"El problema en Soria es poder fijar profesorado de calidad"

A.P.L.
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La decana, que fue la primera catedrática en el campus soriano, habla de los inicios de la facultad tras un proceso de «reconversión» de los estudios de Humanidades que se impartían hasta los 90 en el antiguo Colegio Universitario de Soria (CUS)

"El problema en Soria es poder fijar profesorado de calidad" - Foto: Eugenio Gutiérrez Martínez

La Facultad de Traducción e Interpretación del campus Duques de Soria de la Universidad de Valladolid (UVa), fundada en 1995, celebra ahora sus 25 años de trayectoria tras tener que suspender los actos por la pandemia. La decana, Purificación Fernández Nistal, reelegida en el cargo en 2021, destaca la evolución y especialización del centro en estos ya casi 30 años gracias a la labor de equipos decanales y profesores y apuesta por dar a conocer entre los estudiantes de Bachillerato sorianos las posibilidades del grado.

Tras comenzar su carrera como investigadora de la UVa en los años 70, ¿cómo llegó a implicarse en la creación de la Facultad de Traducción e Interpretación de Soria?

Yo llegué a la universidad como becaria de investigación en 1978 e, inmediatamente después, me incorporé a la misma. En 1980 me doctoré con una tesis sobre el mundo británico y soy titular de universidad desde los 30 años. En 2001 gané la cátedra, la primera que se creó en Soria porque antes de ser facultades eran escuelas universitarias. Los primeros años no estuve muy vinculada, pero a partir de 2005 ya no me he movido de Soria. En ese tiempo estuve en universidades de Canadá (Otawa, Toronto y Montreal) y Reino Unido, además de las visitas a universidades norteamericanas.

¿Cómo describiría esos inicios de la facultad en el campus universitario Duques de Soria en 1995 y qué factores han marcado su evolución? ¿Cuáles son sus principales dificultades en la actualidad?

En aquellos momentos la facultad surgió en el nuevo campus tras un proceso de reconversión de los estudios de Humanidades del antiguo Colegio Universitario de Soria (CUS) y, poco a poco, se ha ido especializando en traducción y se ha convertido en una de las mejores de España gracias al trabajo de cinco equipos decanales y de todos sus profesores. Es una facultad muy consolidada y con un nombre, con egresados muy bien posicionados en el mercado internacional de la traducción y en instituciones de todo tipo en España y en el extranjero. Indudablemente, el gran problema que tenemos en Soria es fijar profesorado de calidad, porque están pocos años y, en cuanto tienen buen currículum, como en nuestra profesión no hay paro, se van a otros lugares. Es un problema importante, en traducción y todos los estudios, pero se está consiguiendo solucionar.

¿Cómo se están adaptando los estudios de Traducción a las necesidades que van surgiendo, por ejemplo, en comunicación internacional?

En estos casi 30 años ha habido varias reformas de planes de estudio porque es un título muy vinculado a la comunicación internacional y, visto lo que ha pasado en los últimos años en el plano geopolítico, estamos en el ojo del huracán por lo que 'o nos adaptamos o morimos'. En la actualidad, estamos aplicando la última reforma y el año que viene saldrá la primera promoción del nuevo plan de estudios, que tiene muy en cuenta las necesidades de la comunicación internacional desde el punto de vista de la traducción y que están muy vinculadas a la lengua y al uso de herramientas que ya están en una nueva generación, ya que todas utilizan inteligencia artificial. Con todo ello tiene que trabajar el traductor, lo que implica que no sólo se exige estar bien preparado desde el punto de vista científico y profesional en el uso de las lenguas y las herramientas a su disposición sino que también hay que activar todos los conocimientos de manera simultánea para vincularlo todo y ser muy sensible a las necesidades sociales de cada momento.Es lo que precisamente estamos viendo. Y lo que se necesita hoy en una empresa no tiene nada que ver con lo que se necesitaba antes, no digo antes de pandemia ni hace dos años. La situación geopolítica del mundo está moviéndose a unos niveles que obligan al traductor a estar muy atento.

¿Qué destacaría de estos estudios que puede animar a los alumnos de Bachillerato a decantarse por ellos?

Desde el punto de vista de la formación, es un título muy demandado por lo que posibilita y porque es de los pocos que no cierran puertas, sino que las abren. Tenemos egresados -algunos de ellos sorianos- trabajando en distintas partes del mundo, desde universidades importantes en Estados Unidos hasta empresas e instituciones de referencia. En muchas ocasiones han querido compartir su experiencia con los propios alumnos del grado, incidiendo en cómo esos conocimientos lingüísticos y tecnológicos les abren puertas en otros muchos campos y en que, si no hubieran optado por estos estudios, tendrían que improvisarlos. Igualmente, tenemos alumnos extraordinarios -los mejores expedientes de sus promociones- obteniendo las becas más competitivas en universidades de referencia. A todo ello se suma la cercanía y el seguimiento del profesorado a los alumnos, algo que sólo se puede hacer en facultades como la de Soria y que las propias familias y alumnos valoran y agradecieron en pandemia.

