósitos

Asden cumple 40 años y apunta a relevo generacional - Foto: E.G.M

La oposición a la planta de residuos en Monteagudo de las Vicarías, el rechazo a la ubicación de un cementerio nuclear en Torrubia, la campaña de firmas para la constitución como Parque Natural del Cañón del Río Lobos, pioneros de las ahora tan actuales recogidas de basura en espacios naturales, la catalogación de especies protegidas, como la cigüeña blanca y el águila real… Apenas son un puñado de ejemplos de las acciones y logros conseguidos por la Asociación Soriana para la Defensa y Estudio de la Naturaleza (Asden), que este mes de noviembre cumple 40 años como organización. Ahora, después de cuatro décadas de arduo trabajo, Asden afronta el futuro con las miras puestas en «el relevo generacional» de su junta directiva, pero sin perder de vista «seguir en la brecha». Porque «siempre hay algo» por hacer y, pese a que actualmente «los jóvenes utilizan otros cauces» para manifestar su protección del planeta, es necesario el compromiso asociativo de las nuevas generaciones.

Aunque su constitución oficial fue en 1982, todo comenzó con «cierto caldo de cultivo que permitió que surgiera Asden», como explica su actual vocal y durante varios años presidente, Juan Luis Hernández. A finales de los años 70, «quizá una de las primeras manifestaciones de nuestra era democrática fue contra el Centro de Investigación Nuclear (Cinso) de Lubia», a la que siguieron protestas contra la variante sur. De este modo se iban forjando las bases con personas comprometidas con el medio ambiente, rara avis en aquel momento, para lo que después ha sido una organización muy activa frente a cualquier agresión a nuestro único y más preciado hogar: el planeta. 

Pero ni todo el mundo comulga con el estandarte de la protección medioambiental ni lo comprende en toda su complejidad. Ni siquiera en este siglo XXI, cuando están tomando mayor protagonismo cuestiones como la generación de menos residuos, la reutilización de los bienes ya fabricados o la necesidad de poner freno a las energías fósiles. «La defensa de la naturaleza concierne a todos, a la ciudadanía en general», mantiene Hernández, quien considera que les está siendo difícil materializar esa petición de una «mayor implicación ciudadana en la defensa y protección de lo suyo, lo de todos» posiblemente debido al «carácter individualista soriano». El llamamiento no es nuevo. De hecho, «hace dos años lanzamos un S.O.S. para que entrase gente nueva y se incorporaron tres mujeres que eran socias de hace tiempo», pero el avance es insuficiente. 

CMA. Posiblemente uno de los mayores logros de la asociación fue la paralización durante años en los tribunales de la Ciudad del Medio Ambiente (CMA). «Ha habido un antes y un después de la CMA», confiesa el vocal de Asden para no omitir el «sabor agridulce» que les ha dejado todo el proceso, principalmente «por el daño medioambiental» en la zona del soto de Garray, donde se encuentran las Cúpulas de la Energía; también por la 'factura' en «salud y desvelos» al ser el asunto «virulento». 

Su reestructuración como Parque Empresarial del Medio Ambiente (PEMA) no está mal vista por la organización, pues su ubicación no es una zona sensible como el soto de Garray; está más al norte. «La gente tiene la percepción de que estamos en contra del progreso, del desarrollo, pero no es así: estamos en contra de que recursos públicos que supuestamente se usan para medio ambiente se utilicen mal, queremos que se utilicen de manera responsable», resume Hernández, para añadir que en muchas ocasiones «la soberbia de los políticos en su ensimismamiento es hábil para envenenar» el pensamiento de la sociedad. 

Uno de los retos de Asden continúa siendo la «generación de conciencia», más enfocada a la «mejor gestión de los residuos -tanto en cómo consumimos como en su eliminación- y a la preservación de la naturaleza». También hacer un esfuerzo para sumarse al movimiento global, a pesar de que Soria «tiene una casuística» diferente de la crisis ambiental planetaria, donde la superpoblación y la escasez de recursos naturales como el agua centran el debate. No dejan de lado las energías renovables (eólicas y solares) pero «con una planificación perfecta, abordando proyecto a proyecto» para que no se vea alterado sólo el paisaje de las zonas despobladas. 

Esfuerzo. Han sido años de «esfuerzo, de disgustos incluso familiares» porque todavía se arrastra el apelativo «el ecologista en el mal sentido de la palabra», incluso detrás del anonimato que aportan las redes sociales, aunque a estas alturas sea «ridículo pensar que estamos en contra del progreso y del medio rural». Décadas de trabajo altruista, pues las acciones de Asden se sustentan en las cuotas de sus aproximadamente 170 socios y «ni siquiera tenemos una sede; nos reunimos en el Centro Joven», y también de «pérdidas muy significativas», como el fallecimiento de Roque Ortega y Ángel Campos, «personas que te contagiaban su entusiasmo y muy capacitadas». Y ese compromiso es lo que busca Asden para su ansiado relevo generacional. Dar el paso está en la conciencia medioambiental de cada residente en Soria.