Las visitas a bodegas de Ribera ganan terreno en pandemia

EDS
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Con aforos muy reducidos y recorridosguiados muy individualizados, cada vez sonmás los demandantes de este tipo deturismo «de experiencia» en torno al vino en Soria

Imagen de archivo

La cultura del vino trasciende ya lo propiamente ‘gourmet’ para convertirse en una forma de hacer turismo cada vez más solicitada. Porque tan importante como degustar un buen caldo es para muchos aficionados a éstos conocer los orígenes de las bodegas, ahondar en su proceso de elaboración desde las cepas a las barricas. Y, en este sentido, el enoturismo sigue ganando terreno en la zona de la Ribera al hilo del Consorcio de la Ruta del Vino Ribera del Duero. Bodegas como Dominio de Atauta o Valdeviñas, en Langa de Duero, forman parte de este programa turístico cada vez con más demanda de visitantes. En 2019 esta Ruta fue el segundo itinerario de enoturismo más visitada de España con 389.377 visitantes, según destaca Miguel Ángel Gayubo, presidente del Consorcio. 

El enoturismo es un fenómeno que, aseguran desde las bodegas sorianas, se ha intensificado también durante la pandemia de COVID-19 al abrigo de buscar actividades al aire libre y con grupos reducidos.

Porque, en este sentido, una de las premisas de estas dos bodegas sorianas es proporcionar experiencias muy personalizadas donde los propios trabajadores que se encargan del cuidado de los viñedos y de la elaboración de los vinos son los  encargados de explicar los detalles en un recorrido que incluye visita a las zonas de cultivo de la vid, a la bodega y  cata. 

- Foto: Eugenio Gutierrez Martinez Eugenio Gutiérrez Marta demanda. Dominio de Atauta fue la última soriana en sumarse a esta Ruta del Vino Ribera del Duero hace alrededor de dos años y fue, precisamente, atendiendo a una demanda constante que les hacían llegar los propios clientes. «Recibíamos todas las semanas llamadas y correos electrónicos preguntándonos si podrían visitar nuestras instalaciones», apunta Jaime Suárez, enólogo de la bodega. Y se lanzaron pero con un proyecto de enoturismo «pequeño» y muy personalizado, no más de ocho personas en cada visita. En el caso de Valdeviñas, llevan casi 20 años, desde que se fundó esta bodega langeña, ofreciendo esta opción. Al principio, destaca Javier Malumbres, responsable de ventas, el perfil predominante era gente «de más de 40» todos con el denominador común de ser grandes entusiastas de los vinos. «No son personas caídas por casualidad», comenta. Ahora sí han notado un cambio. «Cada vez hay más gente joven que se interesa por los vinos». La media de edad de los visitantes que suelen recibir en las bodegas se está rejuveneciendo en muchos casos con gente de «30 años». 

Lo que es innegable es que el interés por este tipo de turismo de experiencia está viviendo un momento «creciente». Para el presidente del Consorcio de la Ruta del Vino Ribera del Duero está claro que muchas otras bodegas sorianas de la zona de la Ribera acabarán sumándose a esta iniciativa en la que también están muy implicadas las localidades de la zona. «Las bodegas en Soria son más pequeñas. Pero poco a poco», insiste Miguel Ángel Gayubo.

Para el responsable de este itinerario enológico rutas como la de Ribera del Duero maridan a la perfección en los elementos que sirven para reivindicar el valor de la España Vaciada: el patrimonio, «del que Soria va sobrada en iglesias y monumentos BIC», la gastronomía (en la que se incluye la calidad de los vinos de esta denominación de origen) y otros aspectos como el paisaje, el deporte o las actividades culturales. En este sentido, destaca Gayubo el trabajo de Ayuntamientos como el de San Esteban de Gormaz «que ofrece recursos de todo tipo». El objetivo de esta Ruta enoturística es, precisamente, «marcar y señalizar» todas las potencialidades del territorio en el que se cultivan los vinos Ribera del Duero. «Nuestra misión es aglutinar experiencias. El enoturismo bajo el paraguas de la Ruta del Vino Ribera del Duero es sinónimo de calidad», concluye Gayubo.

Tanto que incluso las bodegas reciben visitantes extranjeros. En Dominio de Atauta como en Bodegas Valdeviñas se realizan recorridos guiados en otros idiomas como el inglés o incluso también en francés. En este sentido, destacan desde Dominio de Atauta, últimamente ha aumentado considerablemente el porcentaje de visitas internacionales, especialmente de lugares como Puerto Rico o República Dominicana. Más que de moda, desde las bodegas se habla de un interés por «cerrar el círculo», de conocer al detalle todo el proceso que convierte la uva en ese caldo lleno de matices y sensaciones en boca.