El alza de precios amenaza las economías domésticas de Soria

S.Almoguera
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La alimentación ha sido uno de los sectores que más ha incrementado sus precios y, aunque FecSoria augura un verano de gran consumo en la provincia, alerta de que el otoño podría ser duro

El alza de precios amenaza las economías domésticas de Soria - Foto: Eugenio Gutiérrez Martínez

«Antes con 20 euros te llevabas la bolsa llena. Ahora, necesitas 30». La definición, sin duda, no figura en muchos libros de economía, pero sí es una clara explicación del efecto que está teniendo la subida de los precios en los bolsillos de los consumidores sorianos. Con todo por las nubes, augura el presidente de la Asociación de Vecinos y Consumidores de La Barriada, Ignacio Gutiérrez, «chungo; lo tenemos chungo», agrega. Hacer la compra se ha convertido en un ejercicio constante de mirar precios y resignarse a adquirir lo mismo por más dinero o menos cantidad por el mismo importe de hace sólo unos meses. 

Desde abril de 1985 no se veían subidas de productos y bienes tan altas y, a la espera de que el Instituto Nacional de Estadística (INE) haga públicos los datos correspondientes al pasado mes de junio el próximo 13 de julio, parece que el Índice de Precios al Consumo (IPC) seguirá batiendo récords y se posicionará por encima del 10,2% en los próximos meses. 

En Soria la tasa de inflación interanual durante el pasado mes de mayo, la diferencia entre a qué precio se pagaron los productos en 2021 y a cuánto en el mismo mes del presente año, se posicionó en el 9,7%, sólo dos décimas por debajo de la media de Castilla y León. Pero además, la provincia soriana también experimentó (sólo por detrás de Salamanca, Ávila y Palencia) uno de los ascensos del valor de los bienes y servicios más pronunciados de toda la Comunidad Autónoma. 

Para el presidente de la Federación de Empresarios de Comercio de Soria (FecSoria) y de la Confederación de Comercio de Castilla y León, Adolfo Sainz, este alegre inicio de verano de fuerte consumo gracias a «las fiestas de San Juan, las celebraciones y las bodas» no parece sino un «trampantojo», un espejismo, un bálsamo ante una preocupante realidad que no tardará mucho tiempo en revelarse. Después de dos años de pandemia muy duros «hay ganas de salir y de alternar», de viajar…», insiste Sainz. «Al dinero ahorrado en ese tiempo se le está dando movimiento», celebra el presidente de FecSoria. A pesar de la subida de precios, los sorianos están disfrutando de unos meses 'alegres' y dinámicos en cuanto a consumo.

Pero a Sainz le da miedo pensar en lo que podría venir después. Porque los ahorros acumulados en el período más duro de la pandemia se irán 'esfumando' poco a poco. Seguir el ritmo de aumento de la inflación sin una subida proporcional de los salarios o de las pensiones será complicado, augura el presidente de FecSoria. No cree que puede ser posible. «Subir de golpe los salarios y las pensiones un 10% parece difícil», argumenta Sainz.

Y al final, insisten desde la Asociación de Vecinos y Consumidores de La Barriada, los que más verán sentir los efectos de la subida de los precios serán los colectivos más vulnerables. «Del ciudadano medio para abajo», corrobora Ignacio Gutiérrez.

«Es que una inflación del 10% no se ha visto nunca», obviamente, agrega Adolfo Sainz desde FecSoria , acabará afectando. «Me da miedo lo que pueda pasar en septiembre y octubre. No soy nada optimista», explica.

Adolfo Sainz se pone ya en lo peor y vaticina que sólo la tercera edición de los Soria bonos que tiene previsto poner en marcha el Ayuntamiento de la capital (este año el Consistorio de El Burgo de Osma iniciará una campaña similar en esta localidad) podrá salvar de nuevo el último trimestre del año a los comerciantes si la situación económica continúa bajo las mismas perspectivas.   

Pero la realidad es que muchos sorianos empiezan a tratar de capear la subida de precios como pueden. «Apretando el cinturón», destaca Ignacio Gutiérrez. «Nos tendremos que ir apañando lo mejor posible. Y a ver si se acaba la guerra», apunta. 

La 'tormenta perfecta'  GUERRA, FALTA SUMINISTROS...

