'Ventanas arqueológicas' que se abrirán a la historia

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Las actuaciones de rehabilitación en el cerro del Castillo de la capital incluirán una serie de excavaciones para recuperar las 'Sorias' del pasado

'Ventanas arqueológicas' que se abrirán a la historia - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez. Eugenio Gutiérrez Mar

En el cerro del Castillo están sus raíces. «Soria nace ahí, claramente», apunta Fernando Cobos, arquitecto redactor del Plan Director de la muralla medieval de la capital soriana. Así que lo lógico es pensar que es ahí donde pueden resolverse todos los misterios, también algunas dudas, en torno a la fundación de la localidad hace poco más de 900 años y el pasado de la ciudad anterior a esa fecha. Cuando Alfonso I El Batallador llega a Soria, «¿qué funda? ¿Se encuentra una ciudad musulmana que conquista o crea una población de la ‘nada’?», se pregunta Cobos. Esa es la gran incógnita y el Castillo la gran ‘Atapuerca’ que puede ayudar a reconstruir, e incluso reescribir, la historia de la ciudad. En ese sentido, como ya empezara a hacer el programa arqueológico municipal Soria Oculta hace unos años, el Plan Director de la Muralla va a posibilitar seguir investigando en esa misma línea. 

El proyecto de rehabilitación de la muralla en torno al Castillo, el sector 3 de la intervención que el Ayuntamiento de la capital está realizando actualmente con cargo a los fondos del 1,5% Cultural y que será el siguiente en acometerse tras las actuaciones en el lienzo del Duero, incluye precisamente una partida específica para estudiar y ahondar en este pasado de Soria, resolver sus incógnitas y confirmar sus certezas. Son lo que se ha venido a denominar en el Plan Director «ventanas arqueológicas» que, más allá de la consolidación y puesta en valor en este muro defensivo medieval, «que está enterrado» en esta zona, como ya demostraron hace unos años una serie de catas previas, permitirá a los paseantes contemplar ‘in situ’ esas otras Sorias latentes anteriores o coetáneas.

«La idea de estas ‘ventanas’ es, en un lugar determinado, cambiar la cota del suelo en una superficie de unos 20 o 30 metros cuadrados. Que, manteniendo como referencia el suelo del siglo XVI», podamos bajar o echar un vistazo, por ejemplo, «al siglo III antes de Cristo», avanza el redactor del Plan Director de la muralla.

Y será algo tan sencillo como excavar bajo el nivel del suelo original de la muralla, «que coincidirá con las salidas de agua» del antiguo lienzo, actualmente, bajo tierra. Todo lo que esté por debajo de esa rasante será, lógicamente, anterior. «Sabemos que toda la gran muralla de Soria es muy tardía, del siglo XIV», explica Cobos. «Si Alfonso I El Batallador toma Soria [en el año 1119] ¿Qué toma...? Tendemos a pensar que cuando fundó la ciudad ya lo hizo con muros defensivos», explica el arquitecto. Sin embargo, lo cierto, como ya nos ocurrió en Almazán, es que cada vez aparecen más ‘murallas’» superpuestas, insiste. ¿Existió una Soria musulmana? Hasta ahora no se han encontrado indicios de que la hoy capital soriana contara con una población regular asentada durante ese período. «La única prueba real que tenemos de la etapa árabe en la ciudad es, precisamente, el topónimo: Soria». 

Si fue sólo eso, la nomenclatura dada a un lugar geográfico, si acogió un estratégico punto de vigilancia y defensa de las fronteras que, poco a poco, comenzaban a menguar con la Reconquista cristiana, si, por el contrario, ya hubo una población estable antes de que el Batallador la ‘conquistara’ o creara, incluso si también hubo un pasado visigodo, romano o anterior en esta zona en la que comenzó a gestarse poco a poco la Soria ‘moderna’ a partir del siglo XII es lo que tratará de averiguarse con este proyecto. Localizar sus respectivos ‘suelos’ será una de las pistas principales para hallar y datar esas otras Sorias ‘perdidas’ y ocultas.

Aunque, confiesa Cobos, el éxito no será tanto resultado de la precisión de las «matemáticas» como de la propia «suerte» que tengan a la hora de excavar. Porque, en realidad, encontrar las ‘ventanas arqueológicas’ más interesantes, más valiosas o sorprendentes será casi como hallar una aguja en un pajar… Y el cerro del Castillo es, en este sentido, extensísimo. 

SIN SEÑALIZAR. «No sabemos cuántos niveles de uso [anteriores] nos vamos a encontrar. No lo sabemos y no lo podemos predecir» de antemano, añade el arquitecto. Eso es lo que convierte este proyecto en apasionante y, a la vez, en extraordinariamente complejo, sobre todo para la empresa contratista que, finalmente, se encargue de llevar a cabo los trabajos. «Las ventanas arqueológicas están presupuestadas en el proyecto de rehabilitación del sector 3 de muralla, pero no señalizadas», matiza.

