Soto: "Es una pena no disfrutar del deporte con igualdad"

Ical
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Entrevista a Javier Soto Rey, exatleta, doctor en INEF y profesor universitario, que recibirá el Premio Ical al compromiso humano por Segovia

Soto: "Es una pena no disfrutar del deporte con igualdad"

Javier Soto Rey (Hondarribia, Guipúzcoa, 1977 ) llegó a lo más alto del atletismo para sordos a nivel nacional e internacional. El récord mundial en 1.000 metros lisos para atletas sordos y la mejor marca europea en tres distancias, sigue muy vinculado a este mundo como técnico, investigador y profesor universitario donde aún le queda mucho camino por recorrer. Defiende que España tiene seguir apostando por el entrenamiento conjunto de deportistas con y sin discapacidad y fomentar el deporte escolar inclusivo, para que como él muchos otros se sientan «como uno más», porque en el deporte no se notan las diferencias.

Desde muy niño comenzó a practicar deporte, ¿qué le ha aportado?

Fue una etapa bonita e inolvidable porque para mí el deporte es como una droga y no puedo vivir sin él. Hacía cinco disciplinas distintas y ya entonces tenía muy claro que quería vivir con el deporte. No tenía otra alternativa. Recuerdo que el profesor de Bachillerato me dijo que tenía que tener tres opciones para la carrera universitaria y yo le dije: «deporte, deporte, deporte».

La infancia para un niño con discapacidad es dura. ¿Se sintió especial?

Soy consciente de haber tenido la suerte de contar con mis padres que empezaron a trabajar enseguida conmigo para dotarme de una lectura labial y expresión oral, para poder comunicarme en una sociedad de oyentes. Tengo un entorno muy amplio de amigos y familiares que hacen que no me sienta solo, y no he tenido muchas discriminaciones por la comunicación y soledad, como la mayoría de las personas sordas. Solamente en casos puntuales, he tenido algunas dificultades de comprensión. En el deporte me siento como uno más porque físicamente somos casi iguales. En una clase de matemáticas o inglés, dependes de un intérprete, un profesor de apoyo, que un profesor vocalice bien. Ahí, siempre soy el último en enterarme. ¿Te gustaría ser la última persona en enterarte de algo, de reírte de un chiste? Si eres sordo, el último que ríes eres tú; pero en Educación Física esto no pasaba, no se notaba la diferencia, por eso siento tanta pasión por el deporte.

¿Cómo influyeron en su desarrollo como deportista y persona su familia, entrenadores y compañeros?

En cuanto a entrenadores, el segoviano Isaac Sastre, fallecido el año pasado, me formó como deportista al inculcarme en la afición al atletismo, y Antonio Serrano me formó como deportista profesional donde conseguí los mayores éxitos deportivos. Sin mis padres y hermanas no hubiera conseguido competir en la élite de atletismo con deportistas sin discapacidad por España y Europa. Nunca pensé que llegaría tal alto dentro del deporte; en un principio me lo tomaba como una afición. Gracias a todos ellos, he conocido a muchos amigos extranjeros con los que hemos compartido viajes por el mundo.

Hay una crítica fuerte hacia el deporte de élite, especialmente el fútbol, que parece alejado de la realidad, prima el negocio, y crea modelos de jugadores que ganan mucho dinero y muy rápido ¿El fútbol de élite ha perdido sus valores?

Es una pena que hayamos perdido la esencia para disfrutar de todos los deportes con igualdad. Estamos viendo una dimensión brutal del fútbol de la que ya me estoy cansando un poco. Yo le diría a un chaval que practique el deporte que le guste, sin depender de otros, como ocurre en la mayoría de chavales con el fútbol.

¿Se cuida en España el deporte de base?

España es la cantera del mundo con excelentes deportistas, pero lamentablemente con la irrupción de los móviles, internet… A partir de la adolescencia ha ido cambiando. Ojalá volvamos a los años 80 en los que disfrutábamos tanto con el deporte en todas las edades.

España es una potencia mundial en deporte adaptado y los campeonatos se cuentan por éxitos, más que en el deporte convencional, ¿cuáles son las razones?