Para el Banco de España la expansión de la demanda tras la crisis sanitaria provocada por la covid-19 y otros factores económicos y geopolíticos han contribuido a crear la 'tormenta perfecta', el peor de los escenarios posibles, en un momento delicado en el que la economía global empezaba a superar los efectos de la pandemia. «El aumento de los precios de las materias primas y las alteraciones en las cadenas de aprovisionamiento están conduciendo desde 2021 a un repunte de la inflación que es generalizado por áreas geográficas y que ha sorprendido por su elevada intensidad y persistencia», insiste la institución monetaria nacional en su informe Una recuperación incompleta en un contexto incierto: de la pandemia al repunto de la inflación y el estallido de la guerra en Ucrania. 

Inevitablemente, lo que pasa a las puertas de Europa tiene sus consecuencias también en Soria. Desde el pasado 24 de febrero la invasión rusa en Ucrania y la posterior guerra de resistencia de Zelenski y el pueblo ucraniano ha tenido un efecto inmediato en la subida del precio de los carburantes, otros combustibles y recursos energéticos, como el gas o la electricidad, a nivel nacional que tiene sus repercusiones también a nivel provincial y local. 

Llueve, además, sobre mojado. La subida del coste de la vida era ya un hecho en 2021. Según el Instituto Nacional de Estadística, el gasto medio por hogar en alimentos y bebidas no alcohólicas se incrementó el año pasado en 226,95 euros con respecto a 2020. Sin embargo, comparado con el año 2019, el previo a la pandemia, se disparó a más del doble y supuso para las familias españolas desembolsar 519,82 euros adicionales. 

Para la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) el sobrecoste que tendrá la cesta de la compra (de seguir la tendencia actual) podría ascender a los 500 euros a final de año, según la proyección que ha realizado a nivel nacional esta entidad. Productos como el aceite de oliva, recalca la OCU, se han encarecido un 54% y un 49% el de girasol, que tradicionalmente suele ser una alternativa para los usuarios. Pero otros alimentos básicos han visto también incrementar en pocos meses su importe en el 'ticket' de compra. Los huevos, un 21,6%; la carne de ave, un 12,7%, la de vacuno, un 11,4%. 

También los lácteos. Si un 'pack' de seis yogures naturales de marca blanca costaba  en una cadena de supermercados afincada en Soria 0,70 euros en junio de 2021, actualmente tienen un precio de 0,95 euros (un 35% más). La mantequilla ha sido también uno de los productos en los que la subida ha sido más acusada. Los 1,25 euros que costaba un 'pack' de 250 gramos hace un año, se han transformado en la actualidad en 2,05 euros, 80 céntimos de euro más. Y así con un buen número de alimentos más. «El otro día me quedé asustado con el precio del salmón: 22 euros el kilo», comenta en el Mercado Municipal de Bernardo Robles, en la capital soriana, Eduardo, que suele hacer también de forma habitual la compra. 

Jorge López, portavoz de la Asociación de Comerciantes del Mercado Municipal de Soria, asiente. «El salmón ha doblado su precio, pero por temas ajenos» a la inflación, una cuestión de escasez. El resto del pescado, asegura, está «más o menos parecido». Obviamente, indican desde esta galería de alimentación de la capital soriana, los productos que dependen de materia prima encarecida por la guerra en Ucrania o que están condicionados por la subida de los carburantes para su transporte, sí que han aumentado algo.

muchos costes DE LA LUZ A LOS PROVEEDORES

En este sentido, el objetivo de los puestos del Mercado Municipal es contener los precios, algo cada vez más difícil teniendo en cuenta el fuerte incremento del precio de algo tan básico y necesario como la luz, del que depende el mantenimiento de las cámaras frigoríficas para sus productos.

En uno de los puestos, la Quesería, destacan que en los últimos meses han visto incrementarse la factura del suministro eléctrico «entre un 20 y un 25%». A ello, además, se ha añadido la subida que los proveedores han aplicado a los productos lácteos por la subida de piensos del ganado vacuno, principalmente. Con ello, recalcan desde el Mercado Municipal de Soria, el margen de beneficio es cada vez más pequeño para afrontar los gastos. «Se intenta aguantar los precios, pero al final algo tienes que repercutir», lamenta el portavoz de los comerciantes del Mercado Municipal. 