«Lo que sí sabemos es el terreno que tenemos que quitar para dejar libres las salidas de agua [que tenía la propia muralla]. Es lo que nos interesa para recuperar el nivel del suelo tardomedieval», explica Cobos. Será un punto de partida. 

En realidad, tras una exhaustiva documentación previa y gracias a varios planos del interior del castillo y su castro «sabemos dónde están las cosas hasta el siglo XIX». Las estancias de la fortaleza, que era de tamaño «pequeño», describe Cobos, se situarían alrededor de lo que hoy es la piscina infantil aunque es en torno a la ‘almendra’ amurallada que rodeaba ese edificio en el que las tropas francesas de Napoleón Bonaparte se acantonaron durante la invasión de la capital soriana en 1808, durante la Guerra de la Independencia, en lo que se conoce como el castro del castillo, donde tendrá lugar la primera fase de intervención del sector 3 de rehabilitación del muro defensivo medieval soriano. 

La actuación de la muralla se estructurará, por lo tanto, en tres tramos que discurren por el cerro: la muralla exterior del castro situada al Norte, la muralla principal del castro situada al Suroeste y el tramo de la muralla que baja hasta el actual cementerio.

La ‘reconquista’ de la capital por parte de las tropas comandadas por el general José Joaquín Durán en el año 1812 y la orden de ‘volar’ la muralla en diferentes puntos de su perímetro, así como la fortificación del castillo, para evitar que el ejército francés pudiera guarecerse y atrincherarse de nuevo supuso la destrucción de esta estructura defensiva y de la ‘silueta’ de la ciudad conocida hasta entonces. 

La degradación de la muralla inició en esa fecha un proceso imparable. Hundida y ‘enterrada’ también en la vegetación del entorno, este proyecto buscará no sólo recuperar parte de aquella original «percepción de la ciudad». y, de forma paralela, también esas otras Sorias del pasado. Las ‘ventanas arqueológicas’ exigirán sumar al proyecto de rehabilitación y recuperación de la muralla un plus de «flexibilidad». De hecho, insiste el redactor del Plan Director de la Muralla de Soria, «no es un proyecto cerrado», sino que puede seguir creciendo y enriqueciendo no sólo a esta intervención de salvaguarda del patrimonio, sino también la propia historia de la ciudad. «Ahora podemos abrir algunas ‘ventanas arqueológicas’, y dentro de 10 años, por ejemplo, otras dos», añade Cobos. 

En este caso, no se trata de que un hallazgo arqueológico pueda condicionar el desarrollo de la obra. «Cuantas más cosas encontremos, más podremos mostrar», subraya. 

Sin duda, esta situación dificulta las condiciones en las que las empresas tendrán que acometer el proyecto de acondicionamiento de la muralla en el tramo del cerro del Castillo, pero, sin duda, destaca Fernando Cobos, los ‘frutos’ que se dé serán «muy interesantes» al margen de la puesta en valor del propio muro medieval defensivo. 

«INCERTIDUMBRES». El arquitecto es consciente de la «incertidumbre» que sumarán a las ya de por sí laboriosas tareas de restauración del lienzo estas ‘ventanas arqueológicas’ a la empresa que, finalmente, se hagan cargo de estos trabajos de rehabilitación. Algo que requerirá mucha flexibilidad, pero que «es la riqueza del proyecto», insiste el arquitecto redactor del Plan Director de la muralla de Soria. Cada una de las ‘ventanas arqueológicas’ abiertas, destaca el arquitecto, se consolidará para preservar su conservación y, sobre todo, con el fin de que puedan visualizarse. 

En algunos casos, dependiendo de las posibilidades que ofrezca el propio terreno y del tamaño de la propia ‘ventana’, incluso se podría plantear una estructura que permitiera contemplarla más en detalle. Los restos encontrados y consolidados se sumarán al parque arqueológico del cerro del Castillo que el Ayuntamiento de la capital comenzó a forjar en torno al año 2015.

San Martín de la Cuesta, la antigua iglesia románica ubicada en la cara este del cerro del Castillo, es el gran emblema de este programa arqueológico municipal que arrojó un buen número de descubrimientos en torno a este templo, la forma de vida y los habitantes de esta collación que conformaba durante el Medievo parte de la población de la ciudad de Soria intramuros, dentro del perímetro de la muralla. 

Ahora el programa arqueológico Soria Oculta tendrá que coordinarse con las excavaciones asociadas al Plan Director de la Muralla para continuar unas actuaciones que, como éste, tiene un mismo objetivo: sacar a la luz el pasado remoto de la capital soriana.