"La UE tiene que asegurar un entorno digital seguro"

Ana Pilar Latorre
-

Los retos de la asociación a la que representa son que la UEregule la tecnología para evitar ser simplemente un mercado a merced de otros territorios y dar voz a la ciudadanía ante esta revolución digital que implica numerosos cambios

"La UE tiene que asegurar un entorno digital seguro"

La abogada soriana Ana Caballero, afincada en Madrid desde hace tiempo, es experta en transición digital, lo que no se debe confundir con transformación digital. Con el fin de contribuir al desarrollo tecnológico y, singularmente, en la economía y la sociedad del dato, se ha creado la Asociación Europea para la Transición Digital (AETD), de la que es vicepresidenta y a través de  la que se pretende impulsar líneas de actuación propias y apoyar las de terceros que contribuyan a que la UE realice este cambio acorde con sus valores fundacionales y construyendo liderazgos tecnológicos.

¿Por qué se crea la Asociación Europea para la Transición Digital?

Surge en 2019 como un proyecto europeísta para dar voz a la ciudadanía ante la revolución tecnológica y digital que vivimos, un cambio de época lleno de complejidad, incertidumbre y retos. Defendemos los valores de la UE, su soberanía y su futuro, y creemos que para que siga siendo un proyecto común tiene que regular la tecnología para evitar ser simplemente un mercado a merced de otros territorios. La soberanía democrática se ha puesto en riesgo en varias ocasiones. Por ejemplo, en el   referéndum del Brexit hubo una manipulación informativa ante la utilización dirigida e influenciada de bots, inteligencia artificial y redes sociales, que sesgó la información que llegaba a la sociedad en favor de intereses específicos, afectando a los valores y principios de democracias libres y plenas.

Vemos en riesgo la soberanía económica y la prosperidad de Europa. Necesitamos herramientas para hacer frente al abuso y monopolio de la economía digital por parte de las BigTech -por cierto, ninguna europea salvo Spotify, con escasa repercusión a estos efectos- con prácticas como la destrucción de competidores europeos copiando modelos de negocio, la promoción de productos propios o de distribución propia frente a los de proveedores europeos, la imposición de condiciones abusivas a contratistas europeos o a los propios usuarios y la exclusión de agentes del mercado que amenazan su negocio.

Y la soberanía individual es fundamental. La UE tiene que asegurar a sus ciudadanos que sus vidas se desarrollan en un entorno digital seguro, con los mismos derechos y garantías que fuera del mismo. Que se respeten las libertades cívicas y la privacidad, es decir, con confianza digital. Por eso, creemos que la transición digital debe ser de forma ordenada, justa, inclusiva y conforme a los valores fundacionales de la UE porque está cambiando la forma en la que vivimos, no sólo como individuos, sino también como sociedades.

 ¿Por qué enfocó su carrera a este campo de la tecnología?

Era una derivada natural de mi carrera profesional, ya que soy abogada especializada en tecnología. Llevo 20 años dedicada a este campo y a sus retos jurídicos desde diferentes perspectivas: empresarial, emprendedora, ética, institucional... En la actualidad me interesa la economía del dato, porque hay grandes corporaciones extranjeras que se están beneficiando de mercantilizar nuestra información personal.

Hay confusión entre transición y transformación digital...

Efectivamente, son cosas muy diferentes. La transformación digital es la integración de tecnología digital en cada área de una empresa, de procesos a productos, de la forma en la que se opera a cómo se valora a los clientes. Y la transición digital son cambios estructurales con implicaciones sociales, productivas e incluso de gestión administrativa que garantizan al ciudadano su nivel de bienestar y el reconocimiento de sus derechos y valores durante el proceso y, sobre todo, en el futuro.

En 2020 se lanzó la campaña 'Salva tu zona' para concienciar sobre la importancia de comprar en el comercio local - de proximidad, sostenible y que fomenta un consumo responsable, que además lo ha pasado muy mal durante la pandemia- frente al comercio electrónico de las grandes plataformas tecnológicas, ninguna europea, que se llevan beneficios, innovación e impuestos fuera de nuestras fronteras. Está acción tiene un gran impacto en la transición digital.

Como dice, la transición digital afecta a muchos aspectos en nuestra vida. ¿Qué impacto tiene por ejemplo en una provincia como Soria? 

El debate es muy serio y complejo para todas las provincias, incluida Soria con su situación particular, porque la digitalización va a desempeñar un papel fundamental. En este contexto, el despliegue de las redes 5G, las competencias digitales, la digitalización de las empresas y la ciberseguridad son cruciales para no quedarse atrás.

España está bien situada en el despliegue de redes de muy alta velocidad, a pesar de las grandes diferencias entre zonas urbanas y rurales, y se prepara la llegada del 5G. En competencias digitales, es necesario plantear una nueva estrategia de capacitación, ya que España está por debajo de la media europea. Para la digitalización de las empresas hay que invertir estratégicamente en programas coordinados por la UE. La digitalización y adopción de la Inteligencia Artificial y de otras tecnologías emergentes pueden potenciar la capacidad de innovación de la economía española, impulsada por las pymes. En relación a la ciberseguridad habrá que seguir protegiendo el ecosistema empresarial y social y formando en la cultura y el compromiso de la ciberseguridad y la potenciación de las capacidades humanas, además de invertir en la seguridad del ciberespacio en el ámbito internacional.

