El sonido de los pájaros, el rumor del viento agitando las ramas de los árboles, las vacas pastando... «Todo sumará», integrándose de forma natural en la partitura para lograr una experiencia sonora única. Será este sábado 18 de septiembre, a partir de las 11.00 horas, en uno de los conciertos más especiales de la XXIX edición del Festival Otoño Musical Soriano (FOMS). Por primera vez, bajo la interpretación de la formación Neopercusión, se podrá escuchar ‘Cinco escenas rituales de la altimeseta soriana’, la obra de encargo del Certamen este año que ha compuesto el joven soriano Andrés Martín inspirándose en cinco abrigos rupestres del monte.
Cuando recibió la llamada del director del Festival, José Manuel Aceña, el músico entendió que en una composición tan especial tenía que tener en cuenta «las circunstancias acústicas» del propio entorno en el que se inspiraba. Hacer una grabación del sonido ambiente y leer el libro en el que Juan Antonio Gómez Barrera analiza las pinturas rupestres declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) en 1994 fueron los pasos previos para comenzar a idear esta creación de música contemporánea que rondará los 20 minutos de duración, aproximadamente, y que incorporará las resonancias y los propios ecos de los tres diferentes escenarios naturales en los que se interpretará la pieza musical.
A través de gongs, cuencos tibetanos, vibráfonos o cencerros, Andrés Martín pondrá música a las escenas que narran las pinturas rupestres del Tubo, el peñón del Majuelo, el covachón del Puntal, Prado de Santa María y Peñascales II. «Pinturas que tratan de ir un poco más allá», que hablan de ritos funerarios o elementos sagrados.
Andrés Martín es consciente de que la obra «no va a dejar indiferente a nadie» y aunque, con algunos arreglos, podrá ser interpretada en el futuro en auditorio, el compositor destaca que el disfrute de ‘Cinco escenas rituales de la altimeseta soriana’ esta ligado a un lugar, Valonsadero, y a un momento muy concreto: el concierto de este sábado. «Los músicos van a estar situados en las esquinas de una especie de cuadrado y el público estará en medio», avanza Martín. Así que el espectador quedará envuelto en la propia partitura y en los sonidos propios del monte.
Precisamente el que, dentro de un margen, la composición también tenga algo de impredecible y que «el misterio» planee sobre su resultado final forma parte de los principales atractivos de esta pieza en palabras de su autor. Avalan la pieza la gran profesionalidad de los músicos que componen este grupo de percusión, y con los que Martín ha estado en contacto desde el inicio del encargo, y también su fe «en el trabajo bien hecho» durante más de cinco meses, pero los nervios, inevitablemente, afloran según se acerca la fecha del estreno. No todos los días se tiene la oportunidad de estrenar una obra en el Festival al que se ha asistido «muchas veces como oyente», en el que en tantas ediciones del Maratón Musical ha participado, en un evento que se conoce desde niño a través de los conciertos didácticos para escolares, en definitiva, en el certamen musical de «tu ciudad», argumenta. Para Martín es muy positivo que «tengamos recursos suficientes como para que los sorianos puedan también participar» en el FOMS no sólo como intérpretes, sino también como compositores.
Está deseando comprobar el toque que aportarán los músicos que la interpretarán en diferentes enclaves de Valonsadero. «Es importante que el intérprete tenga la libertad para hacer suya» la partitura, añade Martín. Por todo ello, asegura, está impaciente por «escucharla» arropado por un montón de familiares y amigos y, por supuesto, por disfrutar de un concierto «único», diferente e insólito en el que, además, habrá alguna que otra sorpresa, avanza.