Condenado a cuatro años de prisión por acoso a una mujer

EDS
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La Audiencia Provincial de Soria ha ratificado el fallo de culpabilidad dirimido esta semana por el jurado popular imponiendo esta pena de cárcel así como la prohibición de acercarse a la víctima a menos de 500 metros durante cinco años

Audiencia Provincial de Soria. - Foto: Eugenio Gutiérrez

La Audiencia Provincial de Soria ha condenado a J.J.D.J. a cuatro años de prisión y la prohibición de acercarse a 500 metros del domicilio o cualquier lugar en el que se encuentre la víctima que, tal como declaró probado esta semana el jurado popular que juzgó el caso, sufrió un delito continuado de acoso y de allanamiento de morada.

En concreto, por el delito de acoso, la Audiencia Provincial le ha impuesto una pena de prisión de 2 años y privación de sufragio pasivo por dicho tiempo, privación del derecho y porte de armas por tres años, así como la prohibición de residir en Soria o acudir a dicha localidad y de acercarse a Doña al domicilio de ésta, trabajo o a cualquier lugar frecuentado por ella, a menos de 500 metros durante los próximos cinco años. Por el delito continuado de allanamiento de morada, se le impone también una pena de dos años 2 años de prisión y se le inhabilita para llevar armas durante años.

Los hechos tuvieron lugar entre finales del año 2019 y septiembre de 2020. El declarado culpable por jurado popular sometió en ese tiempo a la víctima a una situación de continuo control y hostigamiento, alterando y perturbando su tranquilidad y sosiego realizando continuas llamadas telefónicas, desde un número oculto y posteriormente desde otro de la empresa para la que trabajaba, así como desde un número contratado a nombre de un tío suyo, sin su consentimiento.

A través de estas llamadas el condenado controlaba si la víctima y su pareja se encontraban en la capital soriana o en el pueblo (si el teléfono de éstos no daban señal, sabía que estaban en el pueblo y si descolgaban el teléfono colgaba).

Asimismo, el acusado utilizó un perfil falso en Instagram en la que se hizo pasar por una mujer guarda de caza y contactó con las cuentas de la víctima de acoso y de otros amigos con el fin de conocer datos personales de la misma y contarles datos íntimos falsos de ella.

El acusado siguió también a la víctima en sus paseos por el campo observándola con prismáticos, vigilando sus movimientos y sus compañías. También controlaba su domicilio.

Entre el 8 al 12 de marzo de 2020, periodo en el que la mujer se encontraba de viaje de trabajo, el acusado utilizó unas llaves del domicilio que la pareja de la mujer había extraviado días antes para entrar en la vivienda de ambos y descolocar diverso mobiliario y revolver los cajones donde la mujer guardaba su ropa interior.

El acusado volvió a entrar en la vivienda con estas llaves el 29 de julio de 2020 con la cara cubierta con una máscara, un gorro y guantes para evitar ser identificado, y una linterna frontal, entrando en todas las habitaciones y revisando y revolviendo las pertenencias personales e íntimas de la mujer, así como haciendo fotografías de ellas.

El 17 de septiembre de 2020 el acusado trató de entrar nuevamente, de madrugada, pero no consiguió su propósito, ya que fue sorprendido por el hermano de la mujer intentando entrar por la ventana del domicilio.