Editorial

La oposición no va a dar ni un minuto de tregua al Gobierno de coalición

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Lo anunciaron por activa y por pasiva y lo demostraron fehacientemente al cerrar filas frente a la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Ejecutivo. Ni el Partido Popular, ni Ciudadanos, ni Vox ven futuro al Gobierno de coalición, empezando por las premisas programáticas más radicales en materia económica y social y concluyendo por gestos y declaraciones que tildan de rozar la inconstitucionalidad y de no respetar a la Jefatura del Estado, amén de situar la acción de Sánchez y su equipo demasiado cerca del independentismo, cuando no a merced del mismo. Con las cartas sobre la mesa, ya nadie duda de que PP, Cs y Vox van a desplegar su propio discurso sin descanso, mostrando una y otra vez que no queda ni el más mínimo resquicio para el acuerdo. Salvo, claro está, que en determinados momentos sea preciso alcanzar un pacto de Estado en materias decisivas que así lo aconsejen. No sería la primera vez que los dos grandes partidos llegan a ese tipo de acuerdos, de forma paralela a sus respectivas tareas de gobierno y de oposición.

El Partido Popular quiere restar protagonismo al discurso de la izquierda, abordando temas que hasta ahora no han ocupado de manera detacada su atención, como el feminismo, la preocupación por el medio ambiente, la lucha contra la despoblación o la igualdad. No es que sean cuestiones novedosas, pero van a cobrar un auge mayor en la doble estrategia de centralidad y moderación frente a la tendencia más crispada y radicalizada de Vox. El objetivo último es convertirse en polo de atracción para la izquierda moderada, disconforme con los derroteros del PSOE junto a su socio Podemos. Y serlo también para el centro-derecha.

Ciudadanos, por su parte, pese a encontrarse en pleno proceso de renovación o, tal vez, por eso mismo, no quiere renunciar al espacio de centro ni alejarse de su propia militancia. «Es el momento de relanzar una alternativa de centro liberal progresista en España», afirma la portavoz parlamentaria y candidata a presidir la formación naranja. Se lo dice a sus afiliados, al tiempo que les invita a participar más y a poner «su enorme talento» al servicio de la causa común. No está el partido en su mejor momento y precisa de todos los apoyos que sea capaz de aglutinar, desmarcándose donde sea preciso del PP y Vox, pero manteniendo sus alianzas con la derecha donde sean necesarias para gobernar.

Vox quiere ser la voz de la derecha y mantiene sus postulados, alejándose de un Partido Popular al que califica de tibio y todavía más de Ciudadanos, al que ve inestable. Sin romper, tampoco, las alianzas existentes, pero forzando los mensajes hacia una inquebrantable unidad de España. Anuncia una ofensiva permanente.

Así las cosas, solo el fomento de la desunión y las guerras entre las derechas, puede darle algún respiro al Gobierno. Lo tiene, eso sí, difícil.