Tras una pandemia en la que todos los puestos «funcionamos muy bien, casi el doble hasta que abrió de nuevo la hostelería», recalca Jorge López, los efectos de la inflación  no se han hecho sentir aún de forma intensa en esta instalación comercial ubicada en la soriana plaza de Bernardo Robles. «Este verano va a estar bien», explica el portavoz de los puestos del mercado de abastos. Otra cosa será el próximo otoño, augura. «Puede que sea un poco complicado», añade.

De momento, insisten en el puesto de la Quesería, sí que han notado que la gente está economizando algo «en la compra diaria», pero siguen demandando sin escatimar productos especiales «para esos días concretos», de celebración, en los que no 'duele' gastar un poco más si se comparten en comidas familiares o con amigos. 

Eso sí, recalca el portavoz de los comerciantes del Mercado Municipal de la capital, cuantificar una bajada en las ventas ahora mismo es difícil «porque de San Juan a San Saturio cambia mucho nuestra clientela habitual con gente que pasa el verano en Soria». Lo que sí han constatado los comerciantes es que los clientes sí tienen la percepción de que «ha subido todo». 

CEREZAS A CINCO EUROSLO NUNCA VISTO

La OCU, que estima que los supermercado han incrementado ya sus precios una media de un 6%, alertaba el pasado mes de junio de que éstos, no obstante, podrían continuar su escalada. La fruta y la verdura frescas son un capítulo aparte en la particular fuerte subida de la cesta de la compra. Frutas de temporada como la sandía o las cerezas se han convertido casi en 'productos de lujo'. «Yo nunca había visto las cerezas a cinco euros el kilo», continúa el presidente de la Asociación de Vecinos y Consumidores de La Barriada, Ignacio Gutiérrez.

El dilema está en reducir el consumo de alimentos que contribuyen a una dieta equilibrada para tratar de hacer frente al incremento del coste de la vida. «Prefiero hacer sacrificios en otra cosa y no modificar una alimentación sana», argumenta Eduardo en el Mercado Municipal de Soria. Con los hijos ya mayores, aunque vienen a comer con ellos en algunas ocasiones, apunta, a pesar de ser sólo dos en casa, él y su esposa también han notado la escalada de precios, especialmente, en el pescado y la fruta aunque son conscientes de que, en general, «ha subido todo».

Pero también el apartado energético es donde los núcleos familiares han notado el  incremento más significativo de precios, empezando por el propio precio de la gasolina o el gasóil. Si en 2020 se pagaban de media 9.621 euros al año para cubrir los gastos de vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, para hacerlo en 2021 hubo que emplear 9.893 euros, 272 euros más (452 euros más si se compara con el año 2019). Todo indica que la subida será incluso más elevada este año tras el 'acelerante' que ha supuesto la guerra en Ucrania para la subida del precio del petróleo y del gas a nivel mundial. 

De momento, el verano, con temperaturas altas y más horas de luz, da un respiro. Pero como recalca el presidente de FecSoria, Adolfo Sainz, sin ánimo de ser pesimista, el otoño y el invierno están a la vuelta de la esquina. 

Esto ha hecho que muchos consumidores se decanten por sustituir la compra por kilos a por piezas, elegir bien las ofertas de cada establecimiento o decantarse por los productos de caducidad próxima que suelen llevar un importante descuento. Eso y el 'refugio' en las marcas blancas, que según el estudio Hábitos de compra, valor de marca y sostenibilidad, publicado recientemente por la Escuela Business School, ha crecido siete puntos en los últimos tres años. «Las crisis siempre las ha pagado el de abajo», concluye el presidente de la Asociación de Vecinos y Consumidores de La Barriada. Pero si algo ha quedado claro en otras grandes crisis económicas como la que explosionó en torno al año 2008 es que la única forma de superarlas es vivir con arreglo «a lo que uno gana. Nos tendremos que ir apañando», apunta con resignación Ignacio Gutiérrez. 