Estamos viendo una mejora con respecto a las ayudas y adaptaciones gracias a los avances tecnológicos, que confío en que no se quede estancada porque aún queda mucho por hacer. He tenido la suerte de encontrarme en una época con muchos cambios tecnológicos y darme cuenta de la situación que había antes. Para que España sea una de las potencias mundiales ha sido clave el proceso de integración en el que las federaciones sin discapacidad han acogido a los deportistas con discapacidad para empujarles a entrenar con deportistas sin discapacidad, teniendo un modelo inclusivo.

¿Tiene visibilidad el deporte adaptado en nuestro país?

El Centro de Estudios de Deporte Inclusivo (CEDI), el Consejo Superior de Deportes y el Comité Paralímpico Español han realizado una labor conjunta muy importante para que el deportista tenga más visibilidad. La persona sin discapacidad ya sabe que existe el deporte adaptado y está mucho más concienciada. Ya no vemos como algo inaudito que una persona con discapacidad haga deporte, sino como algo mucho más natural, más normalizado.

El Comité Olímpico Español y la Federación Española de Deportes para Sordos le nombraron Mejor Deportista Sordo del Siglo XX. ¿Qué mensaje lanza a los niños y jóvenes que están en su situación?

Expongo una frase que tengo expuesta en mi habitación y me gustaría transmitir también a los deportistas: «Si dejas un día de entrenarte, lo nota tu cuerpo. Si son dos días seguidos que no entrenas, lo notan quienes están a tu lado. Si son tres días los que pasas sin entrenarte, hasta los espectadores se dan cuenta. Solo la disciplina y la constancia hacen a los campeones».

En su carrera deportiva se midió con deportistas oyentes. ¿Son necesarias competiciones específicas para personas con discapacidades diferentes o se deberían de unificar?

Sí, las dos cosas. Hay deportistas con discapacidad que son mejores que otros que no la tienen. Por ejemplo, Terence Parkin es sordo y fue subcampeón olímpico en los 200 metros braza en Sidney, contando con las adaptaciones necesarias, claro. Hay un jugador profesional de baloncesto, Lance Allred, también sordo, que ha jugado en la NBA, y yo mismo he competido con atletas sin discapacidad. Pero también competiciones especificas por su propia identidad con el fin de conseguir más incentivos, motivación, compañerismo...

Entrenador nacional, conferenciante, investigador… ¿Qué retos tiene España en deporte inclusivo?

Para aumentar la calidad y participación hay que fomentar el deporte escolar especialmente el deporte inclusivo, como lo están haciendo el CEDI, CSD y otras instituciones. También, dar visibilidad a nuestra discapacidad que no se ve, como puede ocurrir con una persona ciega.

En Estados Unidos, el deporte y la universidad van estrechamente ligados, ¿la universidad española valora suficientemente el deporte?

Ojalá tuviéramos el mismo modelo universitario que Estados Unidos. Me planteé la posibilidad de hacer un máster allí, pero por el atletismo profesional no podía dejar mis entrenamientos. España debe ir poco a poco hacia el modelo de Estados Unidos porque que puede dar muchos talentos deportivos.

¿Qué le aporta ser profesor universitario?

Una satisfacción enorme. Disfruto dando clases a los alumnos. Aunque ellos se sorprendan de mi discapacidad, procuro hacerles entender que cualquiera persona con discapacidad puede tener la misma capacidad de docencia con sus adaptaciones. Poco a poco me van entendiendo y creo que acaban disfrutando de mis clases. Entre mis próximas metas, me gustaría promover el deporte para personas con discapacidad, seguir realizando labores de investigación en el deporte y discapacidad, deporte inclusivo y, por supuesto, seguir disfrutando con el deporte.

¿Qué vinculación mantiene con Segovia, la ciudad que le vio crecer, y con Castilla y León?

De Segovia, recuerdo no sentir ningún tipo de discriminación y no sentir la discapacidad porque vivía en un entorno muy protegido, que me hacían sentirme como uno más, gracias al colegio IONE y al Claret, a todos mis compañeros. Guardo excelentes recuerdos de las competiciones en la provincia de Segovia y en Castilla y León. También, de las concentraciones deportivas donde aún mantengo amistad con varios deportistas como el atleta de Aranda de Duero Juan Carlos Higuero, con el que compartí entrenamientos en Madrid. También destaco el deporte escolar, promovido por la Diputación de Segovia, que fue uno de los culpables de haber podido llegar muy lejos en el deporte de élite.