¿Cree que hay desconocimiento de esta facultad tan bien posicionada en los propios centros educativos de la provincia? ¿Cómo podría solucionarse esta situación para poder conseguir que el número de alumnos sorianos aumente?

Efectivamente, me da mucha pena que en los centros de Secundaria y Bachillerato de Soria haya tanto desconocimiento de esta facultad. Sin lugar a dudas, puede que no sea perfecta porque imagino que tiene sus limitaciones pero, en general, a los alumnos se les ofrece una formación y se les realiza un acompañamiento y un seguimiento que cuando terminan desempeñan un papel extraordinario en cualquier ocupación que realicen. Con este título pueden ser traductores o intérpretes autónomos; trabajar en empresas de comunicación multilingüe, que en España, que las hay muy potentes; en lo que es la administración, desde el Ministerio del Interior a organismos internacionales; y también en la enseñanza, preparando oposiciones de Secundaria, e incluso tenemos alumnos que han obtenido las notas más altas en varias convocatorias. 

En definitiva, insistir en la idea de que salen muy bien preparados y se les arropa mucho. Igualmente, tenemos varios convenios Erasmus, en los que se suele reforzar la tercera lengua [francés o alemán, tras la primera, la materna, y la segunda, el inglés]; y se ofrecen becas SICUE, por las que pueden estudiar en otras universidades del país, como Málaga, Salamanca, Vigo, País Vasco, Las Palmas… Es una opción para que los estudiantes sorianos puedan salir dos años a estudiar fuera a través de becas. Y, estos años de atrás, con el Plan Soria tenían financiación las matrículas aunque este año no sé si se mantendrá.

¿Qué opciones se plantean para ese acercamiento a las aulas?

Ahora sería un buen momento para dar a conocer el grado en una jornada de puertas abiertas, porque los estudiantes de segundo de Bachillerato una vez que pasan la primera evaluación es cuando se plantean realmente lo que pueden estudiar. El equipo de Traducción está dispuesto a acercarse a las aulas y agradeceríamos a los directores de institutos una visita para explicar qué son los estudios y cómo prepararse para hacerlos desde segundo de Bachillerato e incluso desde primero, porque si les gusta ya pueden reforzar su formación en idiomas. Es una opción y, si finalmente no se decantan por ella, que no sea porque no conocen el grado de Traducción. Y desde aquí quiero hacer también un llamamiento porque el equipo está a total disposición de estudiantes y familias que tengan cualquier inquietud o duda sobre el grado. Pueden contactar con nosotros y les recibiremos y enseñaremos la facultad. Al tiempo, se están difundiendo los estudios en el entorno UVa y hacemos jornadas de puertas abiertas online, informando a todos los centros, aunque a éstas sí es cierto que van ya los alumnos que tienen un cierto interés en estos estudios universitarios.

Creo que hay que hacer pedagogía en la sociedad soriana, quizás más en la capital, porque del resto de la provincia tenemos varios alumnos, de lugares como San Leonardo, San Esteban… Insisto en la idea de que es un grado que abre muchas puertas y, aunque a veces les eche para atrás el miedo a los idiomas, con un buen nivel de inglés -optando por una segunda lengua extranjera que es francés o alemán- es una buena opción para estudiantes de Bachillerato con conocimientos de lengua española y cultura desde el punto de vista histórico y de la actualidad. Y, a ser posible, que no tengan miedo a las máquinas, porque esta generación son nacidos digitales pero 'usuarios de por encima' y aquí estamos ya a otro nivel un poco más profundo.

¿De dónde proceden los alumnos del grado de Traducción e Interpretación de Soria? ¿Hay últimamente otras nuevas facultades que suponen competencia?

Vienen de toda España, de donde menos de Soria... La mayoría son de Castilla y León, de provincias como León, Zamora y Salamanca; de Cantabria, donde tienen el título, pero en una universidad privada; de La Rioja, donde funciona muy bien el 'boca a boca'; de Asturias, también cada año; de Aragón, ya que siempre hay un grupo de Zaragoza y Teruel; y el resto se reparte por toda España. Antes teníamos muchos alumnos de Andalucía, Murcia, Baleares, Extremadura, Castilla La Mancha, Las Palmas, Ceuta y Melilla… pero estos últimos años han puesto seis centros públicos de Traducción e Interpretación en Madrid (universidades Complutense, Autónoma, Rey Juan Carlos y Alcalá de Henares) y absorben no sólo a estudiantes de la zona centro, sino a todos los que venían del sur y Extremadura. 

