Se vende palacio en Almazán, por seis millones de euros

Ana Pilar Latorre
-

El Ayuntamiento de Almazán confirma su interés por el Palacio de los Hurtado consciente del potencial turístico, aunque subraya que sería un proyecto a medio plazo

El Palacio de los Hurtado, en venta por 6 millones de euros - Foto: Eugenio Gutiérrez MartÁ­nez

El Palacio de los Hurtado de Mendoza, también llamado del Conde de Altamira, está en venta por seis millones de euros. En la actualidad, es propiedad de una decena de familias, que se habrían puesto de acuerdo para que traspasarlo en su conjunto y no por partes, como en alguna ocasión. El Ayuntamiento, consciente del gran potencial que tendría este edificoi histórico ubicado en la plaza Mayor, estaría interesado en adquirir la propiedad con fines turísticos, «aunque para ir más allá necesitamos el impulso de otras administraciones» y que no se haya constituido todavía un Gobierno hace que se esté a la expectativa. El alcalde, Jesús Cedazo, apunta a la prudencia y al trabajo en un proceso «lento», al tener que negociar con los propietarios todavía.   

Según la información que se ofrece en la web www.deplace. es, el palacio, ubicado en la plaza Mayor, junto a la iglesia románica de San Miguel y el Ayuntamiento, se desarrolla alrededor de un imponente patio central y consta de planta baja, cuatro alturas y un torreón». El solar (única manzana) tiene 2.000 metros cuadrados y la superficie total construida asciende a 5.384 metros cuadrados. Dispone de todas las infraestructuras urbanas: agua, electricidad, alcantarillado y teléfono.

La parte baja del edificio incluye las dependencias que en su día fueron almacén, carboneras, cuadras o reliquias. La entreplanta está dividida en tres viviendas (una con orientación sur y otras dos norte) y en la planta noble (más de 1.300 metros cuadrados) hay otras tres viviendas grandes y algunas de las estancias más lujosas (salón de baile y galería con artesonado).  En la tercera planta, de altos techos, hay zonas de lavadero y tendedero y otras estancias; y en la cuarta, los antiguos graneros. Por último, coronando el edificio, estaría el torreón, con una superficie de 70 metros cuadrados y a casi 15 metros sobre el rasante. Destaca el patio, de fácil acceso y con un hermoso jardín de 375 metros cuadrados, conocido popularmente como La Cerrada.

historia. La información que se aporta del inmueble, destaca la oportunidad de «pasear por habitaciones en las que durmieron nobles y reyes» y «recorrer pasillos y patios en los que se fraguaron alianzas matrimoniales y bélicas». «Vivir en un auténtico palacio es un sueño para muchas personas, sobre todo para los amantes de la historia. Y no es imposible», argumentan. En algunos casos los palacios se convierten en museos o se rehabilitan como emplazamientos turísticos, lo que es más habitual. El portal de venta de inmuebles destaca que adquirir un palacio histórico «puede ser una gran inversión». 

Antes de la construcción del palacio, un castillo del que ahora no quedan vestigios coronaba la cima del Cinto Oscuro. En 1395 Enrique III de Castilla concedió el señorío de Almazán a Juan Hurtado de Mendoza y, con ello, las llaves del recinto amurallado y su fortaleza, que se restauró como residencia. El edificio muestra dos estilos diferenciados. Las primeras obras documentadas datan de un siglo después de la llegada de esta familia noble y son un claro ejemplo del estilo gótico imperante en el siglo XV, aunque con algunos elementos arquitectónicos de estilo hispano-flamenco. De la primera fase destaca la fachada norte, con vistas del Duero. La segunda parte es una ampliación iniciada en 1575 siguiendo el estilo renacentista. El diseño fue proyectado por el arquitecto italiano Bartolomé Carlone, quien trabajó en las obras del Escorial. 

Además de la familia de los Hurtado Mendoza, el palacio de Almazán está muy vinculado a los Reyes Católicos. Allí se ocultó Fernando, por entonces infante de Aragón, antes de casarse con Isabel y fijaron allí su residencia de abril a julio de 1496. De esa época conserva una escalinata y un ventanal. Después fue aposento real de los reyes Carlos I, Felipe II y Felipe IV.