Prescindir de determinadas marcas más costosas es uno de los primeros pasos, como destaca Vicente López, padre de familia numerosa residente en la localidad de Borobia. Eso y, comenta sin que falte el sentido del humor, pero con cierta preocupación, haciendo «malabarismos» con la nómina. Eso sí, a veces no queda más remedio que «tirar de tarjeta de crédito». Los dos carros de la compra llenos que necesitan para afrontar la alimentación durante una semana, ahora, con la inflación, se llenan mucho menos con el mismo dinero que antes. 

los otros afectadosBANCO DE ALIMENTOS

La inflación perjudica a los bolsillos de los consumidores, pero también a organizaciones no gubernamentales como el Banco de Alimentos de Soria, que también vive con inquietud esta escalada de precios. En realidad, sostiene el presidente de la agrupación, Óscar Arancón, «nos afecta por tres factores: el dinero que tenemos ahorrado, con el que ahora podemos comprar menos cosas; las ayudas que recibimos, que no vienen con la subida del IPC, y porque esa conjunción de recesión en la sociedad nos hace más difícil conseguir donativos de la gente», explica. El problema, agrega Arancón, es que «nosotros no tenemos gran capacidad de reacción». Como cualquier familia, la única manera que la entidad tiene de 'capear' esta coyuntura inflacionista es «tirando de nuestros ahorros» y buscando nuevas alianzas con las delegaciones provinciales de otros bancos de alimentos que estén un poco mejor o con proveedores. 

Lo que sí tienen claro desde el Banco de Alimentos de Soria es que «no reduciremos ni la cantidad de lo que damos ni la calidad de los que entregamos», recalca Arancón. Actualmente ayudan a 2.200 personas, un número que, desde principios de año se ha visto incrementado en alrededor de un 10%. 

Productos como el aceite (recientemente se han adquirido 5.000 euros en litros) «que ha subido muchísimo», lamenta el presidente de la entidad, o los lácteos, «que son básicos», están suponiendo al Banco de Alimentos de Soria «un esfuerzo económico muy grande». Pero también otros productos en fresco que, como la fruta y la verdura, comenzaron a incorporar a la 'cartera de productos' que entregan a las familias que necesitan ayuda hace algo más de un año, o los huevos, que añadieron anteriormente. 

En este sentido, recurren siempre a proveedores de Soria y procuran conseguir mejores precios o descuentos comprando en grandes cantidades, como cualquier familia, insiste Óscar Arancón. «Intentamos obtener los mejores productos posibles y de calidad», coordinando las entregas para que lleguen cuanto antes a los usuarios y no se echen a perder. Si en lo que va de año han notado un incremento del 10% en el número de personas que necesitan su ayuda, el responsable del Banco de Alimentos de Soria está convencido de que, dada la situación actual, el porcentaje irá aumentando «en mayor proporción» antes de que acabe este año. 

No son optimistas tampoco los comerciantes. El final de la guerra de invasión de Ucrania se ve como la única solución que podría hacer revertir la situación. Aunque no a corto plazo. Mientras prosiga la contienda en Ucrania «vamos a estar mal», considera el portavoz de la Asociación de Comerciantes del Mercado Municipal de la capital, Jorge López. Costará mucho volver a la normalidad, augura.

El verdadero problema no es la inflación (aunque también), sino los efectos aún más negativos que puede tener en la economía si los precios continúan su tendencia alcista. La propia ministra de Economía, Nadia Calviño, advertía esta misma semana de que los próximos trimestres «serán complejos», aunque se mantenía optimista en cuanto a que las medidas puestas en marcha por el Gobierno de España puedan contribuir a contener la inflación y su correspondiente escalada de precios. 

El Banco de España sigue manteniendo que la economía española crecerá un 4,5%, aunque menos de lo esperado y alerta también en su informe sobre el efecto negativo que puede tener el coloquial 'apretarse el cinturón' por estas tensiones inflacionistas agravadas por la guerra en Ucrania en la economía española. «Como factor de riesgo al alza sobre la actividad cabe la posibilidad de que los hogares eviten reducir su consumo de bienes y servicios en respuesta a la menor renta disponible mediante el recurso de ahorro que acumularon durante la pandemia», alega la autoridad monetaria española. En este sentido, la tasa de ahorro a nivel nacional ya cayó 3,6 puntos a lo largo de 2021 con respecto al primer año de pandemia. 

A falta de cómo se desarrollen los acontecimientos geopolíticos y de la evolución de los precios de la cesta de la compra y de los combustibles, toca esperar y confiar en que ese alegre «trampantojo» consumista del verano del que habla Adolfo Sainz, el presidente de la Federación de Empresarios de Comercios de Soria (FecSoria) amortigüe un otoño-invierno que todos prevén difícil; complicado.