José Luis Bravo

SOPA DE GUINDILLAS

José Luis Bravo

Periodista


Sinvergüenzas

26/08/2022

Este adjetivo se considera un insulto directo y como tal se utiliza, a menudo con un grado de indignación al verbalizarlo que no carece de agresividad, pero si nos atenemos a su significado textual es muy fácil atribuirlo, sin más, a aquellos que carecen de vergüenza. Es decir que no se ruborizan ante nada, sea cual del tamaño que sea su error, torpeza, descaro, mentira, estupidez o lo que sea que les ha puesto en evidencia.
Esta provincia, y seguramente muchas otras en nuestro país, está llena de sinvergüenzas, y no me refiero a pelabaras o mastuerzos de baja estofa. Hablo de representantes públicos a los que no les salen colores ni aunque les pillen en pelotas en la plaza mayor de su pueblo. Me explico.
Llevamos varios lustros ya dando la brasa con el tema de la despoblación y el Instituto Nacional de Estadística no deja lugar a dudas de que estamos fracasando en la búsqueda y aplicación de remedios. Una de las comarcas más agraviada por este mal es la de Tierras Altas. Este año están pasando las de Caín con la sequía y la consecuente ausencia de agua. Y lo peor está por venir. Supongo que no hacen falta sesudos argumentos para poner en evidencia que si algo es fundamental para cualquier desarrollo de una sociedad humana es el agua. Grandes urbes antiguas desaparecieron a consecuencia de la desertización de su entorno y otras han crecido en mitad de un desierto cuando el hombre ha llevado allí el precioso líquido, como Las Vegas.
En la comarca de San Pedro lleva más de cinco años bloqueada la construcción de una presa en el río Linares que acabaría con esta carestía. Los problemas con los adjudicatarios de la construcción, que han paralizado las obras, se han judicializado y ya conocen la maldición del gitano 'juicios tengas aunque los ganes'. Y mientras se les llena la boca a nuestros representantes públicos, de todos los partidos, hablando de la España vaciada, nadie desbloquea la situación que, objetivamente supone una inversión minúscula, si la comparamos con cifras ministeriales que ruborizan al más pintado. Nuestros dirigentes pintan menos que la Tomasa en los títeres. El dinero de Europa, ese que iba a llegar a calderos, ni lo estamos oliendo y mientras tanto los jueces, ajenos a la sed y la miseria que supone lo que está pasando en este territorio, se toman con calma el asunto. Ya resolverán cuando toque. Para entonces puede que los paisanos y las empresas hayan tomado las de Villadiego.
Si no lo ven son inútiles. Si lo perciben y no montan la de San Quintín para resolverlo ya se merecen el calificativo de sinvergüenzas. Por cierto, mensaje a Soria ¡YA!. Es más importante el agua que las autovías. No lo duden.