¿Cómo concienciaría a los ciudadanos sorianos? 

La concienciación y la formación ciudadana son muy importantes, así como visibilizar cómo están actuando las grandes compañías tecnológicas para que los sorianos puedan actuar en consecuencia. En este sentido, la AETD ha lanzado varias campañas de concienciación, como la ya citada para promover el comercio local, porque sin esas pymes y autónomos España puede perder parte de su tejido empresarial, lo que aumentaría la dependencia de compañías extranjeras cuyo know how, innovación, fiscalidad y empleo de calidad se van.

Y la campaña '¿De verdad aceptas?' pone en valor al consumidor digital y conciencia sobre sus derechos. Es decir, para generar confianza digital, el consumidor debe conocer qué es lo que pasa al otro lado de la pantalla, qué algoritmos aplican sobre los datos personales, por ejemplo. Para ello, debe tomar decisiones basadas en información clara y transparente para conocer las consecuencias jurídicas de sus actos. También debe saber que los servicios en línea contratados como gratuitos no lo son porque se pagan con datos y el consumidor no conoce este precio. En España no se habla aún de esto y en Europa muy poco, por lo que hay que ponerlo encima de la mesa. Si no sabemos el precio de nuestros datos personales difícilmente se podrá regular un mercado digital.

¿Qué relación tiene la transición digital con la despoblación y el envejecimiento de la provincia de Soria? 

Acabar con la brecha digital y avanzar en la transición digital es indispensable para cualquier provincia, quizás en Soria más por el envejecimiento de la población y porque las personas mayores son un colectivo vulnerable. La solución es concienciación, formación y educación en competencias habilitadoras digitales, así como el fomento de los perfiles tecnológicos y establecer una formación escolar en emprendimiento digital. Pero como ya he dicho, también habría que trabajar otras dimensiones que van a desempeñar un papel clave en la transición digital: despliegue de las redes 5G, la digitalización de las empresas y la ciberseguridad.

¿En qué colectivos hay que hacer hincapié para evitar la mercantilización de datos por las plataformas? 

Nos preocupan especialmente los menores y las personas con discapacidad, aunque todos estamos dentro del alcance de los algoritmos de los GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple). Sabemos que niños y adolescentes siempre han sido un jugoso objetivo de negocio de las grandes tecnológicas, pero no se trata de vender juguetes, bollos, zapatillas de deporte, videoconsolas… sino de vender datos personales y muchas veces íntimos que se captan con estrategias para monopolizar uno de nuestros bienes más preciados: la atención. El algoritmo también decide qué enseñarles, qué ofrecerles, cómo hipnotizarles... Y no lo diseña un psicólogo infantil preocupado por la estabilidad emocional de los menores.

En la economía digital, todos somos un producto varias veces al día, porque si se nos ofrece algo gratis el producto somos nosotros. Quien más quien menos ya es consciente de esa realidad, pero actuamos aún con la venda en los ojos. El buscador de internet, nuestra red social favorita, el punto azul que seguimos en el mapa cuando visitamos otra ciudad…, todo nos parece gratis, pero no lo es. Pagar con datos es pagar y con nuestros datos grandes plataformas tecnológicas de EE.UU. o China están construyendo imperios y creando monopolios.

¿Cómo se construye un entorno digital seguro? 

Lo primero es tomar conciencia de la situación, de que nuestros datos tienen un valor económico y no podemos ir entregándolos como si tal cosa. La aplicación que utilizamos como linterna en el móvil no debería acceder a nuestra lista de contactos, por ejemplo. Podemos jugar al juego de los gigantes de internet, pero al menos tener claras sus reglas, algo muy complicado si hablamos de menores de edad. Por ello, desde la AETD abogamos por crear un campo de juego equilibrado y con las reglas claras que tenga en cuenta a los vulnerables.   

¿Las conductas online tienen repercusión offline y viceversa? 

Como ciudadanos, escuchamos preocupados noticias sobre riesgos y amenazas para nuestros menores por el uso de dispositivos y plataformas digitales. El informe de Save the Children sobre violencia en el entorno digital señala que el impacto de la violencia online pervive en la vida adulta y supone un coste a nivel humano y para la sociedad en su conjunto. Identifica hasta ocho tipos de ataques a menores online, como el ciberacoso, la incitación a conductas dañinas o la llamada 'sextorsion', que tienen repercusiones en mundo offline. Según los datos de la Fundación ANAR (Ayuda al Niño y Adolescente en Riesgo), el uso sin control de la tecnología tiene un impacto del 29,9% en los casos que atienden (anorexia, conductas autolesivas, depresión...). La transición digital ofrece muchísimas oportunidades y los menores tienen que participar de ese entorno, pero necesitamos marcar unas reglas de juego claras que no pueden ser iguales para adultos que para niños y adolescentes.

¿Qué mensaje lanzaría a los sorianos en plena era digital?

La tecnología ha venido a quedarse y aporta cosas buenas, pero no hay que creerse el discurso naif de las grandes tecnológicas de que internet no es un mercado maduro y no se debe regular o que ellas solo son un canal de comunicación y no son responsables de lo que ahí sucede. Hay que conocer su modelo de negocio y cómo mercantilizan nuestros datos, solo así podremos educar en consecuencia. En resumen, formación y sentido común.