El poner tantos centros en Madrid nos ha restado a Castilla y León porque las dos universidades con esta titulación, en Soria y en Salamanca, ya no tenemos el colchón que había antes. Hay estudiantes de Segovia que ahora se van a estudiar a Madrid porque hay mejores comunicaciones. Eso, sumado al descenso de la natalidad, hace que haya menos demanda.  Antes siempre llenábamos el número de admitidos, que son 70 plazas, y quedaba un colchón de en torno a 20 ó 30 que no podían entrar. Este año no se ha llenado, aunque ha quedado cerca, y no hay lista de reserva. La nota de corte es la del aprobado, otros años sí era algo alta, pero este año se ha debido a este problema y todo el que ha querido ha entrado. Al que viene no sé cómo será…

¿Qué puede decirnos del doctorado y el máster de 'Traducción en entornos digitales multilingües'?

Es la única facultad que cuenta con un doctorado desde casi los comienzos y que continúa como interuniversitario. Han salido muchos doctores de aquí. Y desde 2004 tenemos también un máster oficial, de 'Traducción en entornos digitales multilingües', del que han salido muchos egresados. Igual que reformamos el plan de estudios del grado, se modificó también el plan de estudios del máster y es la tercera promoción. Está muy orientado a las necesidades del mercado, como la traducción en entornos digitales y el uso de nuevas herramientas como la interpretación a distancia, y a desarrollar la formación con la que acaben como quinto año de estudios (el grado son cuatro).

En 1986 fundó el ITBYTE (Instituto de Terminología Bilingüe y Traducción), ¿cómo ha evolucionado este centro desde sus orígenes y qué supone su traslado a Soria?

Entre mis proyectos, he conseguido que ese centro de investigación se traiga a Soria, aunque tenemos problemas de espacio y todavía no tenemos una ubicación para asentarlo. Sobre el origen, cuando estuve en Canadá con una beca del Ministerio de Universidades realicé un proyecto con la Universidad de Otawa y el Gobierno Federal canadiense sobre terminología multilingüe y desde la perspectiva de la comunicación internacional, y conseguí después un contrato importante para seguir trabajando con un equipo en España y se creó un consorcio de cinco instituciones canadienses y tres universidades europeas. Fue el primer proyecto europeo de esta índole, con 350.000 ecus de financiación. Cuando llegué con el proyecto a la UVa me propusieron que fuera un instituto de investigación, lo que me imponía bastante porque yo era muy joven. Contacté con el primer instituto de investigación que había, que era el del IOBA en Valladolid, donde me orientaron para ponerlo en marcha desde el punto de vista administrativo y legal. 

A partir de ahí trabajamos en muchos proyectos centrados en sectores estratégicos, como la comunicación en el mundo de vino, la terminología en el sector de la remolacha… Se comenzaba a trabajar en el procesamiento del lenguaje natural, porque entonces internet no era lo que es ahora. En ese instituto creamos un máster de traducción inglés-español de dos años, que tuvo mucho éxito y mucho impacto, con una demanda muy grande de las 20 plazas disponibles. También pusimos en marcha en 1997 el primer curso de especialista de un año de duración y con modelo de teleformación, utilizando los recursos que nos dejaba Yahoo y el correo electrónico. Gran parte del éxito de todo esto obedece al equipo de profesores que estaba detrás, porque se confeccionó un plantel excepcional, muy cualificado tanto en lengua inglesa y española como en nuevas tecnologías incipientes.

Ahora que se ha decidido trasladarlo al campus de Soria, ¿qué actividad va a desarrollar? ¿Está relacionado con algún grupo de investigación?

El instituto se transformó en el CITTAC (Centro de Investigación en Terminología, Traducción y Análisis Contrastivo) y una de las razones para trasladarlo a Soria ha sido que ha surgido un grupo muy potente de investigación liderado por la profesora soriana Teresa Ortego Antón. Tienen proyectos ya en marcha y otros a punto de cerrar, todos relacionados con el sector gastronómico de Soria, como con la empresa Moreno Sáez o la Marca de Garantía Torrezno de Soria. Han creado una aplicación como herramienta de redacción y traducción inglés-español en sectores específicos. 

La idea de traerlo también es abrirlo, porque como es un centro multidisciplinar en el que intervienen otras áreas de conocimiento, los lingüistas trabajan con expertos del INIA-CCA (Centro para la Calidad de los Alimentos), por ejemplo, o ingenieros e investigadores de distintos campos, pero también con la industria de sectores económicos vinculados a estos proyectos. La idea es que el instituto sea como una vía de investigación con aplicación en los sectores estratégicos de toda España, pero centrándonos en Castilla y León y, sobre todo, en Soria para fijar población.