La economía recupera cifras precovid pero se desacelera

David Alonso
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Castilla y León vuelve al punto de partida y deja atrás la pandemia tras crecer un 3,1% el tercer trimestre, aunque Fernández Carriedo vuelve a agitar el 'fantasma' de la recesión:«No se puede descartar»

Varias grúas trabajen en la construcción de viviendas en la ciudad de Burgos. - Foto: Christian Castrillo

Dos años, seis meses, y dieciséis días. Esta es la factura que la economía de Castilla y León ha tenido que pagar al coronavirus y que ha supuesto una de las mayores torsiones financieras que las arcas de la Comunidad recuerdan. «La Comunidad ya ha recuperado todo el Producto Interior Bruto que perdió durante la pandemia», celebraba ayer el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, durante la rueda de prensa para presentar la Contabilidad Regional del tercer trimestre de este año, donde la Comunidad anotó un avance del 3,1%, casi dos puntos menos que en el precedente. En concreto, y siempre en términos de PIB real, Castilla y León se encuentra un 102% sobre su situación previa a que la covid-19 irrumpiera como un elefante en la cacharrería económica de la Comunidad. Con esto, la región se convierte en una de las primeras de España cuy PIB deja atrás los efectos numéricos de la pandemia, toda vez que la media nacional todavía está con una recuperación del ochenta por ciento. «Lo conseguimos antes, porque también caímos menos que el conjunto del país», recordó el también portavoz del Ejecutivo regional, que no ocultaba que tras esta buena noticia, se esconde la realidad de que «Castilla y León ha perdido casi tres años de avance económico».

La vuelta al punto de partida de marzo del año 2020 se produce en un momento de severas turbulencias para la economía regional, nacional y mundial. Pese a las cifras positivas interanuales, lo cierto es que las intertrimestrales reflejan una desaceleración del crecimiento del PIB, que arroja cifras positivas a marchas forzadas. De hecho, y tal y como ya hizo hace tres meses en la misma sala de prensa, Carlos Fernández Carriedo volvió a azuzar el fantasma de la recesión. «El deterioro económico es evidente, y no se puede descartar un escenario de recesión los próximos meses».

Castilla y León tendría que encadenar dos trimestres consecutivos con el PIB en números rojos para que la palabra 'recesión' irrumpiera oficialmente en la Comunidad. Mientras, la locomotora financiera que ha permitido sacar a la región del pozo de la pandemia cada vez muestra más evidencias de fatiga. Y es que la comparativa interanual que ha arrojado notables cifras de crecimiento comienza a dejar atrás el espejo de la pandemia, que durante meses ha inflado 'artificialmente' los números de la Contabilidad Regional.

Deterioro económico

«El último trimestre de este año y los primeros del 2023 van a ser difíciles», explicaba ayer el responsable económico de la Comunidad. El «deterioro» económico sigue, no obstante, arrojando cifras en verde para Castilla y León, que cerró el tercer trimestre del año con un avance interanual del 3,1 por ciento, casi dos puntos menos que en el precedente. Además, en la comparativa intertrimestral también se aprecia un frenazo, al pasar de un avance del 2,3% entre abril y junio, hasta el 0,8 por ciento del periodo julio-septiembre.

La media de crecimiento del PIB que dibujan los tres primeros trimestres del año en Castilla y León asciende hasta el 3,8 por ciento, ligeramente por encima del 3,3 por ciento que estimó el Gobierno autonómico. Falta por ver cómo se comporta la economía regional en el final del año para comprobar si el departamento que dirige Fernández Carriedo acierta o no en su predicción.

Construcción y servicios

El consejero analizó durante su intervención la evolución de los diferentes sectores en la Comunidad durante el tercer trimestre, y destacó la consolidación de la actividad del sector construcción, el único que mejora los datos respecto a los periodos anteriores –crece un 3,2%, frente al 2,5 y el 3,1 por ciento de los dos trimestres precedentes–, mientras que el resto de los sectores de la economía han anotado un deterioro de su evolución con especial incidencia en el sector primario, que cayó un 7,1%, lastrado por la mala cosecha y por el alto nivel de los precios.

La industria también arrojó números rojos, al anotar un descenso del 2,3%, cuando el anterior subió un 0,2, lastrada por el suministro de energía eléctrica, mientras que la rama manufacturera subió un 0,9%. Finalmente, el VAB del sector servicios registró un crecimiento interanual del 5,6 por ciento, inferior al observado en el segundo trimestre (7,6%), «debido fundamentalmente a un peor comportamiento del comercio, transporte y hostelería, y las actividades financieras»