Urgen proteger la fábrica de chocolate de la calle Cortes

Ana Pilar Latorre
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En la ciudad hubo dos fábricas que requieren especial atención por los edificios singulares en los que se ubicaban, en las calles Beato Julián de San Agustín y Estudios

Urgen proteger la fábrica de chocolate de la calle Cortes - Foto: VALENTIN GUISANDE

El chocolate, como no podía ser de otra manera al tratarse de un manjar para millones de mortales, también tiene su día marcado en el  calendario y es el 13 de septiembre, cuando se conmemora el aniversario del nacimiento del escritor británico Roald Dahl, autor de Charlie y la fábrica de chocolate. Y de ahí que nos preguntemos si en Soria hubo fábricas de este tipo. Y sí las hubo, no tan estrambóticas como la de la novela, pero que sí merecen especial atención por los edificios singulares que ocupaban.

Una de ellas se ubicaba entre las calles Cortes y Beato Julián de San Agustín, en un inmueble de dos plantas con patio circundante y de un característico colorido, entre granate, teja, naranja y marrón. En la fachada aún puede leerse ‘1901. Fábrica Chocolates’ y se conservan los ventanales, los balcones y el mirador, así como los adornos de la cornisa. Soria Patrimonio explica que su estilo es «ecléctico-regionalista», aunque considera que «en los balcones se intuye ya la influencia del racionalismo». Por su parte, el periodista cultural Víctor Berzal de Miguel lo califica como Art Decó, del tipo del tipo Streamline Moderne o aerodinámico. Sin duda, un elemento arquitectónino muy valioso que el Ayuntamiento debería proteger como tantos otros.

Sobre su conservación, hay que decir que no se encuentra en muy buen estado teniendo en cuenta solo el exterior, con desperfectos en los muros del patio; aunque sí es cierto que se repintó hace unos años porque su color original era marrón. Posiblemente fue cuando se realizó una reforma ‘media’ en 1995 (en 128 metros cuadrados de la planta baja y en 132 metros cuadrados de la primera planta), según se recoge en el Catastro, donde también se indica que es un edificio residencial de 260 metros cuadrados construidos y de una superficie total de 322 metros cuadrados (contando el patio).

Urgen proteger la fábrica de chocolate de la calle CortesUrgen proteger la fábrica de chocolate de la calle Cortes - Foto: VALENTIN GUISANDE En cuanto a su protección, Soria Patrimonio confirma que no está catalogada en Registros de Patrimonio Industrial de Castilla y León ni por el PGOU de la capital, como la mayor parte de la arquitectura moderna e industrial de la ciudad. «No hay protección», sostienen sobre este edificio de 120 años de antigüedad (según la inscripción de la fachada), aunque en el catastro se data en 1960.  El Día de Soria ha podido saber que el edificio perteneció a los hermanos Moreno (eran ocho y tan solo vive la menor de ellos, Josefa, de 101 años). 

fábrica y secadero. Respecto a la otra chocolatera, la de la calle Estudios, se ubicaba en uno de los edificios modernistas más llamativos de  Soria. La construcción fue un encargo realizado en 1914 por el comerciante, emprendedor y concejal del Partido Liberal Pedro Llorente al arquitecto barcelonés Félix Hernández y Jiménez, quien estaba en Soria trabajaba para el Ayuntamiento pero que también realizaba los encargos de particulares. 

Sobre su actividad, sabemos que la familia la destinó primero a fábrica de chocolates y después a secadero de jamones y otros embutidos, pero al no resultar estas actividades productivas, finalmente fue tabicada y destinada a viviendas, según explica José Javier Romera Molina (nieto de los que después serían sus propietarios) en un artículo para Elige Soria. Según este soriano, también existió otra fábrica llamada Chocolates Numantinos en el centro de la ciudad.

Urgen proteger la fábrica de chocolate de la calle CortesUrgen proteger la fábrica de chocolate de la calle CortesVolviendo al negocio de la calle Estudios, las mismas fuentes indican que en los bajos había una perfumería en la que se vendían colonias, perfumes, revistas, tebeos... «Un edificio que al principio no gustó por sus aires modernistas cargados de influencias catalanas, una estética que no encajaba en la vieja ciudad castellana», añade este interesado en imágenes antiguas y curiosidades de la ciudad. La imagen de este inmueble encaja a la perfección con una fábrica de chocolate que podía haber inspirado una creación literaria... 

En este edificio pueden apreciarse las influencias del modernismo catalán (también se ha dicho que de la arquitectura hispano-árabe) y destacan los diversos materiales que se utilizaron para la fachada diversos materiales (ladrillo, revocos, azulejos, terracota...) y los numerosos elementos decorativos. El edificio, catalogado por la Fundación Docomomo Ibérica, es único en la ciudad y en su día rompedor y forma parte de la Ruta de la Arquitectura Modernista de Soria. Es un conjunto de proyección vertical, estrechos miradores, policromía...