La compra para 10 de una familia de Borobia

S.Almoguera
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La familia López, de Borobia, ha tenido que cambiar sushábitos de compra para estirar al máximo sus ingresos

La compra para 10 de una familia de Borobia - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Con 10 en casa, a estas alturas «el cinturón ya está apretado bastante», asegura Vicente López, padre de familia numerosa afincada en la localidad de Borobia. La subida del coste de la vida les afecta como a todos los núcleos familiares aunque, en su caso, a gran escala. «Antes con 350 euros te podías llevar dos carros enormes. Ahora ya no», insiste. En casa siempre han sido conscientes de que había que economizar, pero en estos últimos meses han tenido que ajustar, aún más, sus costumbres a la hora de hacer la compra. «Tratamos de hacer menos comida para que no sobre», apunta. Eso sí, el objetivo es que a los más pequeños de la casa (el matrimonio tiene hijos de 27, 23, 14, 12, nueve, ocho, siete, seis y cuatro años) no les falte de nada. «Ellos son lo primero, los mayores nos quitamos de lo que sea, pero para dárselo a ellos», apunta. 

El primer paso para hacer frente a esta escalada de precios ha sido cambiar sus hábitos de compra. Para ello, estudian al detalle los precios de los supermercados y siempre están atentos para la caza de las mejores ofertas. También han tenido que modificar el que hasta ahora era su establecimiento de cabecera. «Han subido mucho los precios. Pero las nóminas siguen igual», explica. Así que, desde hace unos meses, hacen la compra en otro, aunque suelen complementarla con los productos más baratos de otros supermercados.

Además, apunta, si antes «comprábamos alguna que otra marca» por la calidad, ahora se han sustituido por productos de marca blanca. «Vamos mirando el dinero, buscando lo más barato», añade. Para diez personas, explica, compensa. Aún así, hay determinados alimentos que se han convertido en prácticamente «intocables» como el pescado y algunas carnes. Así que ahora toca pensar más los menús y si «antes comíamos pescado cuatro veces a la semana, pues ahora hay que reducirlo un poco». No queda otra, insiste. Al mismo tiempo, abogan por alimentos sanos y más baratos como las legumbres, cuya presencia ha aumentado en la mesa de la familia numerosa.

La inflación, si cabe, ha hecho que la ya de por si necesaria coordinación a nivel logístico para hacer la compra y adquirir los productos alimenticios para toda la semana haya tenido que perfeccionarse un poco más para acoplarse a las necesidades que ha marcado  la nueva situación económica que, apunta Vicente López, empezaron a sentir hace ya meses. Con estas medidas y «uniendo las ofertas», como los productos de caducidad próxima que se comercializan por debajo de su precio original consiguen cuadrar el presupuesto. Cada semana gastan entre 230 y 240 euros «sólo en alimentación. La leche y las vitaminas específicas que toman los niños van a parte», apunta. Aunque, hay otro elemento distorsionante que preocupa a la familia de cara al próximo invierno: la subida de los combustibles. «La calefacción es de gasóil y el precio ha subido también mucho. De 0,80 a 1,40 euros el litro», añade, sin querer pensar aún en lo que subirá el factura correspondiente a la calefacción la próxima temporada invernal. 

Cambio. Eso sí, gracias a que trasladaron su domicilio a Borobia (antes vivían en  la localidad de Cubo de la Solana), han conseguido ahorrar en gastos, dado que Vicente trabaja en Ólvega, «12 kilómetros frente a los 70 de antes», explica. Estar más cerca del trabajo y que los niños en edad escolar asistieran al colegio en el mismo pueblo sin necesidad de desplazarse a otras localidades cada día fueron las razones principales del cambio de residencia de esta familia. 

Aunque se encontraban muy a gusto en Cubo de la Solana, no se han arrepentido del cambio. «Ahora con la subida de la gasolina me hubiera dejado la mitad del sueldo en ir y volver entre el trabajo y Cubo», añade, contento de haber adoptado la decisión de trasladarse con su familia al Moncayo.

Pese al ahorro y las comodidades de vivir en una casa más grande que les ha traído irse a vivir a Borobia, hay momentos en los que la nómina no llega para todo y hay que echar mano de «la tarjeta de crédito». Ya sólo de pensar en septiembre y en el inicio del nuevo curso escolar 2022-2023, con los gastos extra que esto supondrá, para la unidad familiar hace 'temblar' a Vicente. Pero no queda otra que seguir adelante y luchar por los niños y por la familia. Aún así, se muestra optimista. Consciente de que tienen que amoldarse a los ingresos económicos de los que disponen, asegura que siempre han vivido con sencillez. 

Pero no ve que la actual coyuntura económica provocada por la guerra en Ucrania y el fuerte crecimiento de los precios de productos alimenticios y combustibles pueda revertirse a corto plazo. «Sé que vienen tiempos peores», augura con algo de angustia. Así que también están pendientes de que uno de los hijos mayores de edad de su mujer, que vivía en Colombia, pueda regularizar su residencia permanente en Soria. «Que pueda trabajar será una ayuda importante para crecer como familia», indica Vicente, agobiado por todos los farragosos trámites para ello que llevan tratando de resolver sin éxito en los últimos meses.

«Nunca hemos ido sobrados, pero ahora sí que hemos tenido que tirar de ayuda», agrega. En este sentido, se muestran muy agradecidos con el apoyo que reciben tanto de la Diputación como del Ayuntamiento de la localidad de Borobia, así como las estatales que les llegan por ser familia numerosa (reparto de alimentos dos veces al año).